Ronald Reagan anuncia que intervendr¨¢ en los mercados de cambios para conseguir la depreciaci¨®n del d¨®lar

Ronald Reagan anunci¨® ayer la creaci¨®n de un fondo especial de 300 millones de d¨®lares para ayudar a las exportaciones norteamericanas a competir con las importaciones subvencionadas, en un ¨²ltimo intento de detener una oleada de leyes proteccionistas que est¨¢ a punto de aprobar el Congreso. 24 horas antes del discurso de Reagan, Estados Unidos dio un vuelco a su estrategia econ¨®mica anunciando, junto con Jap¨®n, la Rep¨²blica Federal de Alemania, el Reino Unido y Francia, que intervendr¨¢ en los mercados de cambio para conseguir la depreciaci¨®n del d¨®lar. La Administraci¨®n republicana reconoce as¨ª por primera vez que la divisa estadounidense es la principal causa del d¨¦ficit comercial de 150.000 millones de d¨®lares que sufre este pa¨ªs.

Se duda, sin embargo, que el anuncio de Reagan sirva para detener al Congreso, que esta semana votar¨¢ una legislaci¨®n proteccionista para la industria textil norteamericana que, si es finalmente aprobada en su proyecto actual, podr¨ªa da?ar tambi¨¦n a las exportaciones espa?olas. El anuncio de la intervenci¨®n en los mercados de cambio ha sido bien recibido por la oposici¨®n dem¨®crata en el Congreso, aunque ¨¦ste, as¨ª como los medios financieros, son esc¨¦pticos sobre sus resultados pr¨¢cticos.

Subida en la bolsa

Los mercados reaccionaron ayer con euforia en EE UU a la decisi¨®n de los cinco grandes pa¨ªses industriales, reconociendo que por primera vez se toman medidas y se acepta el peligro de unos d¨¦ficits presupuestario y comercial tan elevados. A mediod¨ªa, el ¨ªndice Dow Jones de la bolsa de Nueva York hab¨ªa subido 15 puntos y tambi¨¦n lo hab¨ªa hecho el oro como contrapunto a la ca¨ªda del d¨®lar en Europa.

Reagan desvel¨® ayer su pol¨ªtica comercial ante un auditorio de 200 empresarios reunidos en la Casa Blanca. El presidente advirti¨® que "no permanecer¨¦ impasible viendo c¨®mo caen las empresas norteamericanas por las pr¨¢cticas comerciales injustas practicadas por otros pa¨ªses". Reagan reiter¨® que vetar¨¢ cualquier medida proteccionista, pidi¨® ayuda al Congreso para aumentar el nivel global del comercio mundial y solicit¨® a los socios comerciales de Estados Unidos que "se unan a nosotros" para conseguir este prop¨®sito. Reagan defini¨® su filosof¨ªa, partidaria de un "comercio libre pero tambi¨¦n justo", afirmando que "no queremos impedir a los dem¨¢s que vendan aqu¨ª, pero nosotros tambi¨¦n queremos vender en el exterior".

Adem¨¢s de la creaci¨®n del fondo para la ayuda a la exportaci¨®n, que podr¨¢ ser ampliado a 1.000 millones de d¨®lares, el presidente anunci¨® el establecimiento de una comisi¨®n especial para detectar las ?legalidades de otros pa¨ªses que crean obst¨¢culos a las exportaciones norteamericanas; se pondr¨¢n l¨ªmites concretos de tiempo a las negociaciones para que Jap¨®n abra sus mercados; se acelerar¨¢n las negociaciones para impedir la copia y pirater¨ªa de productos y dise?os norteamericanos; se negociar¨¢ el fin de los derechos compensatorios; el comportamiento de EE UU en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial tendr¨¢ en cuenta el de los socios comerciales de este pa¨ªs. En resumen, se reforzar¨¢ y enmendar¨¢ la actual legislaci¨®n comercial y el presidente solicitar¨¢ un reforzamiento de los poderes del Ejecutivo en materia comercial.

