Autonom¨ªa pol¨ªtica y financiera

No son exageradas las voces que desde Catalu?a se alzan estos d¨ªas reclamando la revisi¨®n del sistema de financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Quienes sostenemos que el actual sistema no funciona lo hacemos desde la experiencia de varios a?os de aplicaci¨®n de unas f¨®rmulas que no solucionan los problemas que se plantean a las autonom¨ªas con capacidad suficiente para administrar la cosa p¨²blica.Cuando se elaboraron la Constituci¨®n y los estatutos, nadie puso en duda la necesidad de dotar a las comunidades aut¨®nomas de los medios suficientes para llevar a cabo su cometido. Ahora, cuando el marco constitucional no se cuestiona, desde la Administraci¨®n, con cicater¨ªa, se pretende asfixiar econ¨®micamente a esas comunidades. El d¨¦ficit p¨²blico es la gran excusa. Sin embargo, desde el Gobierno central no se ofrece nada que permita percibir una pol¨ªtica de dr¨¢stica restricci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico. Se impone a las comunidades aut¨®nomas, no sin aire prepotente, sufrir las consecuencias de una deficiente pol¨ªtica de contenci¨®n del gasto de la Administraci¨®n central.

Catalu?a, que como siempre quiere ser solidaria con todas las comunidades aut¨®nomas de Espa?a, sabe que paga mucho y que recibe poco. Pero la solidaridad consiste en que reciba lo justo, y ahora esto no ocurre.

Revisi¨®n a los seis a?os

En el Estatuto de Catalu?a est¨¢ prevista la revisi¨®n del sistema de financiaci¨®n una vez transcurrido el per¨ªodo transitorio de seis a?os, que ahora se cumple, o cuando est¨¦n ultimados los traspasos de servicios. Todo ello seg¨²n lo regulado en el art¨ªculo 45 del estatuto y en el art¨ªculo 13 de la ley de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas.

Se ha de hallar con voluntad de entendimiento un nuevo m¨¦todo para financiar la autonom¨ªa. Desde Catalu?a se desea asegurar definitivamente unos mecanismos de financiaci¨®n que constituyan una garant¨ªa para obtener un aut¨¦ntico autogobierno por parte de la comunidad. Que da claro que la condici¨®n b¨¢sica para ese autogobierno no es otra que la autonom¨ªa financiera. Autonom¨ªa para decidir la estructura del gasto y la capacidad para establecer el volumen final de los ingresos.

Nos resistimos a imaginar que la pretensi¨®n final de la Administraci¨®n central sea bloquear la capacidad de maniobra de las comunidades aut¨®nomas que no controla. Ser¨ªa tanto como pretender la paralizaci¨®n del engranaje del Estado, porque las autonom¨ªas son Estado, tan Estado como toda la Administraci¨®n central.

No se quiera desvirtuar lo que hoy es un hecho evidente. No se hurte a los ciudadanos la verdad. Sin dinero no existen las autonom¨ªas. Si unas administran mal, que se sepa. En Catalu?a y desde Catalu?a creemos que las cosas no se han hecho tan mal. No se est¨¢ haciendo crispar a nadie porque el descontento es generalizado. Una asfixia econ¨®mica para hacer fracasar una pol¨ªtica distinta no ser¨ªa sino cortedad de miras.