Versiones contradictorias sobre las explosiones de fuegos de artificio en las fiestas de San Sebasti¨¢n

Un total de 60 personas heridas -14 de ellas en estado grave- por la explosi¨®n de una carcasa pirot¨¦cnica disparada en la noche del mi¨¦rcoles durante la exhibici¨®n de fuegos artificiales de la Semana Grande de San Sebasti¨¢n, permanec¨ªan anoche hospitalizadas en distintos centros sanitarios de la ciudad. El ni?o que perdi¨® la vida en el accidente se llamaba David Rodr¨ªguez S¨¢nchez y ten¨ªa seis a?os. Los t¨¦cnicos de la empresa encargada de la exhibici¨®n de fuegos de artificio ofrecieron ayer una versi¨®n de las causas del accidente con la que coincid¨ªan los testigos del accidente. San Sebasti¨¢n recupero ayer las fiestas, suspendidas provisionalmente tras la tragedia, y para ayer por la noche estaba prevista una nueva sesi¨®n de fuegos artificiales.

El ni?o de tres a?os, Asier Zabaleta se encuentra internado con estallido craneal y p¨¦rdida de masa encef¨¢lica en la unidad de cuidados intensivos en estado muy grave, al igual que Luis Zub¨ªa Eg¨ªa a quien los m¨¦dicos han amputado las piernas. Una docena de personas, entre ellas una mujer hospitalizada en el hospital de Cruces-Bilbao, permanece en grave estado con quemaduras y heridas profundas en distintas partes del cuerpo, preferentemente en las piernas. Los heridos han pasado una noche muy dolorosa pese a los calmantes que se les. suministran regularmente.El n¨²mero de personas asistidas en los centros sanitarios durante la noche del Mi¨¦rcoles en la madrugada de ayer, asciende oficialmente a 129, pero esta cifra podr¨ªa elevarse ya que algunas de las v¨ªctimas no han facilitado sus nombres para evitar alarmar a sus familiares.

La reanudaci¨®n de las fiestas fue decidida a mediod¨ªa de ayer en una reuni¨®n que mantuvieron la corporaci¨®n municipal y los representantes del centro de atracci¨®n y turismo organizador del programa de la semana grande. La decisi¨®n fue adoptada por la ¨²nica oposici¨®n de, los concejales de Herri Batasuna que planteaban que la suspensi¨®n se prolongara al menos durante el d¨ªa de hoy.

Las autoridades provinciales y locales, se dirigieron ayer por la ma?ana a la misa concelebrada por monse?or Suqu¨ªa en la iglesia de Santa Mar¨ªa vestidas de luto y escoltadas por polic¨ªas municipales que portaban sus gorras en la mano en se?al de duelo. A su paso, los donostiarras que ocupaban las terrazas de los bares, se pusieron de pie en un gesto solidario. El peneuvista Ram¨®n Labayen, alcalde de la ciudad ha indicado que las -medidas de seguridad adoptadas eran suficientes y que la tragedia es solo achacable al accidente mismo.

Investigaci¨®n Judicial

Las causas del accidente no han sido establecidas oficialmente. Por la ma?ana el juez tom¨® declaraci¨®n a los t¨¦cnicos de la casa Arnal, de Valencia, responsables de la colecci¨®n de fuegos disparada el mi¨¦rcoles. Durante la ma?ana el ¨¢rea de lanzamiento permaneci¨® vallada y vigilada por polic¨ªas municipales y a la primera hora de la tarde el juez que dirige la investigaci¨®n judicial permiti¨® la retirada de las carcasas y morteros pertenecientes a la colecci¨®n de la casa Arnal para posibilitar la preparaci¨®n de la exhibici¨®n de fuegos anunciada para la noche de ayer.

Los t¨¦cnicos de Arnal afirman que las tres carcasas disparadas a trav¨¦s de otros tantos morteros dispuestos en forma de uve alcanzaron la altura adecuada -entre los 60 y 70 metros-, que las dos laterales estallaron en el aire al accionarse sus espoletas pero no as¨ª la del centro que sigui¨® su trayectoria ascendente y vertical. En opini¨®n de los t¨¦cnicos, esa carcasa que conten¨ªa 500 gramos de p¨®lvora habr¨ªa sido desviada en el aire hacia la zona del p¨²blico por efecto. de las ondas expansivas de los dos estallidos simult¨¢neos.

Una versi¨®n que. se contradice abiertamente con el testimonio visual de muchos testigos, seg¨²n los cuales la carcasa de pirotecnia que provoc¨® la tragedia no super¨® en ningun caso los 20 metros de altura, y ya desde su lanzamiento sigui¨® una trayectoria parab¨®lica, hasta caer sobre el p¨²blico. Su efecto fue similar al de una bomba: cuerpos parcialmente calcinados y seccionados por la onda expansiva, seg¨²n rememoraron ayer algunos heridos de menor gravedad.

Un m¨¦dico bilba¨ªno result¨® herido cuando presenciaba los fuegos inmerso en la multitud, a cuatro metros de distancia del lugar donde se produjo la explosi¨®n: una explosi¨®n roja, de fuego, en una d¨¦cima de segundo y despu¨¦s un resplandor, tambi¨¦n rojo, una masa de puntos de luz que se manten¨ªa suspendida y en movimiento obligando a la gente a o¨ªr despavorida. Hubo histeria entre los heridos, los que pudimos. echamos a correr hasta que empezamos a desvanecernos por la p¨¦rdida de sangre. Gentes sin ropa ardiendo, cuerpos agujereados como por la metralla, sangrando a borbotones, huesos desnudos y p¨¢nico".

La tanda de cohetes, que se activa por dispositivos electr¨®nicos continu¨® dispar¨¢ndose autom¨¢ticamente mientras los heridos se retorc¨ªan en el suelo y el horror y la confusi¨®n se apoderaba del p¨²blico m¨¢s cercano a los hechos. "Nos tap¨¢bamos la cabeza instintivamente para protegernos de los nuevos estampidos. Se nos hab¨ªa metido en la cabeza como un sonido sordo y cada disparo era una tortura, nos horrorizaba", precis¨® otro de los heridos.