Hiroshima y la moral
En cierto sentido, lanzar la bomba no fue una inmoralidad, no transgred¨ªa la norma de "amar al pr¨®jimo" en su sentido general y universalmente admitido, pero tambi¨¦n en el simb¨®lico del que sentimos cerca porque habla nuestro propio idioma, es de nuestra propia raza, tiene nuestro color de piel, hace los embutidos a nuestra forma, baila el bolero como nosotros, y tiene una idea de democracia y, en una palabra, tiene nuestras propias se?as de identidad.Desgraciadamente, despu¨¦s de 40 a?os de Hiroshima, sigue vigente la m¨ªsma absurda moral.
No nos hemos dado cuenta que, en nuestra ¨¦poca, el egoismo personal es irrelevante porque est¨¢ controlado por los mecanismos sociales, que el verdadero problema es el ego¨ªsmo colectivo, de grupo, la anarqu¨ªa entre naciones, la soluci¨®n ya la dio uno de los autores de la bomba, Alberto Einstein, al preconizar un gobierno mundial, ¨²nica posible garant¨ªa de la independencia de las naciones como un gobierno mundial lo es ya de la inviolabilidad de domicilio.
Todo lo dem¨¢s es inmoralidad, crimen y miseria producidos por la carrera de armamentos y las trabas al comercio.-
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