Las 'misses' de Avelino
La mayor parte de los concursos y fiestas de las discotecas se nutre de chicas contratadas
"Angela, 19 a?os, espa?ola, de M¨¢laga", anuncia el locutor. La muchacha, de abundante melena negra, labios sensuales y generoso seno, irrumpe en la pista contone¨¢ndose al comp¨¢s de cualqier ritmo de moda. Un diminuto tanga negro compone todo su atuendo. Sus grandes ojos oscuros desaf¨ªan a los espectadores que responden al reto con sonoras muestras de admiraci¨®n.?ngela est¨¢ encantada con su trabajo. "Mira, ese d¨ªa debut¨¦", comenta con orgullo, mientras repasa el ¨¢lbum fotogr¨¢fico que Avelino utiliza como muestrario para colocar su producto a los empresarios. En el ¨¢lbum, un grupo de 10 a 15 muchachas provistas de los m¨¢s diversos atuendos se reparten el protagonismo en el centenar largo de fotograf¨ªas que lo ilustran. Son escenas de sus actuaciones. Y es que las misses de Avelino lo mismo protagonizan un 'baile extravagante", que encarnan a la mujer de rojo o act¨²an en una fiesta de cabar¨¦. En un alarde de imaginaci¨®n, la pasada semana consiguieron emerger del interior de una monumental tarta en el aniversario de una discoteca.
'Miss top-less'
Sin embargo, su principal actividad son los concursos de miss topless y de miss tanga, preferentemente. Todos los concursos en los que interviene Avelino son un bluf, en el sentido que otorga a este t¨¦rmino de origen brit¨¢nico el Diccionario de Uso del Espa?ol de Mar¨ªa Moliner: "Cosa que asombra, admira o atrae el inter¨¦s de la gente sin tener realmente m¨¦rito o importancia para ello". Ninguna de las premisas que caracterizan cualquier competici¨®n se da en los cert¨¢menes de belleza organizados por Avelino. Ni las participantes concurren Como tales, ni el premio anunciado por la empresa organizadora se entrega a la ganadora."Gran concurso de miss topless; m¨¢s de 100-000 pesetas en premios", proclaman las discotecas en grandes caracteres tipogr¨¢ficos, impresos sobre una sugestiva silueta de una mujer con los pechos al descubierto. A la hora anunciada, Avelino lo tendr¨¢ todo dispuesto y habr¨¢ cobrado ya el premio. anunciado que, casi siempre, es el resultado de multiplicar por 9.000 el n¨²mero de j¨®venes participantes. Esta cantidad, 9.000 pesetas por chica, es la que pagan habitualmente las discotecas y locales de diversi¨®n que contratan los servicios de Avelino. Las muchachas perciben por su trabajo 5.000 pesetas y el resto pasa a engrosar la cuenta bancaria de Avelino, seg¨²n algunas de las empresas consultadas.
En la pista, ning¨²n detalle permite al p¨²blico descubrir la verdadera condici¨®n de las concursantes. El jurado est¨¢ integrado por algunos de los asistentes, entre los que, de forma indiscriminada, se reparten las cartulinas de puntuaci¨®n, cuyo recuento, al final, se efect¨²a a la vista de todos. "?Qui¨¦n podr¨ªa pensar, en estas condiciones, en la posibilidad de un apa?o?", se pregunta uno de los espectadores, conocedor del montaje.
Avelino, en acci¨®n
En la pista, Avelino desarrolla su parte del trabajo con dureza: "Carrusel", les grita a las muchachas, alineadas en la pasarela a la espera del resultado. La orden no tarda en surtir, efecto y las concursantes inician un recorrido en c¨ªrculo por la pista para acercar una vez m¨¢s sus encantos al p¨²blico. Otro de los cometidos de Avelino es el de preservar a las muchachas del acoso de los flashes indiscretos. "Que nadie haga fotos o saco a las chicas", amenaza al encargado de la sala. Su temor es que salgan en la Prensa: "Si en sus casas se enteraran que hacen esto podr¨ªan tener problemas", se excusa el hombre.Tras cerrar el escrutinio y anunciar qu¨¦ concursantes han sido elegidas como damas de honor, el locutor revela el nombre de la ganadora: "Es italiana. Tiene 18 a?os. Es .... Maika!", acaba vociferando el presentador. El p¨²blico rompe en aplausos y felicitaciones. Sin embargo, la gloria de la muchacha termina al borde de la pista. El premio lo ha recibido ya Avelino. Ella, como las dem¨¢s, deber¨¢ conformarse con sus 5.000 pesetas.
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