Arganzuela, un distrito partido por el ferrocarril
Todas las incomodidades parecen reunidas en una zona situada a cinco minutos de la Puerta del Sol
"Unos pisos m¨¢s arriba, un vecino ha instalado altavoces de 200 vatios, de potencia, y cada vez que pita un tren m¨¢s de lo debido los utiliza para llamarles de todo". Con r¨¦plica de altavoces o sin ella, los estridentes, silbidos del tren son una parte del paisaje ac¨²stico, de muchas viviendas de Arganzuela colindantes a la v¨ªa f¨¦rrea que une las estaciones de Atocha y de Pr¨ªncipe P¨ªo.Joaqu¨ªn es relativamente nuevo en el barrio. Hace dos a?os se compr¨® un piso en el n¨²mero 21 del paseo de la Esperanza, junto a la estaci¨®n internacional de mercanc¨ªas de Pe?uelas, justo en el tramo en el que la v¨ªa del tren divide la calle. Para pasar de un lado a otro hay que atravesar uno de los dos pasos a nivel que existen en la zona. "Pasar¨¢ como siempre", se?ala Joaqu¨ªn, "que esperan a que se produzca alg¨²n accidente grave y mueran varias personas para tomar las medidas que llevan a?os prometiendo
Un cartel de madera envejecida, dific¨ªlmente legible, advierte a los viandantes: "La Renfe queda exenta de responsabilidad por los accidentes que pudieran ocurrir a las personas que utilizando estas portilleras...". Al final del texto, una fecha significativa: 1898.
Los pasos a nivel apenas est¨¢n se?alizados, y son accionados manualmente por dos guardabarreras. Uno de ellos, el situado en el paseo de la Esperanza, est¨¢ emplazado en una curva pronunciada, sin visibilidad alguna. Los dos son utilizados simult¨¢neamente por peatones y veh¨ªculos, lo que supone un riesgo a?adido.
"Hasta hace dos a?os no pusieron la valla para aislar la v¨ªa", comenta Jos¨¦, un carpintero acostumbrado ya a trabajar con el estr¨¦pito de los trenes que pasan constantemente a ocho metros de su ebanister¨ªa. Jos¨¦ recuerda el descarrilamiento de un tren hace m¨¢s de dos a?os, "que arras¨® cuatro coches que estaban aparcados al otro lado de la v¨ªa, a pocos metros de mi local". Tambi¨¦n son frecuentes los bloqueos de los pasos a nivel, ya que el tramo final hasta el subterr¨¢neo, que comienza en el paseo de Santa Mar¨ªa de la Cabeza, es de v¨ªa ¨²nica. "En m¨¢s de una ocasi¨®n se han tenido que abrir las puertas laterales de los trenes que estaban bloqueando el paso a nivel para permitir que la gente pasara de un lado a otro de la v¨ªa. A veces los ni?os han cruzado por debajo de los vagones, corriendo el riesgo de que el tren echara a andar en ese momento".
A un metro de la v¨ªa
A la altura del n¨²mero 21 del paseo de la Esperanza, con las viviendas a un metro escaso de la v¨ªa, la existencia de un poste de alta tensi¨®n ha requerido la instalaci¨®n de una verja protectora que, seg¨²n un informe de la Asociaci¨®n de Vecinos de Arganzuela, "facilita el c¨®modo acceso de los rateros a las viviendas". Por otra parte, los terrenos colindantes a la v¨ªa f¨¦rrea son usados indiscriminadamente como vertederos donde se acumulan basuras y materiales de desecho, sobre todo los solares existentes junto a la plaza de Santa Mar¨ªa de la Cabeza, donde los vecinos han de soportar adem¨¢s las molestias ocasionadas por el paso elevado que regula el tr¨¢fico en la zona.
Pero el momento m¨¢s duro llega con la noche. Hasta entonces los silbatos del ferrocarril eran como un elemento m¨¢s de la actividad diaria. "Por la noche", comenta Joaqu¨ªn, "los trenes pitan antes de llegar al primer paso a nivel -el otro lo cierran a las diez de la noche- para comprobar si el vigilante a su cargo no est¨¢ dormido o para saludar a sus compa?eros que est¨¢n en la estaci¨®n. Con el tiempo te acostumbras a dormir con el ruido del trasiego de los trenes, pero un pitido en mitad de la noche te hace saltar de la cama".
Hace dos semanas, los vecinos de las viviendas pr¨®ximas a la estaci¨®n de Pe?uelas se alarmaron ante la segunda explosi¨®n que se ha producido en la instalaci¨®n ferroviaria en poco m¨¢s de un mes y que caus¨® la muerte de Juan Vallejo Mu?oz, de 32 a?os, empleado de Renfe. Unos bidones de nitrocelulosa en polvo -sustancia altamente inflamable- adquiridos a una compa?¨ªa h¨²ngara por la empresa Qu¨ªmicas Ib¨¦rica, SA, estallaron por primera vez el 27 de junio, cuando se proced¨ªa a su descarga. La misma sustancia, almacenada todav¨ªa en los andenes de la estaci¨®n mientras se determinaba qui¨¦n deb¨ªa retirarla, estall¨® el 12 de agosto y produjo una lluvia de fragmentos met¨¢licos de los bidones en un radio de 200 metros. Algunas personas presentaron denuncia ante el juzgado de guardia y ofrecieron como prueba piezas de metal de hasta medio metro de di¨¢metro.
