Charles F. Richter, una vida consagrada a los terremotos
La muerte de Charles F. Richter en un hospital de California pone fin a una dilatada vida consagrada al estudio de los terremotos. Su biograf¨ªa comienza el 26 de abril de 1900 en un peque?o pueblo de Ohio, desde donde se traslad¨®, despu¨¦s de finalizar sus estudios, a la universidad de California, en cuyo Instituto de Tecnolog¨ªa, conocido como Calthec, comenz¨® a ense?ar Sismolog¨ªa en 1937. Pro sigui¨® su carrera docente de forma ininterrumpida hasta su jubilaci¨®n, en 1970. Tras de s¨ª dej¨® una escuela de investigadores en sismolog¨ªa a los que influy¨® decisiva mente, creando un nuevo concepto de la sismolog¨ªa como un campo de investigaci¨®n frontera entre la geolog¨ªa en su m¨¢s amplia concepci¨®n y la f¨ªsica experimental, por el hecho de que un terremoto deja su huella en los aparatos denominados sismogr¨¢fos.La dualidad proviene, como cita el propio Richter, de la propia divisi¨®n que la naturaleza establece entre los fen¨®menos visibles producidos por los terremotos y la perturbaci¨®n invisible, en forma de ondas que se registran en los sism¨®grafos. Esta observaci¨®n del terremoto con instrumentos llev¨® a Richter a definir de forma concluyente la escala de magnitud que lleva su nombre, en un esfuerzo por conseguir una cuantificaci¨®n del terremoto que no dependiese del lugar de observaci¨®n.
La forma de construcci¨®n de esta escala la dedujo del hecho experimental de que el comportamiento de la amplitud m¨¢xima registrada por un sism¨®grafo depende de dos causas: la distancia entre el foco y el aparato y, adem¨¢s, de algo intr¨ªnseco del terremoto. Tras un profundo estudio con numerosos terremotos del sur de California, defini¨® como terremoto de magnitud 3 aquel que a una distancia de 100 kil¨®metros imprime en un sism¨®grafo tipo Wood-Anderson una amplitud m¨¢xima de un mil¨ªmetro. El tipo de observaci¨®n, una amplitud, permite relacionarlo de forma directa con la energ¨ªa, por lo que puede decirse que la magnitud es una forma simplificada de cuantificar la energ¨ªa liberada.
Esta escala permiti¨®, a partir de entonces, clasificar los terremotos por magnitud, habi¨¦ndose caracterizado sismos de hasta 8.9, l¨ªmite aproximado de los mayores valores que se pueden observar, no por razones de definici¨®n de la propia escala, sino porque los materiales terrestres no pueden permitir acumulaciones superiores de energ¨ªa.
Otra caracterizaci¨®n del terremoto es la intensidad s¨ªsmica, valor que establece c¨®mo el terremoto ha afectado a la naturaleza (grietas, desv¨ªo de r¨ªos, etc¨¦tera), a las edificaciones (da?o parcial, colapso, etc¨¦tera) y a las personas. Es ¨¦sta una cuantificaci¨®n subjetiva, por cuanto se obtiene por comparaci¨®n de estos da?os apreciados con una tabla de descripci¨®n. Entre las escalas de da?os m¨¢s utilizadas est¨¢n las de Rossi-Forel, Mercalli y NSK. Es evidente por esta definici¨®n de intensidad que no existe una correlaci¨®n clara entre ambas caracterizaciones de un terremoto.
Richter, en su avance por la ciencia sismol¨®gica, colabor¨® con B. Guttenberg publicando en 1953 el trabajo cl¨¢sico de Sismicidad de la tierra, en el que de forma ordenada se clasifica la sismicidad mundial, con inclusi¨®n de los par¨¢metros espacio-temporales y de magnitud. Este trabajo, continuado posteriormente, permiti¨® observar de forma global la distribuci¨®n geogr¨¢fica de sismos que a mediados de los sesenta condujo a otros investigadores a establecer la teor¨ªa de la Tect¨®nica de Placas y Deriva Continental, h¨ªto fundamental en la sismolog¨ªa actual.
La muerte de C. F. Richter deja un vac¨ªo en el mundo sismol¨®gico aunque su nombre y su experiencia continuar¨¢n us¨¢ndose siempre, record¨¢ndonos c¨®mo la observaci¨®n de la naturaleza permite en un primer paso cuantificarla y quiz¨¢s en un tiempo no muy lejano predecir su comportamiento. C. F. Richter ya dio el primer paso.
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