El centro de la capital presenta un aspecto fantasmal
El aspecto del aeropuerto de M¨¦xico no permit¨ªa el viernes por la tarde, hora local, hacerse cargo de las dimensiones de la tragedia vivida por la ciudad. La sensaci¨®n era de que la vida sigue igual. En las salas de espera del aeropuerto, la televisi¨®n lanzaba im¨¢genes de Roc¨ªo D¨²rcal cantando; hab¨ªa colas ante las ventanillas para el cambio de moneda extranjera, y las autopistas hacia el centro de la ciudad registraban el atasco de tr¨¢fico habitual. El cuadro cambia por completo en el centro de la ciudad. La zona m¨¢s afectada es la edificada sobre la antigua laguna de la capital mexicana. Las calles del centro, anta?o anchas y llenas de vida, ahora presentan un aspecto fantasmal. Las gentes huyen al extrarradio e incluso fuera de la ciudad.
A las 18.30 horas del viernes, el subsecretario de Gobernaci¨®n, Fernando P¨¦rez Correa, se present¨® en el club de corresponsales extranjeros para informar a los periodistas. Minutos despu¨¦s de concluida la conferencia de prensa, los periodistas siguieron reunidos para discutir las modalidades del uso de las escasas l¨ªneas de t¨¦lex que funcionaban. De pronto, el edificio empez¨® a temblar y se apag¨® la luz. Era el segundo terremoto. En la oscuridad, los all¨ª reunidos bajaron a trompicones la escalera, que se mov¨ªa hacia los lados y lanzaba a unos sobre otros. Algunos gritaban con voz nerviosa "Calma, calma; desalojen el edificio con tranquilidad". En la calle, las farolas y cables del tendido el¨¦ctrico se bamboleaban y la gente hu¨ªa hacia los parques y el centro de la calzada ante el temor de que se viniesen abajo algunos de los edificios da?ados.Una de las avenidas m¨¢s famosas de la capital mejicana, el paseo de la Reforma, en la zona pr¨®xima al cruce con la avenida de Insurgentes, presentaba un aspecto ca¨®tico. Ambulancias y patrulleras de la polic¨ªa circulaban en todas direcciones en medio de un estruendoso ulular de sirenas.
Los edificios de esa zona surg¨ªan como fantasmas en la oscuridad, con muchos pisos destruidos y grandes grietas. Se pod¨ªa incluso escuchar el chirrido de las estructuras met¨¢licas y la rotura de cristales. Era como un crujido de edificio a punto de derrumbarse. Polic¨ªas y grupos de voluntarios civiles formaban cordones para evitar que la gente. se aproximase a los edificios en peligro de ruina. Las calzadas del paseo de la Reforma eran un continuo ir y venir de gente, con maletas y bultos, que marchaba por el centro por el miedo a ser alcanzada por un derrumbamiento.
En plena calle se hab¨ªa instalado un campamento de gente que se dispon¨ªa a pasar la noche al aire libre. Simeth Payan, una chica que declar¨® pertenecer a la Iglesia mormona, coment¨®& a este corresponsal: "Aqu¨ª no hay autoridades; todo hay que organizarlo de forma espont¨¢nea, seg¨²n las necesidades que surgen". Unos metros m¨¢s all¨¢ estaba sentada en el suelo Laura Aguilar, una joven madre de 23 a?os, que ten¨ªa los ojos secos, pero enrojecidos por el llanto, mientras manten¨ªa una expresi¨®n ausente en el rostro. A tu lado, unos j¨®venes cambiaban los pa?ales al beb¨¦ de meses de Laura, quien, tras el primer terremoto del jueves, vag¨® errante durante 24 horas por la ciudad en busca de su marido y los dos hijos desaparecidos. El marido de Laura estaba en uno de los edificios hundidos y sus hijos, de tres y cuatro a?os, hab¨ªan salido con una t¨ªa, pero no regresaron.
Las emisoras de radio ped¨ªan el s¨¢bado por la ma?ana "ox¨ªgeno, jab¨®n l¨ªquido, tetanol, agujas hipod¨¦rmicas, jeringuillas, alimentos envasados, gasas y material quir¨²rgico" para los hospitales.
Desde la radio se Invitaba a la poblaci¨®n a permanecer en casa durante el fin de semana para no interrumpir las tareas de rescate de posibles supervivientes y evitar los atascos de tr¨¢fico. Los problemas para los habitantes de muchas zonas de la capital son de agua, luz y tel¨¦fono. Las autoridades advierten contra el consumo de agua sin hervir. Se trata de evitar la difusi¨®n de enfermedades infecciosas. Hay que recoger y retirar a los perros callejeros. La situaci¨®n de las comunicaciones es ca¨®tica por la ca¨ªda de una torre clave. No se pueden realizar llamadas fuera de la capital, donde tambi¨¦n el tel¨¦fono funciona muy defectuosamente. A veces no se consigue comunicar o dan se?ales continuas de estar comunicando.
En el cine Mar¨ªa Isabel, en el centro mismo del paseo de la Reforma, se anunciaba una pel¨ªcula con un t¨ªtulo simb¨®lico, Solos en la oscuridad.
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