La comunidad financiera de Estados Unidos considera intolerable la pol¨ªtica racista de Sur¨¢frica
![Francisco G. Basterra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F26f1666e-8865-4b38-9825-e308de656829.png?auth=690528c49e3824418e30ff3ed7a3e27b8e03b84858dbfba27dd43e81c6d4b120&width=100&height=100&smart=true)
La comunidad financiera estadounidense ha sentenciado que la pol¨ªtica de apartheid del Gobierno racista de Sur¨¢frica es intolerable. "Ustedes no tienen un problema financiero, sino pol¨ªtico, que s¨®lo se resolver¨¢ con medidas pol¨ªticas urgentes, las ¨²nicas capaces de restaurar la confianza de los inversores en su pa¨ªs". ?ste es el mensaje enviado por la banca y el mundo de los negocios norteamericanos a Pretoria. El presidente del Banco Central surafricano, Gerhard de Kock, tuvo que regresar inesperadamente el pasado domingo a su pa¨ªs tras fracasar en Nueva York y en Washington en su desesperado intento de lograr cr¨¦ditos o una operaci¨®n de rescate internacional dirigida por la Reserva Federal norteamericana.
Nada explica mejor el creciente aislamiento del Gobierno de Pieter Botha que la vergonzante visi ta realizada a Estados Unidos por De Kock. En Nueva York s¨®lo fue recibido por los directi vos del Citibank, y no consigui¨® ni siquiera ver a los del Chase Manhattan, la entidad que el pasado 1 de agosto anunci¨® que de jaba de conceder cr¨¦dito a Sur¨¢frica y abr¨ªa el camino que ha conducido al anuncio de que Pre toria suspende los pagos del principal de su deuda externa. En Washington, el banquero surafricano ten¨ªa previsto ¨²ntrevistarse con el presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker; con representantes del Fondo Monetario Internacional y del Departamento de Estado. Nadie, al parecer, ha querido recibirle, y si Paul Volcker lo ha hecho, como se rumorea en Washington, no se ha atrevido ni siquiera a hacerlo p¨²blico.La Casa Blanca se neg¨® a formular una declaraci¨®n de apoyo para los problemas financieros de Sur¨¢frica, que tiene una deuda externa de unos 17.000 millones de d¨®lares, de los ha de devolver en el plazo de un a?o alrededor de 12.000. No hay cr¨¦ditos puentes o ayudas inminentes de Estados Unidos, precis¨® un portavoz presidencial, que a?adi¨® que "es un asunto pol¨ªtico", que Pretoria debe solventar privadamente con sus acreedores. Los observadores subrayan aqu¨ª que las autoridades surafricanas no se han dado cuenta a¨²n de que lo que sufren no es una crisis econ¨®mica, sino pol¨ªtica, que no tiene soluci¨®n con medidas econ¨®micas.
La inversi¨®n extranjera en Sur¨¢frica era hasta ahora el plilar que manten¨ªa en pie el sistema de apartheid. El ex primer ministro surafricano John Vorster lo vio muy claro cuando afirm¨®: "Cada acuerdo comercial, cada pr¨¦stamo bancario, cada nueva inversi¨®n, es otro ladrillo en la pared de nuestra continuidad". Un subcomit¨¦ del Senado dijo lo mismo en un informe publicado hace a?os: "El nuevo efecto de la inversi¨®n norteamericana ha sido reforzar la autosuficiencia econ¨®mica y militar del sistema de apartheid".
Ahora, por primera vez, la campa?a de desinversi¨®n en Sur¨¢frica por parte de empresas de Estados Unidos m¨¢s el corte de los cr¨¦ditos, a lo que quiz¨¢s haya que unir las sanciones que-puede votar el Congreso, puede ser la primera se?al pr¨¢ctica para provocar un cambio que reciba y entienda Pieter Botha.
