Respuesta a Javier S¨¢daba
Javier S¨¢daba replica a mi art¨ªculo Las lenguas muertas y dice escoger algunos ejemplos de sus supuestas inexactitudes "a vuelapluma" ("sin pensar mucho sobre lo que se escribe o c¨®mo se escribe", seg¨²n Mar¨ªa Moliner). Se nota.El celo de guardi¨¢n del patrimonio wittgensteniano (cuyo m¨¢s reciente acto de lealtad es el batiburrillo titulado Lenguaje, magia y metaf¨ªsica. El otro Wittgenstein) lleva a S¨¢daba a desvirtuar y desencajar mi texto; m¨¢s parece haberlo sobrevolado que le¨ªdo. As¨ª, como confirmaci¨®n de mis errores, afirma que nada se dice de cuestiones teol¨®gicas en las Investigaciones filos¨®ficas; la frase que ¨¦l mismo cita como dudoso ejemplo es, sin duda -y agradezco el refuerzo inesperado a mis asertos-, un profundo insight sobre las relaciones de desajuste entre las leyes de la raz¨®n y el marco inefable de la divinidad. Pero es que a S¨¢daba, en su apresuramiento, se le han pasado por alto las reflexiones 346, 373 y 426 (en la edici¨®n de Rhees y Anscombe), ejemplos palmarios de pensamiento "sobre religi¨®n" (y no "religiosos", como me hace decir el replicante, sin reparar, aparentemente, en la diferencia de sentido). Tambi¨¦n me amonesta por hablar de "conferencias" sobre creencia religiosa, y no de "clases a un reducido.grupo de alumnos", ignorando estrepitosamente no s¨®lo el significado de lectures en el idioma original en que fueron dadas y publicadas, sino -algo m¨¢s alarmante en un fil¨®sofo del lenguaje- las acepciones de conferencia en castellano.
Pero lo m¨¢s curioso es ver en su extenso p¨¢rrafo final c¨®mo el replicante S¨¢daba no atiende a mi texto, ocupado en o¨ªrse a s¨ª mismo. Porque, entresacando una cita del comienzo, pasa despu¨¦s a argumentar prolijamente lo que yo sosten¨ªa en la conclusi¨®n de ese art¨ªculo (que, se lo recuerdo por si las prisas, no era sobre el pensamiento religioso de Wittgenstein, sino sobre la gram¨¢tica ajena utilizada por el actual Papa).
Wittgenstein aceptaba y, en efecto, pod¨ªa expresar admiraci¨®n por unas afirmaciones de fe o met¨¢foras religiosas mantenidas como enunciados sin finalidad demostrativa, mostr¨¢ndose, sin embargo, intransigente con los intentos de ratificar como razonables unas "reglas de vida disfrazadas de im¨¢genes". Im¨¢genes, desde luego, de una lengua m¨¢gica y pactada con la conciencia individual, que podr¨¢n ser apreciadas por el no-creyente, si no hieren a la raz¨®n, como figuras de estilo. No ten¨ªa, por tanto, que venir Javier S¨¢daba como don Perogrullo a repetir lo que estaba bien claro en los p¨¢rrafos cinco, seis y siete de mi art¨ªculo.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.