Revoluri¨®n de los 'gags'
A pesar del prolongado imperialismo de Walt Disney sobre el reino de los dibujos animados, esta vasta provincia del cine ha alumbrado genios que le han superado en estatura creadora. Acaso el ejemplo m¨¢s rotundo de inventiva en este arte lo suministr¨® el tejano Tex (Fred) Avery, que, aunque hered¨® la fauna antropornorfizada y el grafismo cl¨¢sico de Disney, revolucion¨® el g¨¦nero por sus gags agresivos, su s¨¢tira corrosiva, la libertad de su fantas¨ªa y el ritmo fren¨¦tico, que alejaban a sus cortometrajes, articulados en persecuciones s¨¢dicas, del didactismo moralizador de Disney. Tex Avery, fundador de un nuevo estilo en el g¨¦nero, se inscribi¨® en tradici¨®n de nonsense americano una especie de versi¨®n yanqui del superrealismo para su cultura de masas, que cultivaron tambi¨¦n Mack Sennett y los hermanos Marx.Hab¨ªa sido Le¨®n Schlesinger (1884-1949) el encargado de fundar y de dirigir el departamento de dibujos animados de la Wanier Bros, a principios del sonoro. All¨ª produjo dos series c¨¦lebres, tituladas Looney tunes (1933) y Meriy melodies (1933), que alumbraron a una fauna pintoresca formada por el cerdo Porky Pig, el pato Daffy Duck, el bigotudo gato Sylvester, el rat¨®n mexicano Speedy Gonz¨¢lez, Coyote y, sobre todo, el conejito Bugs Bunny, que naci¨® en 1940 de la mano de Chiack Jones, mucho antes que las conejitas de Playboy, pero siempre tentado por la forma f¨¢lica de las zanahorias. Schlesinger cont¨® en su equipo con grandes dibujantes y animadores, como Fritz (lsadore) Freeleng, Chuck (Charles), Jones y Frank Tashlin, quien dirigi¨® tambi¨¦n a Jerry Lewis en sus comienzos. Estos creadores pusieron en pie una r¨¦plica incisiva al estilo acaramelado de Disne,y y anticiparon la revoluci¨®n, que se produjo en el g¨¦nero al final de la II Guerra Mundial.
Fue en 1936 cuandose incorpor¨® el tejano Tex Aver'y al grupo de Schelsinger, un sujeto tan m¨ªtico que Robert Benayoun escribi¨® en 1961 acerca de ¨¦l que era un personaje inexistente e inventado, sin rostro ni imagen p¨²blica. Ahora sabemos, gracias a la biograf¨ªa de Joe Adamson, que Tex Avery (1908-1980) no fue un fantasma, sino que instituy¨® la po¨¦tica de la violencia en su estancia en los estudios Warrier hasta 1942. El monopolio de Disney comenz¨® a ser entonces erosionado y lleg¨® el reconocinfiento p¨²blico, puers los cortos de Warrier Bros comenzaron a ser galardonados regularmente con el Oscar de Hollywood, el primero de los cuales fue para Tweetie Pie and Sylvester (1947), de Fritz Freeleng, quien volver¨ªa a conquistar este galard¨®n con Speedy Gonz¨¢Lez (1955) y con Birde Anonymous (1957). El antagonismo de la escuela Avery con Disney fue tan expl¨ªcito que en 1954 Avery produjo The three little pups, respuesta pol¨¦mica a los tres cerditos de Disney, con tres cachorros que representaban la moral agresiva y burguesa que floreci¨® en la era de Eisenhower.
La TV ofreci¨® a los dibujos una segunda vida, en una ¨¦poca en la que la espiral de los costes de producci¨®n, primero, y la amenaza de la animaci¨®n computerizada de los telefilmes japoneses, pon¨ªan al g¨¦nero al borde de la muerte. Los vivaces dibujos animados de la Warner, nacidos de un gran impulso creativo, han, pasado a ser hoy raros objetos del pasado, dignos de las vitrinas de un museo.
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