Limpieza corporal obligada para los 'punks' en Bilbao
La operaci¨®n de limpieza corporal que el Ayuntamiento de Bilbao ha decidido llevar a cabo durante la Semana Grande ha provocado una viva pol¨¦mica en los ambientes festivos de la ciudad. La desinfecci¨®n forzosa a la que fueron sometidos una veintena de punks el pasado lunes ha dividido a la opini¨®n p¨²blica, que si bien no se encuentra c¨®moda ante la presencia de j¨®venes cuyo aspecto higi¨¦nico puede resultar dudoso, no se muestra partidaria del esquilaje forzoso de las tupidas crestas. Mientras, las comparsas de las fiestas han creado un servicio de orden integrado por 200 personas que, por turnos, se encargan de velar por el pac¨ªfico desarrollo de la fiesta.
El Ayuntamiento de Bilbao ya hab¨ªa puesto en conocimiento de la opini¨®n p¨²blica que estaba dispuesto a mantener la limpieza del casco viejo, donde est¨¢n ubicados los chiringuitos de las comparsas, al precio que fuera necesario. Sin embargo, nadie pod¨ªa imaginar que el celo profesional en la campa?a profil¨¢ctica del ayuntamiento llegara al extremo de desinfectar y rapar al cero a los individuos que presentaran aspecto de descuido higi¨¦nico. As¨ª, unos 20 punks reci¨¦n llegados a Bilbao de otros puntos de Espa?a se vieron en un santiam¨¦n duchados, esquilados y desprovistos de su habitual vestuario de cuero negro. A cambio, estos contestatarios de la vestimenta recibieron el correspondiente h¨¢bito de corte castrense.El traslado de los punks a las dependencias municipales, en donde pasaron por la obligada ducha y peluquer¨ªa, fue precedido de escenas de tensi¨®n entre los mencionados j¨®venes y la Polic¨ªa Municipal. Los encargados de algunas txoznas (chiringuitos) se hab¨ªan negado previamente a servir bebidas a los punks, a quienes considerabn personas no gratas, ya que, en su opini¨®n, "estropean el ambiente de las fiestas. Ya no se trata de que se meen en plena v¨ªa p¨²blica, sino que han llegado a pincharse delante de todo el mundo". Esta opini¨®n, sin embargo, no era compartida por los encargados de otros chiringuitos, que aseguran que son gente pac¨ªfica.
As¨ª las cosas, las comparsas disponen ya de un servicio de orden, integrado por 200 personas, que vigila celosamente el mantenimiento del orden en el centro neur¨¢lgico de la ciudad durante las noches festivas. Los organizadores piensan que la ra¨ªz de la mayor¨ªa de las escenas violentas que se desarrollan en la calle reside en la ingesti¨®n de bebidas alcoh¨®licas. No es casualidad que este a?o la mayor¨ªa de los chiringuitos de la feria hayan decidido plantarle cara al kalimotxo, ese bebedizo que los bilba¨ªnos han estado ingiriendo desde que en 1978 fuera ideado por las comparsas como el refresco de la Semana Grande y que ahora ha ca¨ªdo en desgracia.
El kalimotxo, cuya f¨®rmula inicial estaba inspirada en el refrescante zurracapote navarro, devino en la estramb¨®tica mezcla de Coca-Cola con vino que en estos a?os ha causado estragos en los est¨®magos de quienes buscaban apagar su sed estival y festiva con ella, servida en el correspondiente vaso de pl¨¢stico. En este sentido cabe resaltar que la defensa de la celebraci¨®n de unas fiestas menos alcoh¨®licas est¨¢ haciendo mella en algunos sectores de la capital, que han decidido practicar con el ejemplo. Los amantes del vino y los combinados pueden abstenerse de pasar por las txoznas de la asamblea de mujeres, los ecologistas y un par de chiringuitos guipuzcoanos que han decidido no servir ni una gota de alcohol.
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