Schuster salv¨® al Barcelona en una noche desangelada

El Barcelona, vencedor por 2-0 del Zaragoza, es el nuevo l¨ªder de la Primera Divisi¨®n de f¨²tbol al ser el ¨²nico equipo que no ha recibido ning¨²n gol. La segunda jornada de Liga, disputada ayer, es una de las dos que se jugar¨¢n en mi¨¦rcoles, con el fin de ganar fechas en la preparaci¨®n del equipo nacional, si se clasifica para la fase final del Mundial de M¨¦xico 86. Al equipo azulgrana, tambi¨¦n con tres puntos, le siguen Real Madrid, que gole¨® f¨¢cilmente al Valencia; Sp¨®rting; Atl¨¦tico de Madrid, que empat¨® en Alicante; Athl¨¦tic de Bilbao y Betis.

En el Camp Nou hay una forma muy sencilla de saber que el equipo de casa, es decir, el Barcelona, ahora campe¨®n, no est¨¢ jugando bien: el p¨²blico est¨¢ por otros rollos. Por ejemplo, el marcador y las radios port¨¢tiles, que reflejan la marcha de los diversos partidos de la jornada. Ayer, por ejemplo, el Athl¨¦tic-Las Palmas o el Real Madrid-Valencia. Por ejemplo, la reclamaci¨®n de faltas inexistentes. El silencio absoluto que se vive en el estadio durante largos minutos. Por ejemplo, ovacionar y vitorear a jugadores que realizan acciones individuales sin l¨®gica, pero vistosas y, como dir¨ªa Miguel Mu?oz, con fur¨ªa espa?ola. De todo eso hubo anoche, y de forma abundante, en el Camp Nou.En otras ¨¦pocas, todos esos s¨ªntomas eran el preludio del diluvio. El equipo sal¨ªa indeciso, se mov¨ªa espeso, la defensa temblaba a los primeros envites del rival, los centrocampistas entregaban mal los balones f¨¢ciles y la delantera no daba una a derechas.

Las cosas ahora son diferentes. El equipo ya es campe¨®n, ha dejado de ser un proyecto y el p¨²blico sabe que frente a ellos hay 11 poseedores de un t¨ªtulo. Tienen confianza en ellos y, adem¨¢s, juegan con Bernd Schuster.

El Barcelona jug¨® anoche, uno de los peores partidos de la era Venables. Desangelados, descolocados como nunca, desacertados en la entrega, ensombrecido el alem¨¢n por un sobrio Herrera y con los delanteros totalmente anulados -Fraile y Casuco no dejaron tocar bal¨®n a Archibald y Clos-, el Barcelona tuvo que echar mano del rubio maestro para colocar en el marcador un tranquilizador 1-0 -suficiente ante un Zaragoza bondadoso, que se limit¨® en todo momento a evitar la goleada con decoro- y estirar los minutos hasta el pitido final.

Los mismos jugadoles se dieron cuenta de que ¨¦sa no era su noche y, pese a que algunos le pusieron coraz¨®n, la mayor¨ªa decidi¨® que todav¨ªan quedaban 32 partidos por jugar y se limit¨® a cumplir con la ¨²nica tarea importante de la noche, ganar.