Gaddafi concede una tregua en la expulsi¨®n de tunecinos
Los trabajadores tunecinos expulsados de Libia por el r¨¦gimen de Muammar el Gaddafi contin¨²an regresando a su pa¨ªs a un ritmo francamente reducido, que los aduaneros de T¨²nez consideran como una "tregua moment¨¢nea" debida alas sucesivas fiestas que se celebran en el pa¨ªs Vecino y ahora rival, que van desde la Pascua Grande, recientemente celebrada, al aniversario de la revoluci¨®n, el pr¨®ximo 1 de septiembre. La cifra oficial de expulsados es de 27.500, aunque s¨®lo 271 hab¨ªan atravesado la frontera hasta el pasado jueves.
ENVIADO ESPECIAL
El puesto fronterizo tunecino al que se ven obligados a dirigirse los trabajadores expulsados es el de Ras Jadir, que se se encuentra en la costa, en la mitad del golfo de Gabes, a unos 600 kil¨®metros al sur de T¨²nez capital. Tr¨ªpoli, capital de la Yamahirya (Libia), est¨¢ desde aqu¨ª mucho m¨¢s cerca que la ciudad de T¨²nez y el ¨²ltimo indicador de carretera la sit¨²a a 170 kil¨®metros.Llegar a Ras Jadir no es f¨¢cil. Media docena de controles de polic¨ªa entre la isla de Djerba, uno de los complejos m¨¢s importantes del turismo tunecino, y la frontera (100 kil¨®metros escasos) son un primer y casi ¨²nico indicio de la tensa situaci¨®n que han vivido los dos pa¨ªses fronterizos en los ¨²ltimos d¨ªas y que puede continuar pasados los primeros d¨ªas de septiembre.
El primer filtro fronterizo se encuentra a unos 10 kil¨®metros antes de Ras Jadir, en donde un grupo de polic¨ªas y gendarmes, que vivaquea de momento tranquilamente bajo los ¨¢rboles, se niega a dejar pasar a los periodistas. Es aqu¨ª, en esta prefrontera, donde por primera vez surge el nombre de un personaje todopoderoso que llaman el delegado. Hay que desandar 45 kil¨®metros hasta la ¨²ltima ciudad tunecina, pasada Ben Guerdane, para ver al delegado -responsable del Ministerio del Interior en la regi¨®n-, que es quien ha de firmar una especie de salvoconducto para poder pasar el control.
Para Al¨ª Otmani, delegado del Gobierno en Ben Guerdane, como para los polic¨ªas de la frontera, los libios parecen estar respetando en estos d¨ªas una especie de tregua debido a las fiestas del Aid el Kebir o Pascua Grande, la festividad m¨¢s importante del a?o musulm¨¢n, en la cual se sacrifica el cordero, que Libia celebr¨® el martes y el mi¨¦rcoles pasados.
?se ser¨ªa, a juicio del responsable gubernativo tunecino, el motivo de la lentitud de las expulsiones, que en Ben Guerdane se cree que durar¨¢n algunos d¨ªas m¨¢s, ya que se avecina el aniversario de la revoluci¨®n libia (1 de septiembre) y las festividades que le siguen, con sus consiguientes desfiles militares. La tregua, por tanto, es muy probable que dure hasta el 5 o 6 de septiembre.
La frontera, especialmente el ¨²ltimo tramo de carretera que conduce a ella, est¨¢ pr¨¢cticamente desierta. Por la carretera circulan, hacia el interior de T¨²nez, s¨®lo una docena de veh¨ªculos en toda la ma?ana, algunos de ellos con las placas verdes de Libia. A lo largo de esta zona costera repleta de turistas nada parece reflejar la alarma que sigui¨® a la amenaza de Gaddafi de emplear la fuerza contra T¨²nez. Ning¨²n movimiento de tropas tunecina es visible, aunque la frontera terrestre, que va desde Ras Jadir hasta la confl uencia de Libia con Argelia, 500 kil¨®metros tierra adentro, se extiende por un desierto donde s¨®lo viven n¨®madas con sus manadas de camellos y parece muy permeable y dif¨ªcil de guardar.
Los escasos trabajadores tunecinos que pasan ahora la frontera no lo han hecho en camiones, cual ganado, como ocurri¨® en los primeros d¨ªas, sino en taxis o coches particulares libios que les depositan en Ras Jadir hasta que otros taxis, ya tunecinos, les recogen y les llevan hasta el primer centro habitado de Ben Guerdane, donde pasan un nuevo control policial. Los tres o cuatro coches que atravesaron la frontera el jueves ven¨ªan con sus maletas en los techos, llenos de ni?os algunos.
Los trabajadores expulsados masivamente fueron instalados en un principio en el Liceo de Ben Guerdane, hasta que las autoridades, o sea, el delegado, logr¨® enviarlos a sus ciudades de origen. La disminuci¨®n del ritmo de las expulsiones durante estos d¨ªas de tregua por la fiesta del Aid el Kebir ha permitido distribuirlos. A pesar del dramatismo con el que en la capital tunecina se vio el problema, y sin intentar en absoluto minimizarlo, por estas zonas fron.terizas nadie cree en una invasi¨®n militar libia, y ni siquiera el delegado acredita las supuestas "provocaciones" denunciadas en un mitin en T¨²nez del oficialista Partido Socialista Desturiano (PSD).
Rentabilizaci¨®n pol¨ªtica
Es muy probable que en T¨²nez capital los pol¨ªticos y el propio Gobierno hayan querido sacar partido de una situaci¨®n realmente grave para obtener los tres meses de tregua social que pidi¨® el Gobierno a la Uni¨®n General de Trabajadores de T¨²nez (UGTT). La ¨²ltima huelga de ¨¦sta, que estaba prevista para el pasado 22 de agosto, hubiera afectado al sector tur¨ªstico precisamente cuando se considera que ¨¦ste tiene un buen a?o.Gaddafi responsabiliza a los trabajadores inmigrantes en Libia de lo que ¨¦l considera "pol¨ªtica proimperialista" de sus respectivos pa¨ªses.
T¨²nez, que parece ahora desconfiar de poder cobrar los 30 millones de d¨®lares en mercanc¨ªas exportadas a Libia y que ese pa¨ªs le adeuda, tiene en esta factura impagada y en los trabajadores expulsados un contencioso importante que seguir¨¢ influyendo en las relaciones entre los dos pa¨ªses.
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