La fuerza pol¨ªtica de los liberales
En su editorial Liberales (EL PA?S de 6 de octubre de 1985) leo que el liberalismo, considerado como partido o agrupaci¨®n electoral, no es, por el momento, aqu¨ª lo que podr¨ªa llamarse una fuerza pol¨ªtica irreprimible"; y que el hecho de "que uno de los inspiradores de este congreso (el de la Internacional Liberal), Miguel Roca, sea a la vez l¨ªder activo de un partido nacionalista es del todo perturbador".El subrayado es m¨ªo, y por estar en completo desacuerdo con lo que en la frase se afirma, le agradecer¨¦ la publicaci¨®n de esta carta.
Que el reformismo (liberal-progresista) sea o no "una fuerza pol¨ªtica irreprimible" es algo que no quiero discutir; el tiempo y las urnas lo aclarar¨¢n; pero negar a Miguel Roca (como a cualquier otro l¨ªder nacionalista de nuestras comunidades aut¨®nomas) la legitimidad de destacar por su actuaci¨®n en un congreso como el de la Internacional Liberal ("es del todo perturbador", dicen ustedes) me parece grave. Yo siempre he cre¨ªdo lo contrario y el joven PRD lo cree tambi¨¦n.
La posibilidad de que un Roca presida el Gobierno de Espa?a o la Internacional Liberal es una idea que no producir¨¢ satisfacci¨®n a conservadores y a socialistas, pero que si se verificara significar¨ªa la superaci¨®n de innumerables y muy perturbadoras incomprensiones del pasado y, por lo que leo, del presente.
Pienso que en la Espa?a de las autonom¨ªas, de la Comunidad Econ¨®mica Europea y de las Naciones Unidas nunca ser¨¢ perturbador, sino muy saludable, que los grandes pol¨ªticos act¨²en a un tiempo, con inteligencia y entusiasmo, en su ¨¢mbito auton¨®mico, en el nacional y en el supranacional. Es una exigencia de la modernidad.-
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