Christo: "La gente no conoce mi nombre, pero conoce mis obras"
Tras 10 a?os de gestiones, el artista empaqueta el Pont Neuf, el puente m¨¢s antiguo de Par¨ªs
La constancia es, sin duda alguna, una de las virtudes de Christo (Gbrovo, Bulgaria, 1935), pues han sido 10 a?os los que le han costado conseguir los permisos necesarios para realizar uno de sus proyectos m¨¢s queridos: empaquetar el Pont-Neuf, el m¨¢s antiguo de Par¨ªs.Hasta finales de junio pasado -tras muchos avatares, consecuencia de los intereses y manipulaciones pol¨ªticas-, el ¨²ltimo permiso, el del prefecto de la ciudad, parec¨ªa definitivamente imposible de conseguir. Para estas fechas, el artista hab¨ªa comprometido en el proyecto la cifra de casi dos millones de d¨®lares (unos 340 millones de pesetas). Por fin, gracias a la intervenci¨®n personal del presidente de la Rep¨²blica Francesa, se dio luz verde al proyecto.
Pregunta. ?Por qu¨¦ el Pont Neuf y no la torre Eiffel, el Arco del Triunfo o Notre-Dame?
Respuesta. Todos mis proyectos los decido por razones puramente personales. Si no hubiera vivido en Par¨ªs entre 1957 y 1964 quiz¨¢ ¨¦ste no hubiera existido nunca. Lo eleg¨ª porque, adem¨¢s de ser una obra excepcional de arquitectura y urbanismo, el puente m¨¢s antiguo (1578-1606) y hermoso, tuvo y tiene desde su origen un papel importante en la vida de la ciudad, siendo adem¨¢s un punto de encuentro de sus dos partes divididas por el Sena. Nunca se vio convertido en un objeto de arte en s¨ª mismo, y yo decid¨ª hacerlo.
Desde que empec¨¦ con mis proyectos in situ, en 1961, trabajo siempre espacios que ya han sido manipulados, organizados por el hombre. En esta organizaci¨®n yo introduzco un elemento provisional de perturbaci¨®n. Una vez empaquetado, todos estos elementos arquitect¨®nicos y urban¨ªsticos son apropiados por la obra de arte. El empaquetamiento no desvirt¨²a su funcion. El Pont-Neuf empaquetado seguir¨¢ siendo un puente, por el que pasar¨¢n personas, coches y barcos, envuelto en la tela; con sus formas, que pone de relieve, y adem¨¢s eliminar¨¢ algunos deterioros producidos por los a?os, la erosi¨®n, la contaminaci¨®n, etc¨¦tera. La tela crear¨¢ en algunas partes, por sus pliegues, vol¨²menes, y los contrastes de luz y sombras ser¨¢n m¨¢s visibles, por ejemplo, en los arcos. En Par¨ªs yo quer¨ªa hacer algo sutil. No me ve¨ªa introduciendo una forma arrogante, chocante, extra?a en este espacio que ha crecido org¨¢nicamente durante siglos. Hacer en este contexto algo agresivo me parec¨ªa f¨¢cil, trivial. Aunque la obra es muy compleja, en cuanto a su realizaci¨®n, lo que m¨¢s me interesa es la forma en que se integrar¨¢ en el resto de la ciudad. Por ello el color de la tela es similar al de la piedra de Par¨ªs. De lejos no parecer¨¢ empaquetado, s¨®lo se ver¨¢ al acercarse y por el movimiento de la tela.
P. Con frecuencia, cuando se habla de su trabajo, se trata fundamentalmente del precio, en d¨®lares; de los miles de metros de tela, cables; de la proeza t¨¦cnica que supone, etc¨¦tera. Pocas veces se analiza desde el punto de vista est¨¦tico.
R. Es una cuesti¨®n interesante. Pero ocurre que aunque mis proyectos siempre tienen una dimensi¨®n pict¨®rica -como, por ejemplo, el de ?maumi?, donde la tela sobre el agua parec¨ªa una pintura abstracta, o escult¨®rica, como el de Australia-, tienen tambi¨¦n otra arquitect¨®nica y urban¨ªstica que es fundamental. Conseguir el permiso para hacer el Pont-Neuf me ha costado pr¨¢cticamente 10 a?os, casi como construir una autopista, lo que significa que la magnitud del proyecto es tal que no puede limitarse a una discusi¨®n de orden est¨¦tico.
Lo que m¨¢s me interesa es c¨®mo se integra en la vida de la gente durante el tiempo que dura. De mi trabajo hay algo que me gusta mucho: gran cantidad de gente no conoce mi nombre en absoluto, pero conoce mis obras; al contrario de lo que ocurre con otros artistas que todo el mundo sabe c¨®mo se llaman, pero no conocen, o muy vagamente, lo que han hecho. Creo que el impacto visual de mis obras es considerable. Son im¨¢genes que quedan profundamente grabadas en la memoria, y esta imagen pasa necesariamente por la magnitud f¨ªsica de la tela, los cables y todo el resto.
P. Sus proyectos son siempre ef¨ªmeros. ?Es una idea que le interesa a nivel filos¨®fico, viene dada por la misma din¨¢mica de la obra o simplemente es una raz¨®n pr¨¢ctica?, pues resulta costos¨ªsimo y, por supuesto, aburrid¨ªs¨ªmo ocuparse de su mantenimiento.
R. Como todos los artistas, no hago m¨¢s que aquello que me interesa. Una de las caracter¨ªsticas principales de mis proyectos es su radicalidad, una radicalidad que abarca muchos niveles -el econ¨®mico, por ejemplo-, pues nadie puede comprarlo ni venderlo, apropi¨¢rselo de la manera que sea.
El proyecto est¨¢ pensado y realizado para trastornar, desordenar y desplazar las ideas adquiridas sobre lo que es arte; al radicalizar la noci¨®n de objeto de arte, de perennidad, obliga a una revisi¨®n de la idea del arte en s¨ª mismo. Pero adem¨¢s el material que empleo, la tela, tiene algo de n¨®mada. Pienso que lafisicalidad del proyecto debe expresar la dimensi¨®n de su fragilidad, lo que hace tambi¨¦n que la gente vaya urgentemente a verlo, porque saben que es fr¨¢gil, perecedero, que puede pronto desaparecer.
Individualismo del artista
P. Usted ha rechazado el encargo de empaquetar la estatua de la Libertad con motivo del centenario; se niega a aceptar encargos. Sin embargo, muchos artistas los aceptaron sin menoscabo de su libertad y la calidad de la obra.
R. Creo que una de las cosas m¨¢s importantes del arte del siglo XX es el individualismo. Todos los ismos han sido gritos del artista para conseguir ser ¨¦l mismo. El arte hoy es practicado en un sistema que comprende desde la peque?a galer¨ªa de vanguardia hasta el Ministerio de Cultura, becas, encargos, etc¨¦tera; es decir, este sistema comprende hoy uno o dos millones de personas en el mundo que han creado un club privad¨ªsimo, un espacio protegido donde funciona una serie de valores comunes.
Mis proyectos est¨¢n siempre fuera de este club, tienen lugar en un espacio no preparado; por eso tienen tambi¨¦n ese car¨¢cter de suicidio. Pero ocurre que una vez introducido este proyecto en su espacio no protegido desarrolla una fuerza imprevisible, irreglamentable, lo contrario de lo que ocurre en el interior del sistema del arte. Mis proyectos son como un desaf¨ªo conmigo mismo que me impide protegerme en la seguridad, y adem¨¢s me obligan a una gran sinceridad tambi¨¦n conmigo mismo, y no concibo otra forma de hacer arte.
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