Tranquilidad en la banca
Lo que hace s¨®lo unos meses parec¨ªa impensable se ha producido: una declaraci¨®n de suspensi¨®n de pagos de la deuda surafricana. La decisi¨®n de Pretoria, que ha anunciado que seguir¨¢ pagando los intereses, no ha causado, sin embargo, excesiva alarma a los bancos norteamericanos, que entienden que no tiene la capacidad potencial de desestabilizar el sistema financiero internacional. Pretoria no ser¨¢ un ejemplo para otras naciones deudoras, y no se relaciona con los 370.000 millones de d¨®lares que debe Latinoam¨¦rica. Sur¨¢frica, subrayaron ayer expertos econ¨®micos, no ha solicitado variar las condiciones de pago de su deuda, como han sugerido M¨¦xico, Per¨² o Brasil."Para los bancos norteamericanos, la moratoria es una decisi¨®n dolorosa, pero manejable", explic¨® un alto funcionario de las Administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford.
Los bancos de Wall Street no contabilizar¨¢n de momento estos cr¨¦ditos como fallidos, lo que dafiar¨ªa sus cuentas de resultados, porque seguir¨¢n recibiendo pagos de intereses. La suspensi¨®n de pagos s¨®lo afecta a la deuda del sector privado. Adem¨¢s de que las compa?¨ªas surafricanas continuar¨¢n pagando los intereses a los bancos estadounidenses, el Gobierno de Botha continuar¨¢ pagando el principal de los cr¨¦ditos que tiene garantizados, se pagar¨¢n las importaciones, los dividendos a los inversores extranjeros, y sigue permitida la repatriaci¨®n de los beneficios realizados en Sur¨¢frica.
Pero la moratoria supone un duro golpe a las posibilidades de que Sur¨¢frica obtenga en el futuro nuevos cr¨¦ditos de la banca internacional, aseguraron medios financieros.
La suspensi¨®n del pago de la deuda ha da?ado la posici¨®n de Sur¨¢frica como pa¨ªs acreedor "provoca desconfianza en los inversores privados, y ciertamente, no le va a ayudar en el futuro", explic¨® un banquero norteamerica no. Medios econ¨®micos destacan que la negativa a conceder nuevos cr¨¦ditos a Sur¨¢frica se produce a pesar de las reservas de oro con que cuenta el pa¨ªs y del super¨¢vit que registra su'balanza internacional de pagos, que no justificar¨ªan una excesiva desconfianza econ¨®mica.
Nadie cree que Sur¨¢frica no pueda devolver en el futuro los pr¨¦stamos. A pesar de ello, tanto los bancos suizos como los de la Rep¨²blica Federal de Alemania, otro de los grandes pa¨ªses inversores en Sur¨¢frica, junto con el Reino Unido y Estados Unidos, se han negado a sustituir en los cr¨¦ditos a los bancos estadounidenses.
Allegar recursos
El Gobierno de Pretoria necesita recoger 9.000 millones de d¨®lares de dinero fresco para hacer frente a su deuda a corto plazo. Se estima que sus reservas actuales de oro y divisas, sin contar otros minerales estrat¨¦gicos de los que dependen en gran parte la econom¨ªa y la defensa norteamericanas, ascienden a 2.000 millones de d¨®lares.El pa¨ªs podr¨ªa lograr otros 4.000 millones de d¨®lares m¨¢s con la garant¨ªa de su producci¨®n de oro de un a?o. S¨®lo a los bancos de EE UU Sur¨¢frica debe 4.200 millones de d¨®lares, y el 84% de esta cantidad vence a 12 meses.
Los analistas financieros estiman que la situaci¨®n en Sur¨¢frica va a seguir empeorando, y la moratoria s¨®lo es un bal¨®n de ox¨ªgeno que pospone los problemas hasta el final del a?o
La firma neoyorquina Frost Sullivan, especialista en evaluar riesgos para gran parte de las compa?¨ªas de Estados Unidos que invierten en Sur¨¢frica, manifest¨® en un reciente informe que la econom¨ªa surafricana, asi como la situaci¨®n pol¨ªtica y social, "ern peoraran en los pr¨®ximos 18 meses". "El pa¨ªs", precis¨® un directivo de la citada empresa, "est¨¢ en una situaci¨®n prerrevolucionaria, y se producir¨¢ una escalada de la violencia".
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