Las presiones internacionales no pudieron frenar los cinco fusilamientos del 27 de septiembre de 1975
?ngel Otaegui, mientro de ETA condenado por cooperaci¨®n en el asesinato del cabo de la Guardia Civil Gregorio Posadas, fue ejecutado en el penal burgal¨¦s de Villal¨®n, a las 8.30 de la ma?ana del d¨ªa 27 de septiembre de 1975. Cinco minutos despu¨¦s era fusilado en Barcelona el tambi¨¦n miembro de ETA Juan Paredes Manot Txiki, acusado de ser el ejecutor material de Posadas. En el campo de tiro de Hoyo de Manzanares (Madrid), a partir de las 9.20 de la ma?ana y con intervalos matem¨¢ticos de 20 minutos, se enfrentan al pelot¨®n de ejecuci¨®n los militantes del FRAP Jos¨¦ Humberto Baena, Ram¨®n Garc¨ªa Sanz y Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Bravo. Ese mismo d¨ªa comenz¨® la desaparici¨®n del franquismo.
Una inmensa conmoci¨®n internacional acompa?¨® a los cinco fusilamientos, acordados el d¨ªa anterior, 26 de septiembre, en Consejo de Ministros y por unanimidad.
Apenas cuatro d¨ªas antes, la polic¨ªa hab¨ªa expulsado de Espa?a a varios intelectuales franceses, entre ellos el actor Yves Montand, el realizador Costa Gavras y el escritor Regis Debray, que intentaban divulgar en Madrid un escrito de condena contra el r¨¦gimen franquista, suscrito por Jean Paul Sartre, Andr¨¦ Malraux, Louis Arag¨®n y Pierre Mendes-France. La inminencia de las ejecuciones hab¨ªa movilizado al mundo entero, y de todas partes llegaban mensajes pidiendo clemencia. Pero, aquella noche del 26 el jefe del Estado se hab¨ªa acostado ordenando taxativamente que no les despertasen bajo ning¨²n pretexto. Si no le hab¨ªan conmovido los ruegos de Pablo VI, menos a¨²n iba a hacerlo la imagen del primer ministro sueco Olof Palme, pidiendo con una hucha por las calles de Estocolmo en favor de las familias de los condenados. O la carta de su propio hermano, Nicol¨¢s Franco, record¨¢ndole: "T¨² eres un buen cristiano, despu¨¦s te arrepentir¨¢s".
Pese a todo, algunos peri¨®dicos de aquel s¨¢bado, 27 de septiembre, se hab¨ªan plegado a las consignas y titulaban a toda p¨¢gina: "Hubo clemencia", refiri¨¦ndose a los seis indultos que la generosidad del general hab¨ªa acordado: el ser especialmente joven, mujer o universitario permiti¨® seguir viviendo a los miembros del FRAP Manuel Blanco Chivite, VIadimiro Fern¨¢ndez, Concepci¨®n Trist¨¢n, Mar¨ªa Jes¨²s Dasca y Manuel Ca?averas, a quienes el tribunal tambi¨¦n hab¨ªa condenado a muerte. Al etarra Jos¨¦ Antonio Garmendia, Tupa, le salv¨® el disparo que la polic¨ªa le hizo en San Sebasti¨¢n meses antes, al ser detenido; la bala le hab¨ªa lesionado seriamente el cerebro, seg¨²n pudo demostrar su abogado, Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s.
Los fusilamientos del 27 de septiembre horrorizaron a la opini¨®n p¨²blica nacional e internacional. Las irregularidades en los procesos, en los que se acusaba a los condenados de ser autores directos o indirectos de la muerte de varios miembros de las fuerzas del orden, hab¨ªan sido abundantemente puestas de manifiesto por relevantes juristas europeos. El d¨ªa 29, el presidente mexicano, Luis Echevarr¨ªa, quien hab¨ªa ayudado sin disimulo al nacimiento de la Junta Democr¨¢tica, pidi¨® al secretario general de las Naciones Unidas que suspenda la pertenencia de Espa?a a la ONU. La reacci¨®n del r¨¦gimen fue fulminante: se prohibi¨® a las emisoras de radio emitir rancheras. Paralelamente, la Embajada de Espa?a en Lisboa qued¨® semidestruida por la acci¨®n de airados manifestantes. 12 embajadores occidentales abandonaron Madrid, llamados por sus gobiernos.
Nunca el r¨¦gimen hab¨ªa estado tan solo. El 1 de octubre, y gracias a una eficaz labor de los servicios que dirige el teniente coronel Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn, se convoc¨® una espont¨¢nea manifestaci¨®n en la plaza de Oriente. All¨ª, con voz tr¨¦mula, y aquejado de fuertes temblores, el general dijo a la multitud que: "Todo lo que en Espa?a y Europa se ha armao obedece a una conspiraci¨®n mas¨®nico-izquierdista, en contubernio con la subversi¨®n comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece". Las im¨¢genes de aquel acto, en el que pudo verse al jefe del Estado sollozando senilmente, figuran entre las ¨²ltimas en las que aparece el general todav¨ªa en pie.
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