Una de romanos
Espartaco se inscribe -y es la culminaci¨®n- dentro de un conjunto de obras de ballet con tema social que llenan toda la ¨¦poca de apogeo del realismo socialista como corriente oficial de las manifestaciones art¨ªsticas en la URSS, y junto a otras piezas como Gayan¨¦ o La llama de Par¨ªs se han convertido en repertorio fijo de todas las compa?¨ªas sovi¨¦ticas. Sin embargo, Espartaco ha trascendido mucho m¨¢s, y a partir de la gira del Ballet Bolshoi y su actuaci¨®n en la Scala de Mil¨¢n, en 1970, su popularidad ha ido en aumento en todo el mundo.De la coreograf¨ªa original de Jakobson para el Kirov de Leningrado en 1956 queda muy poco en la actualidad, salvo el criterio de los cuadros de cuerpo de baile desarrollados en tri¨¢ngulo y cierta pauta dram¨¢tica en el d¨²o de amor entre Frigia y Espartaco. Aqu¨ª la versi¨®n de Yuri Grigorovich ha sentado c¨¢tedra, as¨ª como la interpretaci¨®n de Maya Plisetskaia en Frigia. M¨¢s recientemente, la pareja compuesta por Ekaterina Max¨ªmova y Vasili Vasiliev logr¨® una caracterizaci¨®n brillante de estos personajes.
Ballet Oficial del Gran Teatro de la ?pera de Minsk
Bielorrusia. URSSPrimer programa: Espartaco (A. Jachaturian), Ballet completo en tres actos. Tatiana Yershova (Frigia) y Vladimir Komkov (Espartaco). Teatro Monumental. Madrid, 3 de septiembre.
La versi¨®n de Elizarlev para el Ballet de Minks sorprende al alejarse de las modernas versiones m¨¢s estilizadas y vuelve a una tesitura heroica de fuerte car¨¢cter ¨¦pico, donde la m¨ªmica antigua re cuerda los primeros tiempos de Gorsky en el Bolshoi y su estrecho contacto con la escuela y m¨¦todo de actuaci¨®n de Stanislavki.
Elizariev ha preferido un entorno de decorados pesados, con elementos realistas, entre los que aparece incluso una anacr¨®nica Victoria de Samotracia y unos figurines en el mismo estilo.
La abundancia de luces rojas y focos rasantes, el maquillaje cargado de trazos y la atm¨®sfera de telones oscuros con simbolog¨ªas magnificadas recuerdan el ambiente esc¨¦nico de Eisenstein, sin alcanzar su grandeza. La coreograf¨ªa elude el virtuosismo gratuito y se hace expresionista para acentuar la tensi¨®n que pide el argumento.
Salto espectacular
Alexander Kurkov (Craso) demostr¨® poseer un salto espectacular, tan caro a los bailarines sovi¨¦ticos, mientras que Vladimir Komkov tuvo que superar la dificultad esc¨¦nica del espacio demasiado corto para su ronda de saltos. Su actuaci¨®n es fuerte, consiguiendo por momentos convencer. Inessa Dushkevich fue la mejor. Su l¨ªnea estilizada, casi rozando la fragilidad; sus extensiones seguras y su ductilidad corporal ayudaron a que el adagio del tercer acto -la pieza m¨¢s famosa y bailada de esta obra- fuera sencillamente algo brillante.Elizariev ha preferido un trabajo de enlace y figuras ligadas con una variaci¨®n muy de tierra para el papel masculino, eludiendo la f¨®rmula cl¨¢sica del pas de deux sim¨¦trico y siendo literal en la lectura coreogr¨¢fica con respecto a la m¨²sica: cuando vuelve el tema del primer acto, la pareja repite los pasos de su primer encuentro, desarroll¨¢ndolos hacia la plenitud mel¨®dica del adagio final.
Las evoluciones del cuerpo de baile, tambi¨¦n mermadas en su posible brillantez por la mencionada falta de espacio, sustituyen muchas veces el recurso danzario por el de la expresividad m¨ªmica, lo que permite decir que todo el trabajo de danza recae en este caso sobre los solistas.
Toque oriental
La escena del banquete de Craso no llega a tener la grandeza necesaria: el toque oriental de las figurantes desdibuja el cuadro y la irrupci¨®n de Espartaco no llega a impactar.Finalmente, Elizariev ha renovado lo que todas las versiones de este ballet hab¨ªan respetado: la escena final, donde llevan el cad¨¢ver de Espartaco sobre los escudos y, tras todo el conjunto, Frigia se lamenta con los brazos en alto.
Aqu¨ª la hero¨ªna recorre el escenario con un in¨²til velo que entorpece su baile y tiene su ¨²nico momento a¨¦reo en unos espl¨¦ndidos jet¨¨. El trasnochado s¨ªmbolo de la resurrecci¨®n de Espartaco resta impacto a un final orquestal potente que merec¨ªa una soluci¨®n m¨¢s acorde.
Con todo, es un espect¨¢culo digno de verse, donde se aprecia claramente la calidad del baile de estos artistas y deja prever la calidad de su entrega en otras, piezas, como Cascanueces o El lago de los cisnes, donde la formaci¨®n acad¨¦mica y los recursos propiamente danzarios tendr¨¢n seguramente un mayor lucimiento.
El Ballet Oficial del Gran Teatro de la ?pera de Minsk presenta hoy y manana en el teatro Monumental, dentro de su serie de actuaciones, el Cascanueces de Chaikovski, ballet completo en dos actos con Natalia Filippova y Serguei Manzalevski como solistas. Esta obra se repet¨ªr¨¢ los d¨ªas 12 y 13. El programa contin¨²a el d¨ªa 7 con Chopiniana y Concierto en la primera parte y Carmen de Bizet en la segunda, con Nina Paulova y Vladimir Ivanov, como solistas. Este programa se. repetir¨¢ el s¨¢bado 14. El domingo 8 y los d¨ªas 10 y 11 se presentar¨¢ El lago de los cisnes de Chaikovski, con Ludmila Brzhosovskaya, Inessa Dushkevich, Tatiana Yershova, Nina Paulova, Natela Dadishkiliani, Aleksandr Kurkov, A. Martiriov, Yury Troyan y Yury Rankut.
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