La diplomacia sovi¨¦tica juega a dos bandas para robustecer su papel en Oriente Pr¨®ximo
.La Uni¨®n Sovi¨¦tica, temerosa de quedarse fuera de juego en una evenlual soluci¨®n del conflicto en L¨ªbano, trata de compatibilizar un sinuoso acercamiento a Israel con una ampliaci¨®n de sus contados y relaciones en el mundo ¨¢rabe, apoyados ahora b¨¢sicamente en Siria, Yemen del Sur y Libia. El amplio abanico de contactos, m¨¢s o menos clandestinos e informales, que actualmente despliega la diplomacia sovi¨¦tica apunta, por una parte, al restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas con Tel Aviv -que Mosc¨² rompi¨® en 1967, a ra¨ªz de la guerra de los seis d¨ªas- y, por otra, al intercambio de embajadores con. Arabia Saud¨ª, el principal aliado ¨¢rabe de EE UU.
Riad coincide con la URSS en la b¨²squeda de una soluci¨®n aceptable a todo el mundo ¨¢rabe y en el apoyo a la causa palestina, En este ¨²ltimo ¨¢mbito, sin embargo, la URSS trata de diversificar su apoyo y no oculta su desconfianza ante el l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Yasir Arafat, a quien, los medios de comunicaci¨®n sovi¨¦ticos, se refieren a menudo por su apellido y sin mencionar su cargo.El margen de maniobra sovi¨¦tico se ve, sin embargo, limitado por factores externos que escapan al control del Kremlin.
Acciones como el ataque israel¨ª al cuartel general de la OLP en T¨²nez impiden un acercamiento demasiado evidente que molestar¨ªa a los aliados ¨¢rabes de la URSS. Hechos como el secuestro -sin. precedentes- de cuatro diplom¨¢ticos sovi¨¦ticos en Beirut, y el asesinato de uno de ellos, someten a los Mosc¨² a una prueba de prestigio en la zona y le implica en el conjunto de confrontaciones intestinas entre los diversos grupos en conflicto entre s¨ª que los sovi¨¦ticos desear¨ªan ver unidos ante Israel en el marco de una iniciativa sovi¨¦tica de paz.
La iniciativa sigue siendo la conferencia internacional bajo los auspicios de la ONU y con participaci¨®n de la URSS en calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad. Se trata de una pro puesta de los tiempos de Breznev que ha sido reiterada por Mijail Gotbachov durante la visita que actualmente realiza a Mosc¨² el l¨ªder libio, Muammar el Gaddafi. La conferencia es, seg¨²n dijo Gorbachov a Gaddafi, "el ¨²nico m¨¦todo razonable y efectivo" de poner fin al conflicto en la zona.
Mosc¨², que se opuso a la paz de Camp David entre Egipto e Israel bajo los auspicios de Estados Unidos, se opone ahora a los intentos jordano-palestinos de negociar con Israel tomando como base el acuerdo alcanzado por el rey Hussein de Jordania y Yasir Arafat, en febrero pasado. La URSS ve en esta propuesta una renuncia a los derechos nacionales de los palestinos.
Oficialmente, la URSS sigue atacando y condenando la pol¨ªtica israel¨ª en los t¨¦rminos m¨¢s duros pero medios diplom¨¢ticos ¨¢rabes creen haber detectado un cambio de lenguaje entre los altos funcionarios sovi¨¦ticos que se ocupan de la pol¨ªtica en Oriente Pr¨®ximo. Seg¨²n estas fuentes, ahora se insiste menos en la retirada de Israel de los territorio ocupados en 1967.
La existencia de contactos entre la URSS e Israel es un hecho, pese al mutismo oficial del Kremlin. ?ste desminti¨®, el verano pasado, que el embajador sovi¨¦tico en Par¨ªs ofreciera al embajador israel¨ª en Francia un trato que incluir¨ªa el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas y el aumento de la emigraci¨®n jud¨ªa desde la URSS, as¨ª como el cese de la actitud hostil de Israel hacia la URSS.
Diversos medios diplom¨¢ticos en Mosc¨² se muestran convencidos de que el encuentro de embajadores en Par¨ªs se celebr¨® efectivamente, como -tambi¨¦n ese oto?o- el del ministro de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, con su colega israel¨ª, Isaac Shamir, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este era el segundo a?o consecutivo en que se entrevistaban los jefes de la diplomacia de ambos pa¨ªses. En la capital francesa, Mijail Gorbachov afirm¨® que el Kremlin puede establecer relaciones diplom¨¢ticas con Israel si se normaliza la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo.
Declaraci¨®n de intereses
En opini¨®n de medios ¨¢rabes en la capital sovi¨¦tica, Mosc¨² trata de ligar el anuncio del restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con Israel con una declaraci¨®n en la que se reconozcan los intereses sovi¨¦ticos en la zona y se acepte la participaci¨®n de Mosc¨² en una conferencia de paz. "Israel deber¨ªa aceptar que la retirada de los territorios ocupados en 1967 es, por lo menos, negociable, y despu¨¦s, ya se ver¨ªa c¨®mo", opina un diplom¨¢tico occidental.
A trav¨¦s de Holanda, que representa los intereses israel¨ªes en la URSS, Tel Aviv sigue pagando el alquiler de la embajada de Israel en Mosc¨², un edificio con jard¨ªn -sin identificaci¨®n y sin polic¨ªa que lo vigile en la entrada- situado en un viejo barrio moscovita. El edificio se ventila y se repara peri¨®dicamente mientras los muebles que se van deteriorando se almacenan en el garaje en espera de mejores tiempos.
Entre los recientes contactos mantenidos por la URSS e Israel figura la visita a Mosc¨² del presidente del Congreso Mundial Jud¨ªo, Edgar Bronfman, quien lleg¨® de inc¨®gnito el pasado septiembre, tras haber enviado una delegaci¨®n preparatoria. Medios bien ¨ªnformados se?alan que Bronfman obtuvo alg¨²n tipo de garant¨ªas relativas a la emigraci¨®n de ciudadanos sovi¨¦ticos de nacionalidad jud¨ªa antes de acudir a Mosc¨².
En la URSS existen aproximadamente dos millones de personas de nacionalidad jud¨ªa. Israel y Estados Unidos conceden gran importancia a las facilidades dadas por la URSS para que los miembros de esta minoria que as¨ª lo deseen puedan emigrar. La concesi¨®n de visados, que floreci¨® tras la Conferencia de Helsinki de 1975, se mantiene actualmente a un nivel muy bajo. En 1979 emigraron m¨¢s de 50.000 personas, pero en 1984 fueron s¨®lo 908 y la evoluci¨®n para este a?o presenta las mismas caracter¨ªsticas que el anterior.
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