El b¨¦isbol norteamericano libra una batalla contra la coca¨ªna
La adicci¨®n a la coca¨ªna se ha convertido en uno de los problemas m¨¢s graves a los que tiene que enfrentarse el deporte en Estados Unidos. Despu¨¦s del baloncesto, el b¨¦isbol, aut¨¦ntico espect¨¢culo nacional, parece sufrir con especial intensidad este lastre. Ello ha obligado a sus dirigentes a iniciar una dura batalla contra esta droga, una lucha que se desarrolla entre el secreto y la publicidad. El uso de drogas por los jugadores de la Liga Mayor de b¨¦isbol ha llegado al conocimiento p¨²blico en los ¨²ltimos a?os debido a que muchos jugadores se han visto implicados en diversas investigaciones criminales.
Los asuntos de drogas han afectado directamente a los jugadores de b¨¦isbol como consumidores, y en ocasiones como traficantes, de coca¨ªna. A pesar de ello, los implicados rara vez han sido procesados e incluso se han utilizado procedimientos inusuales, por aquellos que supuestamente est¨¢n encargados de hacer cumplir la ley, para proteger la identidad de los jugadores encausados. Esto ha provocado la indignaci¨®n de los abogados defensores de otras personas implicadas en los procesos y sin vinculaci¨®n con el deporte, porque ven a sus clientes convertidos en cabezas de turco.
Las investigaciones realizadas durante m¨¢s de tres meses por The New York Times han permitido conocer algunos datos concretos sobre la extensi¨®n del uso de la coca¨ªna en el b¨¦isbol. Representantes de casi todos los equipos de la Liga Mayor han sido citados en alguna ocasi¨®n en causas criminales relacionadas con la tenencia de drogas. Algunos equipos incluso han tenido a varios de sus jugadores implicados.
Al menos en cuatro ciudades de Estados Unidos se ha comprobado que los traficantes de drogas tuvieron acceso a los clubes de b¨¦isbol, en los que introdujeron sus mercanc¨ªas y realizaron sus ventas. Cuatro jugadores profesionales fueron a la c¨¢rcel tras un largo proceso celebrado en Kansas City durante 1982 y 1983. Se confesaron culpables de los delitos menores de los que se les acusaba y fueron condenados a un a?o de c¨¢rcel, nueve meses de suspensi¨®n y una multa. Todos ellos han vuelto a jugar en otros equipos de menor categor¨ªa y consideran aquel episodio como "historia".
Toque de atenci¨®n
El proceso de Kansas City fue el primer toque de atenci¨®n para la opini¨®n p¨²blica. Hasta entonces su conocimiento sobre la extensi¨®n del uso de la coca¨ªna en el b¨¦isbol se limitaba a aquellos jugadores que confesaban p¨²blicamente haber sido adictos a la droga, pero que se encontraban ya en tratamiento de rehabilitaci¨®n. Las estimaciones sobre la extensi¨®n del problema var¨ªan mucho. Los hay que piensan que se trata de un fen¨®meno en declive cuyo punto m¨¢s alto se alcanz¨® hace algunos a?os y que ahora s¨®lo toman coca¨ªna algunos jugadores. En el otro extremo se encuentran los que piensan que cerca de un 40%, o incluso un 50%, de los profesionales toman coca¨ªna habitualmente.
Entre estos ¨²ltimos se encuentra el comisionado Peter Ueberroth, que tanto ¨¦xito alcanz¨® como presidente del comit¨¦ organizador de los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles y que ahora se encarga del b¨¦isbol. Ueberroth no ha querido hacer c¨¢lculos sobre el n¨²mero de jugadores ,adictos a la droga, pero ha se?alado que ¨¦ste es el problema principal del deporte en Estados Unidos. A la pregunta de si cre¨ªa que el tema era ahora m¨¢s o menos importante que hace unos a?os, respondi¨® simplemente: "Mayor". Ueberroth tuvo que enfrentarse recientemente a la huelga de los jugadores en demanda de mayores salarios, lo que llev¨® incluso a la intervenci¨®n gubernamental.
El uso de la coca¨ªna no se ha limitado a aquellas ciudades en las que se han realizado las investigaciones judiciales. Los directivos de los clubes de b¨¦isbol de todo el pa¨ªs han manifestado que sus equipos han tenido problemas con la droga en un momento u otro.
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