Encuentros en Corea
Emocionantes reencuentros por primera vez desde la guerra de Corea, que empez¨® en 1950: algunas familias separadas por la l¨ªnea de demarcaci¨®n entre el Norte y el Sur han podido reunirse del 21 al 23 de septiembre. ?Tendr¨¢n estos encuentros una prolongaci¨®n a la medida de la esperanza que suscitan? ?De una y otra parte de la falsa frontera, zona militarizada infranqueable que corta su pa¨ªs en dos, millones de gentes podr¨¢n ver realizado su deseo m¨¢s querido: encontrarse con los suyos? ?No ser¨¢ para muchos, los m¨¢s viejos, quiz¨¢ la ¨²ltima vez?Sin duda, el acontecimiento del fin de semana ¨²ltimo es hist¨®rico, pero su alcance es m¨¢s bien simb¨®lico. Para que este primer gota a gota humanitario se transforme en verdadera corriente de intercambios, como la que existe entre las dos Alemanias, ser¨¢ necesario que se ejerza plenamente y de forma durablela voluntad pol¨ªtica de dos reg¨ªmenes antagonistas como el de los pa¨ªses directamente afectados.
Hay que tener en cuenta la herencia envenenada del pasado, los imperativos y realidades del momento, la naturaleza de los reg¨ªmenes, equilibrios estrat¨¦gicos, seguridad interior. ( ... ) .
Dicho esto, los signos de una distensi¨®n propicia al reforzamiento del di¨¢logo y de la confianza se manifiestan actualmente dentro y alrededor de la pen¨ªnsula de Corea. Las efusiones del fin de semana pasado son el ejemplo m¨¢s reciente y m¨¢s brillante. No es el ¨²nico.
En Tokio se habla de un encuentro secreto ¨²ltimamente en Se¨²l entre un emisario norcoreano de rango elevado y el presidente Chon Doo Huan. Esta informaci¨®n precisa ha sido desmentida tanto en Pyongyang como en Se¨²l. Las especulaciones corren sobre una pr¨®xima cumbre Norte-Sur, lo que ser¨ªa un acontecimiento sin precedentes. Los contactos secretos del mismo tipo de los de 1972 no hab¨ªan llegado m¨¢s que a la creaci¨®n de una comisi¨®n bilateral, cuya vida fue muy breve.
Otros acontecimientos van en el sentido de un apaciguamiento. Pyongyang parece resignado a la existencia del r¨¦gimen proamericano de Se¨²l y a la presencia de bases americanas en el Sur. Kim il Sung, aceptando hace un a?o renovar el di¨¢logo econ¨®mico y humanitario, ha reconfortado al mismo tiempo la posici¨®n de las autoridades suristas. Se pretende en Se¨²l que la gravedad de sus problemas -sucesi¨®n, crisis econ¨®mica y financiera, retraso tecnol¨®gico, as¨ª como la evoluci¨®n pragm¨¢tica del vecino chino y el aumento de la potencia de Corea del Sur- no deja otra elecci¨®n a los dirigentes del Norte. De los dos lados, la propaganda ha bajado de tono y, pese a los incidentes, las negociaciones prosiguen. Americanos, chinos, japoneses y hasta los sovi¨¦ticos mueven la rueda de la distensi¨®n.
Otros factores juegan en sentido contrario. El Norte, inquieto por la aproximaci¨®n entre Washington, Pek¨ªn, Tokio y Se¨²l, parece inclinarse hacia Mosc¨² de forma m¨¢s pronunciada. Mosc¨² ha comenzado a suministrarle Mig 23. El esbozo de distensi¨®n actual podr¨ªa sufrir tambi¨¦n un rechazo eventual de los del Norte, que desean asociarse a la organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l de 1988.
Habr¨¢n sido necesarios m¨¢s de 15 a?os para poner a punto el breve encuentro de un grupo de familias separadas. Lo que quiere decir que el optimismo en cuanto a la aproximaci¨®n de las dos Coreas debe atemperarse de prudencia y de paciencia.
, 26 de septiembre
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