El Tesoro norteamericano manifest¨® ayer su satisfacci¨®n por el descenso del d¨®lar en los mercados internacionales, que reaccionaron a la baja ante la amenaza de una intervenci¨®n masiva por parte de los cinco grandes poderes industriales de Occidente anunciada el domingo en Nueva York.

Desde el punto de vista de la pol¨ªtica interna norteamericana, el acuerdo alcanzado tiene el claro objetivo inmediato de reforzar la posici¨®n de Ronald Reagan, firme partidario del libre comercio, y de tratar de detener la presi¨®n proteccionista que est¨¢ ejerciendo el Congreso sobre el presidente. La reuni¨®n de Nueva York fue estimulada y convocada por Estados Unidos, en un proceso de negociaciones secretas con sus principales aliados que ha durado meses.

Pero la consecuci¨®n de este objetivo de pol¨ªtica interior inmediata no puede ocultar que Reagan ha sancionado un importante cambio de su filosof¨ªa econ¨®mica. Desde que subi¨® al poder, en 1981, el presidente se hab¨ªa negado a intervenir en los mercados de cambio, reiterando que la mejor regulaci¨®n era la que provocaba el libre mercado y sosteniendo que el alto valor del d¨®lar s¨®lo reflejaba el magn¨ªfico estado de la econom¨ªa norteamericana y la confianza mundial de que "Estados Unidos es la mejor inversi¨®n posible".

Por primera vez, Reagan admite que los d¨¦ficit presupuestario y comercial son importantes y que la sobrevaloraci¨®n del d¨®lar es la causa principal de estos desequilibrios que amenazan el futuro de la industria, agricultura y el crecimiento norteamericanos. En consecuencia, con este reconocimiento de la realidad, el grupo de los cinco concluy¨® que "el tipo de cambio de las monedas debe reflejar mejor las condiciones econ¨®micas fundamentales que lo que lo ven¨ªan haciendo hasta ahora". Esto ha conducido a afirmar que "es deseable" un valor m¨¢s bajo del d¨®lar.

De alguna forma, Estados Unidos se aproxima a la postura europea que ven¨ªa clamando in¨²tilmente la urgencia de reducir el valor de la divisa norteamericana.

El acuerdo de Nueva York refleja un pacto por el que Estados Unidos consigue que las econom¨ªas de Europa y Jap¨®n se comprometan a estimular su crecimiento, eliminando actuales trabas y reduciendo las cargas fiscales, a cambio de una intervenci¨®n activa de Washington en los mercados de cambio.

Amenaza de inflaci¨®n

Los expertos financieros pensaban ayer en Nueva York que la pol¨ªtica de intervenci¨®n para devaluar el d¨®lar comporta serios riesgos. Si la ca¨ªda de la moneda norteamericana se produce muy r¨¢pidamente, el peligro vendr¨ªa por un rebrote de la inflaci¨®n, que obligar¨ªa a su vez a la Reserva Federal a subir los tipos de inter¨¦s para traer la inversi¨®n extranjera necesaria para financiar el d¨¦ficit.

La otra posibilidad es que el d¨®lar no reduzca sustancialmente su valor -debe hacerlo entre un 25% y un 30% en que est¨¢ sobrevalorado-, y s¨®lo en el plazo de dos a?os se notar¨ªa su efecto sobre la balanza comercial.

Las buenas intenciones del acuerdo de Nueva York chocan tambi¨¦n con las dudas de quienes creen que Jap¨®n y Europa no actuar¨¢n decisivamente para estimular sus econom¨ªas y que Estados Unidos no har¨¢ nada fundamental para reducir el d¨¦ficit presupuestario. Por ¨²ltimo, desde un punto de vista t¨¦cnico una intervenci¨®n masiva es dificil, ya que ni incluso los bancos centrales de los cinco grandes tienen recursos suficientes para influir decisivamente en unos mercados de cambios que mueven, cada 24 horas en el mundo, entre 100.000 y 150.000 millones de d¨®lares.