El holand¨¦s Zoetemelk, un 'abuelo' tenaz
Cuando a falta de dos kil¨®metros se march¨®, hubo miradas en el grupo de elite que se aprestaba a luchar por el jersei arco iris que distingue al campe¨®n del mundo y, probablemente, pensamientos similares a "que tiren otros por ¨¦l", "hay tiempo para cogerle sin desgastar las fuerzas con vistas al sprint final" o, m¨¢s a¨²n, "el abuelo no puede llegar". Pero Joop Zoetemelk lleg¨®, levant¨® los brazos y dibuj¨® una sonrisa de felicidad. Zoetemelk, el ciclista m¨¢s veterano del pelot¨®n, lucir¨¢ en el a?o de su retirada el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo.
Pello Ruiz Cabestany o I?aki Gast¨®n, por poner dos ejemplos de corredores espa?oles con juventud e innegable futuro, casi, casi podr¨ªan ser sus hijos. Y es que Joop Zoetemelk naci¨® el 3 de diciembre de 1946, en La Haya, y desde 1970 ha mantenido su trayectoria profesional como ciclista. El domingo pasado, en el circuito italiano de Giavera del Montello, disput¨® su d¨¦cimoquinto campeonato mundial. En el pelot¨®n de corredores apenas quedan ya, naturalmente, gente de su generaci¨®n. En realidad, de la quinta de Zoetemelk podr¨ªan citarse a¨²n a Planckaert o al peque?o escalador Van Impe.Zoetemelk fue un excelente patinador juvenil, pero hay quien cuenta la clave de su paso al ciclismo justo en el momento en que su madre le regal¨® una bicicleta para que el chico dejara de fumar. Desde entonces a este a?o, una carrera jalonada de ¨¦xitos que comenzaron en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico 68. Joop logr¨® en ellos una medalla de oro en los 100 kil¨®metros por equipos junto a Krekels, Den Hartog y Pijnen.
Diecisiete a?os despu¨¦s ha ganado un Mundial en el que, por supuesto, no contaba para nadie en el pron¨®stico: ni un solo voto previo obtuvo de los periodistas acreditados, que concedieron 27 al franc¨¦s Bernard Hinault, 18 al norteamericano Greg Lemond y 12 al italiano Moreno Argentin. El primero se retir¨® y Lemond y Argentin lograron la plata y el bronce, respectivamente. Y no ha sido su ¨²nica victoria -tambi¨¦n hab¨ªa logrado la Tirreno-Adri¨¢tico- de una temporada que hab¨ªa anunciado como la de su retirada, pero que, en la pr¨¢ctica, es casi seguro que s¨®lo habr¨¢ sido la pen¨²ltima.
Entre ambos polos, de 1968 a 1985, el palmar¨¦s del corredor holand¨¦s se escribe en sus letras de oro as¨ª: dos campeonatos de Holanda, dos Par¨ªs-Tours, una Flecha Valona, el Tour de 1986-seis veces segundo en la prueba francesa-, la Vuelta a Espa?a de 1979, una Vuelta a Holanda, tres Par¨ªs-Niza, una Semana Catalana, la Escalada a Montjuich, dos Crit¨¦rium de Ases y la Tirreno-Adri¨¢tico. Y a partir del domingo, el jersei arco iris.
Sus equipos durante los 15 a?os de actividad profesional han sido: en 1970 y 1971, el Flandria-Mars; en 1972, el Flandria-Beaulieu; en 1973, el Gitane; en 1974, 1975 y 1976, el Gan Mercier; en 1977, 1978 y 1979, el Miko-Mercier; en 1980 y 1981, el T¨ª Raleigh; en 1982 y 1983, el Coop Mercier, y durante las dos ¨²ltimas temporadas, el Kwantum.
Desprecios
Pero no todo ha ido sobre ruedas en la vida deportiva del nuevo y veterano campe¨®n mundial. Pese al n¨²mero de victorias, los franceses le han llamado siempre, de forma despectiva, "el m¨¢s grande chuparruedas del pelot¨®n". En la jerga ciclista, d¨ªcese que es un chuparruedas aqu¨¦l que se coloca siempre con la relativa comodidad que supone pedalear durante varias horas en una bicicleta, pero eso s¨ª, sin exponerse en ataques importantes, sino manteniendo siempre la estela del m¨¢s fuerte.En cualquier caso, Zoetemelk ha tenido el m¨¦rito de no perder de vista -ah¨ª quedan sus seis segundos puestos en el Tour, la prueba reina de? ciclismo mundial- las ruedas de, entre otros, Eddy Merckx, Luis Oca?a, Bernard Thevenet, Lucien van Impe o Bernard Hinault.
Tambi¨¦n tuvo accidentes y fue motivo de pol¨¦mica. As¨ª, en 1977, tras ganar una etapa en Avoriaz, en el Tour, fue descalificado por dar positivo en el control antidroga. En la primera etapa de la cl¨¢sica carrera del Midi-Libre, en 1974, sufri¨® una aparatosa ca¨ªda disputando el sprint final. Joop no quer¨ªa ser trasladado a ning¨²n hospital y s¨®lo la insistencia de su mujer y de su m¨¦dico particular le obligaron: sufr¨ªa un traumatismo craneal.
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