100.000 personas asisten en Punjab a la cremaci¨®n de Longowal, asesinado por extremistas sijs
El cad¨¢ver del dirigente moderado sij Harchand Singh Longowal, asesinado por extremistas sijs el martes en Punjab, fue incinerado ayer en su pueblo natal ante una multitud de 100.000 personas. La ceremonia transcurri¨® sin incidentes, si bien el Estado sigui¨® mayoritariamente un llamamiento a la huelga general realizado por los seguidores de Longowal. El Ej¨¦rcito est¨¢ en estado de alerta en Punjab, donde las banderas ondean a media asta. El primer ministro indio, Rajiv Gandhi, que ve peligrar ahora todos sus planes para la pacificaci¨®n del conflictivo Estado sij, ha hecho un llamamiento a la unidad.
La ceremonia f¨²nebre alcanz¨® su punto culminante a las 11.30 (hora peninsular espa?ola), con la incineraci¨®n del cad¨¢ver. Desde horas antes, miles de personas se encontraban concentradas en Longowal, la localidad de 7.000 habitantes en la que el l¨ªder y presidente del moderado partido Akali Dal naciera hace 53 a?os.El cuerpo sin vida de Longowal, vestido con una t¨²nica blanca y tocado con un turbante de color azafr¨¢n, hab¨ªa sido acompa?ado por unas 20.000 personas desde Sangrur, en cuyo hospital falleci¨® el dirigente, hasta su pueblo, distante 14 kil¨®metros. Los fieles cantaban himnos, entonaban plegarias y gritaban consignas del tipo: "?Longowal es inmortal!". En Longowal, el cad¨¢ver fue llevado en primer lugar hasta el templo en el que el asesinado dirigente estudi¨® las Escrituras cuando era ni?o, y despu¨¦s hasta otro a cuya construcci¨®n contribuy¨® hace cinco a?os. Finalmente fue colocado sobre una plataforma de ladrillo pr¨®xima a este edificio, en la que fue incinerado.
A la ceremonia asistieron el ministro de Defensa, Narashima Rao, y el secretario de Estado para la Energ¨ªa, Arun Nehru, en representaci¨®n del Gobierno.
La jornada de ayer fue de un tenso comp¨¢s de espera, apenas roto por algunos incidentes aislados, tanto en Punjab como en Nueva Delhi. En el estado de mayor¨ªa sij, el Ej¨¦rcito estaba en alerta y se hab¨ªan incrementado las fuerzas policiales.
El asesinato del presidente del partido moderado sij Akali Dal se atribuy¨® ayer a un grupo denominado Jarnail Jalsa, hasta ahora inexistente, que toma su nombre del l¨ªder radical Jarnail Singh Bhindranwale, que pereci¨® hace 14 meses durante la ocupaci¨®n del Templo Dorado por el Ej¨¦rcito. La agencia india de noticias PTI inform¨® que el asesino hab¨ªa fingido ser un guardaespaldas de la v¨ªctima. El asesinato ha supuesto un grave contratiempo para Rajiv Gandhi y para todos aquellos que ten¨ªan puestas sus esperanzas en una normalizaci¨®n de la situaci¨®n en Punjab.
Las dos c¨¢maras del Parlamento indio, en un tributo que tiene escasos precedentes, rindieron ayer homenaje a los esfuerzos de Longowal por llevar la paz a Punjab. Gandhi intervino ante los diputados para decir que "Longowal era un hombre de fe y de transparente sinceridad, entregado a la unidad nacional y al desarrollo de Punjab". En una C¨¢mara muda y pesarosa, el primer ministro manifest¨® con firmeza que "la India no ceder¨¢ ante las t¨¢cticas terroristas y luchar¨¢ contra tales fuerzas con todas los medios a su alcance".
El primer banco de pruebas de lo que ha supuesto el asesinato de Longowal, que pact¨® con Gandhi el 24 de julio un programa de normalizaci¨®n para Punjab, son las elecciones convocadas por Gandhi para el 22 de septiembre. Un portavoz de la comisi¨®n electoral ha manifestado que el Gobierno podr¨ªa posponer los comicios simplemente guardando silencio administrativo el pr¨®ximo viernes, fecha en la que deber¨ªa hacer el anuncio oficial de la convocatoria.
La pr¨¢ctica totalidad de los partidos ha pedido a Gandhi que suspenda la consulta. electoral y d¨¦ prioridad al mantenimiento de la paz en Punjab. Gandhi convoc¨® los comicios para cubrir los 117 esca?os de la Asamblea de Punjab y 13 en el Parlamento nacional el pasado s¨¢bado, desoyendo los consejos de Longowal, que ve¨ªa en esta precipitada convocatoria graves riesgos para la paz en Punjab. A juicio de los analistas en Nueva Delhi, Gandhi deseaba aprovechar el impacto de su acuerdo con Longowal para ganar por la mano a los extremistas.
Ahora son ¨¦stos, que en los ¨²ltimos meses no hab¨ªan dejado de perder terreno, los que se ven favorecidos por la situaci¨®n. Se calcula que hay 300 sijs dotados de armas avanzadas y dispuestos a todo.
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