Los virus y la conquista de Am¨¦rica
La tesis publicitada por el doctor Guerra establece que la gripe que aquejaba en diciembre de 1493 a ocho cerdas de La Gomera fue la causante directa del genocidio de los ind¨ªgenas americanos. A mi leal saber y entender, es posible que en tal octeto porcino estuviera el origen de una gran epidemia (todo ha de tener alg¨²n origen, nos han ense?ado), pero ello no pasa de ser una an¨¦cdota, y aunque las secciones incre¨ªble, pero cierto supongan un alivio entre las oleadas de sentido pata en el suelo que propaga la Prensa, no creo que con una colecci¨®n de extravagancias se pueda hilvanar ninguna historia.Se manipula esta an¨¦cdota cuando se le da una difusi¨®n desmesurada y, peor a¨²n, cuando (quiz¨¢ independientemente, repito, de la voluntad del escritor) algunos pretenden justificar con ella unos hechos, los de la conquista de Am¨¦rica, de magnitud much¨ªsimo m¨¢s amplia. Para m¨ª, nada justifica ninguna conquista, sobre todo porque toda victoria es el resultado no de una iluminaci¨®n (as¨ª sea la muy f¨ªsica y tangible que provocan los microbios), sino del empecinamiento que despu¨¦s de ella subyuga a los extasiados.
Se extrapola esta minucia cuando, contestando a su provocaci¨®n, se olvidan las servidumbres (con-
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cisi¨®n arbitraria y espectacularidad gratuita) propias de las noticias o cuando la causa ¨²nica de la gripe se rebate con la no menos ¨²nica raz¨®n de la sed de oro. A mi parecer, es harto coherente que un m¨¦dico vea en los virus el motor de la historia, por lo mismo que un militar lo encontrar¨¢ en el calibre de los obuses; un economista, en el cambio de divisas, y los pajes y bufones, en las peripecias de los cortesanos; todos ellos son, bien a su. pesar, materialistas hist¨®ricos y/o culturales, y ya sabemos que sigue estando de moda en la capital el creer que, como suele titular este diario, el suicidio est¨¢ "ligado a la falta de una sustancia qu¨ªmica en el cerebro" o que la aspirina reduce el riesgo de infarto.
Incomparablemente m¨¢s razonada es la visi¨®n hist¨®rica de Ram¨®n Teijelo, pues armoniza el an¨¢lisis pormenorizado del texto con la ineludible referencia a los pueblos que, en toda su amplitud, padecen esa historia. Pero, en todo caso, convendr¨ªa no olvidar que, adem¨¢s de las numeros¨ªsimas causas ¨²nicas que se disputan el fiel de la balanza, Am¨¦rica tambi¨¦n fue conquistada por lo fortuito, lo il¨®gico y lo oculto; y que tambi¨¦n hubo espa?oles (exiliados de sus irascibles, ignorantes y prepotentes compatriotas) que en ella trabajaron por cierta libertad.-Antonio P¨¦rez.
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