Arrabal, satisfecho con su estreno de 'En la cuerda floja'
El dramaturgo Fernando Arrabal estaba en el entreacto cabizbajo y dudoso. Cuando cay¨® el tel¨®n sali¨® a saludar entre unos aplausos sumamente calurosos de un p¨²blico poco habituado a obras de este tipo. "Es el mejor montaje que se ha hecho de esta obra", coment¨® Arrabal a la salida del estreno en Bruselas, en el marco del festival Europalia, de Sur le fil (En la cuerda floja o la balada del tren fantasma). En franc¨¦s, claro est¨¢ .Es una obra claramente autobiogr¨¢fica, "un milagro de esos que s¨®lo se producen una vez", dice Arrabal. La trama es relativamente sencilla. No as¨ª el di¨¢logo y lo que ocurre sobre la escena. A Arrabal se le ocurri¨® viajando en tren entre Santa Fe y Alburquerque (Nuevo M¨¦xico, Estados Unidos), cuando descubri¨® una ciudad fantasma, abandonada, que lleva el nombre de Madrid. De ah¨ª la comparaci¨®n posterior con la pel¨ªcula Par¨ªs, Texas, de Wenders.
En el escenario, el 20 de abril de 1974, Tharsis, uno de los tres personajes de la pieza, exiliado de Madrid-Espa?a desde 1955, llega a Madrid-Nuevo M¨¦xico, acompa?ado del duque de Gaza, autosecuestrado, hijo de potentado enriquecido bajo el franquismo. All¨ª encuentran a Wichita, el ¨²ltimo superviviente de una ciudad minera, fun¨¢mbulo profesional. Tharsis es un artista de circo conocido en el mundo entero, salvo en Espa?a, donde se le calumnia.
La comparaci¨®n de los dos Madrid es constante en la obra, as¨ª como los anhelos de Tharsis de que la libertad llegue a su ciudad de origen, deseando para ello aprender a marchar sobre la cuerda y presentarse as¨ª al p¨²blico madrile?o. Es una obra claramente inmersa en los tiempos franquistas, provocativa y a veces, para este p¨²blico, chocante y llena de interpretaciones. Pero el Th¨¦?tre Royal du Parc de Bruselas ha escogido bien, arriesg¨¢ndose, pues no es lo que espera su p¨²blico tradic¨ªonal una obra sobre el exilio de un autor tanto tiempo exiliado.
Cambio espectacular
Es quiz¨¢ un pena que el programa, citando un texto sobre Arrabal de 1975, se?ale que "hasta el presente la representaci¨®n de las obras de Arrabal ha estado prohibida en Espa?a". El propio Arrabal coment¨® que en los ¨²ltimos a?os "ha habido un cambio espectacular en Espa?a".La direcci¨®n es de Bernard Coster, uno de los directores m¨¢s j¨®venes de B¨¦lgica. Y es excelente tanto en cuanto al planteamiento como a los decorados. Los tres actores, Pietro Pizzuti, Rene Hainaux y Hadi El Gammal dan un aut¨¦ntico realce al texto de Arrabal. El ¨²nico fallo es, por razones belgas, el forzado entreacto, no previsto por Arrabal, y que pill¨® a muchos espectadores desprevenidos, sembrando cierta confusi¨®n, pues la obra la obra se entiende desde el final al principio, y m¨¢s dif¨ªcilmente al rev¨¦s.
Esta obra se estren¨® en el festival de Avi?¨®n de 1974, y ha sido representada en diversos lugares, pero nunca en Espa?a. En la sala del Th¨¦?tre du Parc de Bruselas se hab¨ªan reservado cuatro localidades para miembros de la Embajada de Espa?a, que no acudieron, algo que Arrabal coment¨® con cierta tristeza.
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