A vueltas con la fiesta
Muchas gracias, se?ores Leante, Delgado, Ortiz y L¨®pez Carrasco por sus respuestas a mi carta del pasado 18, porque todo debate arroja una luz y aclara equ¨ªvocos, aunque por esta vez no me han convencido.El argumento del se?or Leante de que el toro se pasa cuatro largos a?os en la dehesa tratado a cuerpo de rey es hip¨®crita (perdone por la palabra, que la digo sin ¨¢nimo de ofender), porque el objetivo de ese mimo, de ese cuidado, es que el toro llegue a su mayor¨ªa de edad para que los aficionados pasen un rato agradable mientras agoniza en la plaza. De altruismo, nada. Por otra parte, este bello animal lleva cientos de miles, o millones, de a?os tratado a cuerpo de rey por la madre naturaleza, y maldita la falta que le ha hecho la protecci¨®n del hombre. Ocurre con esto como con el famoso episodio del embajador ingl¨¦s y Serrano S¨²?er: que al toro lo que le hace falta no es que le env¨ªen m¨¢s polic¨ªas sino menos manifestantes.
Sobre los langostinos y la langosta, parece que el se?or Leante no ley¨® bien mi carta. En ella dec¨ªa que las faltas de los dem¨¢s no justifican las nuestras. ?Es que yo he dicho que se deba atormentar a estos ni a otros animales? Naturalmente que me gustan las langostas y los langostinos, e incluso un filete de toro, porque como usted y como todo el mundo, necesito-comer, y la vida es una lucha por su conservaci¨®n; pero, ?ojo!, s¨ª exijo que a los animales que nos sirven de sustento se les d¨¦ una muerte lo m¨¢s dulce y r¨¢pida posible.
Se?or Ortiz: detesto las medidas dictatoriales, pero s¨ª me gustar¨ªa que el Gobierno hiciera algo por humanizar la fiesta (creo que en Portugal no se mata ni se atormenta al toro; no estoy muy seguro). El Gobierno ingl¨¦s, por lo menos, ha reconocido los desmanes de los suyos y ha indemnizado en parte a los familiares de las v¨ªctimas de Bruselas y visto con buenos ojos las sanciones de la. UEFA. Se?or Ortiz: ?he dicho yo acaso que no sea una salvajada acribillar a los humanos, etc¨¦tera? ?Hace falta atormentar a un animal para admirarlo, como parece deducirse de la lectura de su p¨¢rrafo cuarto? El toro no tendr¨¢ nada de pobre durante el resto de su vida, pero en los largos minutos de su agon¨ªa s¨ª que lo tiene, creo yo. "Nadie le va a demostrar nada", dice usted. ?Acaso es que no hay razonamientos m¨¢s s¨®lidos?
Se?or L¨®pez Carrasco: lamento como usted las v¨ªctimas que el boxeo y las carreras de coches producen. Dejando aparte la necesidad que boxeadores y pilotos tienen de ganarse la vida, hay que tener en cuenta que son ellos los que eligen su arriesgada profesi¨®n, cosa a la que el toro no tiene opci¨®n. ?Por qu¨¦ me habla de la caza del zorro, de los desmanes del Gobierno surafricano y de ciertas leyes que toleran la ceguera o la amputaci¨®n de miembros, si soy yo el m¨¢s ac¨¦rrimo enemigo de toda violencia? ?Es que yo he dicho que eso no sea una salvajada? Una vez m¨¢s, le remito a mi razonamiento de que las faltas de los dem¨¢s, etc¨¦tera.
Lo que pensara Hemingway sobre la fiesta est¨¢ m¨¢s que contrarrestado por las opiniones de otras personas tan respetables como ¨¦l. Muy interesante la disertaci¨®n del se?or Delgado. Un cordial saludo a los cuatro.- Navarra.
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