Suecia y Noruega, a punto de celebrar elecciones generales de incierto pron¨®stico
Dos pa¨ªses n¨®rdicos, Noruega y Suecia, celebran en septiembre, con una diferencia de una semana (los d¨ªas 9 y 15, respectivamente), elecciones generales de incierto pron¨®stico, de las que surgir¨¢n los Gobiernos para los pr¨®ximos cuatro y tres a?os, respectivamente.
Tanto la coalici¨®n conservadora, encabezada por Kaare Willoch, que gobierna en Noruega, como el Partido Socialdem¨®crata, del primer ministro, Olof Palme -que cuenta con los votos comunistas para lograr mayor¨ªa en el Parlamento sueco-, luchar¨¢n por mantenerse en el Gobierno de sus respectivos pa¨ªses, en una pugna de resultado incierto, seg¨²n los resultados de las ¨²ltimas encuestas de opini¨®n, que apuntan a un cambio de Gobierno en ambos pa¨ªses.La actual coyuntura econ¨®mica y pol¨ªtica internacional, la creciente importancia estrat¨¦gica de la regi¨®n n¨®rdica y los previsibles cambios que podr¨ªan derivarse de una modificaci¨®n en la actual correlaci¨®n de fuerzas otorgan a ambas elecciones un inter¨¦s especial. Considerados ambos como pa¨ªses de bienestar que han sorteado con relativa facilidad los tiempos de vacas flacas que han corrido para la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la Europa Occidental en los ¨²ltimos a?os, tanto el Gobierno conservador noruego de Willoch como el socialdem¨®crata sueco de Palme pueden exhibir ¨¦xitos en su gesti¨®n econ¨®mica.
La diferencia que existe entre ambos pa¨ªses es que en el caso de Noruega estos logros han sido, seg¨²n opina la oposici¨®n, costeados, en gran parte, por los sectores m¨¢s d¨¦biles de la sociedad, mientras que la socialdemocracia sueca ha intentado -y en gran medida logrado- un reparto m¨¢s equitativo de los obligados ajustes econ¨®micos que ha debido adoptar. Por esta raz¨®n, el argumento m¨¢s frecuente de la oposici¨®n conservadora a lo largo de la campa?a ha sido el de alertar sobre el peligro de que Suecia llegue a una econom¨ªa de tipo totalitario y el de poner el acento en la libertad del individuo que, seg¨²n esta tesis, corre el riesgo de ser avasallada por un Estado todopoderoso.
La reciente filtraci¨®n de un informe secreto del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la econom¨ªa sueca que contradice en parte las estimaciones del Gobierno y que sugiere la adopci¨®n de medidas m¨¢s austeras para despu¨¦s de las elecciones en caso de que ¨¦stas fueran ganadas por los socialdem¨®cratas, ha provocado una nueva tormenta pol¨ªtica.
El Gobierno reaccion¨® r¨¢pidamente y decidi¨® publicar la totalidad del informe, al mismo tiempo que denunciaba la utilizaci¨®n parcial de datos con fines electorales por parte de la oposici¨®n.
Seguridad y pol¨ªtica exterior
El otro gran tema subyacente en la pugna electoral, pese a que en las consultas de organismos especializados aparece desplazado por preocupaciones m¨¢s cotidianas y concretas, como el mantenimiento de sus conquistas sociales, es el de la seguridad y la pol¨ªtica exterior. Tanto en Suecia como en Noruega ha existido tradicionalmente un consenso en estas cuestiones, por pragmatismo m¨¢s que por reales coincidencias de pensamiento. Ese consenso, sin embargo, se ha ido resquebrajando.
El Partido Conservador de Suecia aparece identificado con los objetivos militares de la OTAN, a favor del incremento del arsenal at¨®mico en Europa y de la instalaci¨®n de los misiles de crucero y de los Pershing 2 seg¨²n documentos aprobados por la Uni¨®n Democr¨¢tica Europea en una reuni¨®n celebrada en Par¨ªs en 1982.
El Partido Conservador no oculta que, en caso de victoria electoral, realizar¨¢ algunos cambios en pol¨ªtica exterior, aunque en aspectos complementarios como la ayuda a los pa¨ªses subdesarrollados, a los, que los pa¨ªses n¨®rdicos destinan el 1% de su Producto Interior Bruto.En Noruega, la pertenencia a la OTAN implica una serie de compromisos y decisiones que han causado al Gobierno conservado de Willoch dificultades para el lo gro de una mayor¨ªa parlamentaria.Las ¨²ltimas encuestas de opini¨®n dan en Oslo una leve ventaja a la oposici¨®n socialdem¨®crata sobre la coalici¨®n de partidos conservadores, mientras que en Suecia se da la situaci¨®n inversa.
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