Censura en la colegiata

En los ¨²ltimos arios del siglo XX me he quedado sin poder ver la colegiata de Santillana del Mar (Santander) por vestir unas bermudas de lo m¨¢s decente, ya que la autoridad eclesi¨¢stica del lugar considera indecorosa la entrada de los varones que visten tal prenda, a pesar del calor, de la decencia de la misma y de no celebrarse oficio alguno ni estar expuesto el Sant¨ªsimo.No obstante, con dicha prenda pude visitar las catedrales de sin problema alguno, lo que me hace pensar que la censura eclesi¨¢stica depende en gran manera de la opini¨®n personal, por lo que queda expuesta en demas¨ªa a la subjetividad del censor.

Si bien es indudable que la Iglesia cat¨®lica se encuentra en una etapa de aperturismo, ya que no en vano ha perdonado hace pocos a?os a Galileo Galilei por sus imprudencias astron¨®micas, no obstante me pregunto si no ser¨ªa una sabia medida a adoptar por el Ministerio de Cultura el construir grandes iglesias funcionales para el culto, y a cambio de ello tutelar todas aquellas construcciones religiosas que interesen al ciudadano medio desde el punto de vista art¨ªstico, convirti¨¦ndolas en museos, que de ese modo puedan visitarse sin tener que sufrir el capricho censor de una autoridad eclesi¨¢stica que considera unas pantorrilas masculinas como un atentado a la fe y a las costumbres-