Las autoridades de M¨¦xico dudan entre salvar posibles vidas o rehacer la ciudad
Una semana despu¨¦s del terremoto que caus¨® la muerte a miles de mexicanos y derrib¨® centenares de edificios, todav¨ªa se rescatan personas con vida de las ruinas y se plantea el dilema entre salvar posibles supervivientes o eliminar los escombros con los sepultados dentro para reconstruir la ciudad.
La vida normal en el Distrito Federal tardar¨¢ mucho en recuperarse, pero siete d¨ªas despu¨¦s del se¨ªsmo se discute sobre el futuro de la ciudad. En una radio se pod¨ªa escuchar ayer: "No podemos levantar torres donde se cayeron. Hay que hacer parques, en vez de torres. Hagamos un ¨¢rea verde gigantesca para que las generaciones futuras no tengan que presenciar lo que nosotros tuvimos que lamentar". Se habla tambi¨¦n de aprovechar la destrucci¨®n de varios ministerios y edificios p¨²blicos para realizar una descentralizaci¨®n administrativa y trasladar organismos p¨²blicos fuera del Distrito Federal.Estas discusiones suenan un poco a ficci¨®n cient¨ªfica ante la urgencia de los problemas inmediatos. El m¨¢s grave es el del agua. En muchas zonas de la ciudad falta agua, y gentes desesperadas llegan a las tuber¨ªas, cavan el pavimento y abren las ca?er¨ªas para aprovisionarse. Esto provoca fugas y p¨¦rdidas mayores. Los tel¨¦fonos funcionan mal y no hay comunicaciones con el extranjero ni fuera de la capital. Se teme que pueda venirse abajo otra de las torres de comunicaciones que qued¨® da?ada, lo que significar¨ªa la paralizaci¨®n del servicio telef¨®nico interurbano en la capital.
El golpe recibido por la sanidad en el Distrito Federal ha sido terrible. El ministro espa?ol de Sanidad, Ernest Lluch, explic¨® a los periodistas que han quedado destruidas 4.000 camas de hospital en la capital mexicana. Esto costar¨ªa en Espa?a 20.000 millones de pesetas. Esta cantidad es la que el Ministerio de Sanidad espa?ol dedica durante un a?o a las obras de infraestructura para la construcci¨®n de hospitales.
En el sector sanitario, las p¨¦rdidas humanas, al venirse abajo dos de los primeros centros hospitalarios del pa¨ªs, se elevan a centenares de m¨¦dicos. Jes¨²s Aguilar Rodr¨ªguez, director del hospital Ju¨¢rez, declar¨® ayer a la radio que all¨ª quedaron sepultadas 900 personas dedicadas a la medicina -m¨¦dicos, enfermeras y personal auxiliar-, de las que hasta ahora s¨®lo se rescataron unas 250 entre vivas y muertas. Todav¨ªa se observan se?ales de vida entre las ruinas en el hospital. En la madrugada del jueves se rescat¨® viva a una enfermera, y el mi¨¦rcoles, a tres reci¨¦n nacidos vivos.
La decisi¨®n de entrar con maquinaria pesada o volar los escombros flota en el ambiente, por motivos sanitarios y para tratar de normalizar la situaci¨®n. La perspectiva de acabar con la vida de algunos supervivientes resulta insoportable y podr¨ªa provocar la reacci¨®n de los familiares, que vigilan ansiosos las tareas de desescombro.
Las perspectivas con vistas al futuro de la capital mexicana son negras. Una emisora de radio repite el eslogan Saldremos adelante. La situaci¨®n de los edificios da?ados es grave y queda de manifiesto con el hecho de que unas ligeras lluvias ca¨ªdas el martes provocaron nuevos hundimientos de edificios da?ados y tambi¨¦n nuevos casos de personas sepultadas. Las escuelas no abrir¨¢n hasta el pr¨®ximo lunes. Hay 37 escuelas p¨²blicas destruidas y 22 que necesitan reparaciones. Se realizar¨¢ una inspecci¨®n de las restantes para garantizar la seguridad de los ni?os.
La radio, servicio p¨²blico
La radio se ha convertido en un servicio p¨²blico para dar mensajes y coordinar tareas. Una emisora denunciaba ayer, por ejemplo, que un director de escuela quer¨ªa reanudar las clases. El locutor denunci¨®: "Eso es un asesinato en potencia. El director no es Dios Padre. Act¨²en, por favor, y no pongan en peligro la vida de sus hijos".En otras ocasiones advierten contra los peligros de la contaminaci¨®n de aguas o los abusos de personas desaprensivas.
El diario La Jornada, en un editorial titulado Siete d¨ªas despu¨¦s, public¨® ayer en primera p¨¢gina un balance, y lleg¨® a la conclusi¨®n de que "la ciudadan¨ªa se volc¨® en las calles, a los derrumbes, a los escombros, para ayudar en todo lo posible, sin necesidad de exhortaciones u organizaci¨®n previa de ninguna clase". "La sociedad mostr¨® as¨ª su fuerza y su poder. Ante esa movilizaci¨®n social activa y ansiosa, tambi¨¦n se hizo notar la insuficiencia institucional para responder ¨¢gil y satisfactoriamente a las abrumadoras necesidades que genera esta cat¨¢strofe".
Entre las personas que se encuentran desaparecidas desde el jueves pasado figuran tres diputados mexicanos de distintas regiones que se encontraban hospedados en hoteles derribados por el movimiento de tierra.
[El Centro Geol¨®gico de Estados Unidos inform¨® ayer, seg¨²n la agencia Efe desde Washington, que la magnitud del terremoto de M¨¦xico fue de 8,1? en la escala de Richter, y no 7,8?, como se hab¨ªa calculado en un principio.]
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