Los vecinos aseguran que por Pe?uelas circulan mercanc¨ªas peligrosas. "Con bastante frecuencia", atestiguan, "pasan vagones con el distintivo de la calavera y la leyenda de "Muy peligroso". Desde 1975, las repetidas protestas de la comunidad de propietarios del bloque de viviendas situado en el n¨²mero 144 de la calle de Toledo y las de la asociaci¨®n de vecinos Unidad de la Arganzuela no han conseguido resultado alguno por parte de Renfe. En un informe t¨¦cnico de 1979, la Delegaci¨®n de Saneamiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento instaba a Renfe para que adoptara "medidas correctoras" referentes al nivel de ruidos y a las vibraciones en edificios colindantes a la v¨ªa.
Sin embargo, y con fecha de 28 de septiembre de 1984, la Concejal¨ªa de Urbanismo e Infraestructura comunica en carta dirigida a uno de los miembros de la asociaci¨®n de vecinos que los hechos denunciados "caen fuera de la competencia del Ayuntamiento". Con posterioridad, representantes de los vecinos han mantenido reuniones con el alcalde, Enrique Tierno, y el concejal de Urbanismo e Infraestructura, Jes¨²s Espelos¨ªn, que anunci¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n mixta con Renfe para comenzar las obras de acondicionamiento despu¨¦s del verano.
Por su parte, la concejala presidenta de la Junta Municipal del Distrito de Arganzuela, Francisca Mart¨ªnez Garrido, asegura que "desde hace tiempo no se ha podido encontrar un interlocutor v¨¢lido en Renfe para abordar el tema". "La Junta Municipal", a?ade, "reclam¨® entonces la presencia del director general de Infraestructura y Transporte, Antonio Alcaide, para que pudiera comprobar la lamentable situaci¨®n derivada de los pasos a nivel y de los ruidos. La ¨²ltima respuesta de Renfe es de diciembre del a?o pasado, y, lo ¨²nico que se nos dice es algo que ya sab¨ªamos: que la estaci¨®n de Pe?uelas se va a trasladar a Coslada". Tampoco se ha recibido en la junta un informe solicitado a la compa?¨ªa ferroviaria sobre la naturaleza de las mercanc¨ªas que pasan por Pe?uelas.
Todo legal
Un portavoz de Renfe se?ala que Ias mercanc¨ªas altamente peligrosas son desviadas por la l¨ªnea de circunvalaci¨®n de Vic¨¢lvaro, y las que llegan a Pe?uelas, como aduana interior que es, provienen de fuera de Espa?a y cumplen todas las normas internacionales en materia de seguridad". En cualquier caso, la existencia de una aduana de esta naturaleza en pleno casco urbano es algo inusitado en una ciudad de las caracter¨ªsticas de Madrid.
M¨¢s de dos kil¨®metros hacia el Oeste, y despu¨¦s de haber recorrido un tramo subterr¨¢neo, algunos trenes depositan sus mercanc¨ªas en la estaci¨®n del paseo Imperial, cerca del estadio Vicente Calder¨®n. La estaci¨®n, cuyas v¨ªas f¨¦rreas se encuentran en esta ocasi¨®n a m¨¢s de 50 metros de las viviendas m¨¢s pr¨®ximas, ofrece el aspecto de estar en desuso, con grandes cantidades de carb¨®n y madera almacenadas en los andenes y en el amplio solar que ocupa. Otra de las molestias que tienen que soportar los vecinos que habitan las viviendas del paseo Imperial y calles adyacentes es el fuerte olor a cebada que emana de una f¨¢brica de cerveza que tiene instaladas sus destiler¨ªas en la zona.
El tr¨¢fico diario que ocasiona la Estaci¨®n Sur de autobuses provoca numerosas congestiones en la calle de Palos de Moguer y sus inmediaciones. El ruido que proviene de la megafon¨ªa de la estaci¨®n y de la actividad en los andenes, as¨ª como la contaminaci¨®n por el continuo fluir de veh¨ªculos, ocasionan problemas a?adidos a una zona que ya de por s¨ª soporta una gran densidad de tr¨¢fico rodado.
El aislamiento de la M-30 con vallas protectoras que separan el tr¨¢fico rodado de las zonas peatonales, as¨ª como la instalaci¨®n de pasos elevados, han solucionado la problem¨¢tica que suscit¨® la construcci¨®n de este cintur¨®n vial. En cualquier caso, la M-30 impide que los vecinos puedan disfrutar de la ribera del Manzanares, cuyo aspecto actual, despu¨¦s de la puesta en marcha del Plan de Sanidad Integral, dista mucho de aquel foco de contaminaci¨®n y malos olores que fue hasta hace poco tiempo.
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