Un Western ¨¦pico
La contribuci¨®n del cineasta vien¨¦s Fritz Lang -uno de los forjadores del estilo expresionista alem¨¢n en la zona crepuscular del cine mudo y la aurora del sonoro a la historia grande del cine norteamericano es dif¨ªcil de delimitar, a causa de su vastedad, complejidad y sutileza.La adaptaci¨®n del este singular creador, uno de los de m¨¢s acusada personalidad de la historia, a las formas gen¨¦ricas, aparentemente las m¨¢s transparentes, codificadas e impersonales, del cine de Hollywood en los a?os treinta y cuarenta, fue tan sincera, tan absoluta, que muchas de sus pel¨ªculas realizadas en esta ¨¦poca se convirtieron en modelos de los g¨¦neros donde fueron encasilladas.
Desde su genial Furia, de 1936, primera pel¨ªcula en Hollywood de Fritz Lang, hasta La sombra de una duda, que fue en 1958 su prematuro canto de cisne en los Estados Unidos, hay en su filmograf¨ªa muchos ejemplos de obras de g¨¦nero, sobre todo del detectivesco thriller, del cine negro -de los que TVE nos ofrecer¨¢ pronto magistrales ejemplos, como El ministerio del miedo, de 1944, y La gardenia azul, de 1952- y, por supuesto, del western.
Esp¨ªritu de conquista, cuyo t¨ªtulo original es Western Union, fue realizada por Lang en 1941. Dos a?os antes, en 1939, hab¨ªa dirigido otra pel¨ªcula del Oeste, El retorno de Frank James, que conforma, por debajo de la disparidad argumental que hay entre uno y otro filme, una especie de unidad de estilo que es ¨²til para desvelar algunos aspectos accesibles de la, en su esencia, indefinible aportaci¨®n de Fritz Lang a la historia del western, que alcanz¨® su cima 10 a?os m¨¢s tarde en Rancho Notorius.
Ejercicio de anticipaci¨®n
Bertrand Tavernier expuso en qu¨¦ consiste el car¨¢cter indefinible de la contribuci¨®n de Lang al cine de Hollywood. Escribi¨® el cineasta franc¨¦s: "A medida que se fue afianzando -en los g¨¦neros-, el estilo de Lang fue progresivamente rechazando las indagaciones cr¨ªticas". Fue una paradoja de este tipo: a medida que la singularidad de Lang se dilu¨ªa en las formas gen¨¦ricas, su cine se hac¨ªa cada vez m¨¢s singular. De otra manera: siendo exteriormente sus filmes cada vez m¨¢s iguales a los de la producci¨®n uniformizada de Hollywood, se hac¨ªan interiormente cada vez m¨¢s resistentes a esa uniformidad, m¨¢s distintos.Esp¨ªritu de conquista arroja luz sobre esta paradoja. Es un western ¨¦pico casi qu¨ªmicamente puro, en el que se exalta la haza?a del tendido de l¨ªneas de correo y tel¨¦grafo a trav¨¦s de las inmensas distancias de las praderas del Oeste. Todo su discurso es de aire limpio. La c¨¢mara no se percibe, el pronunciado estilo del cineasta. se diluye en la diafanidad de la acci¨®n. Y, sin embargo, a medida que el filme avanza va adquiriendo una dif¨ªcil de expresar, casi inefable, distinci¨®n: es un western como los otros, pero no es un western m¨¢s.
?Qu¨¦ es, c¨®mo se percibe esa distinci¨®n? En dos rasgos, sutiles pero muy en¨¦rgicos, del filme: su despojamiento de toda tentaci¨®n ornamental, una austeridad casi m¨¢gica que deja al desnudo la din¨¢mica interior del relato. Y ¨¦ste, que comienza a discurrir entre cabalgadas trepidantes y espectaculares, se inclina poco a poco hacia una galopada interior de pausado y hondo ritmo. Y una de las claves de la futura interiorizaci¨®n del western, que es el signo de su madurez, lleg¨® de la mano de este exiliado austriaco, que hizo de los rostros estereotipos de Randolph Scott, John Carradine y Robert Young en este filme un brillante ejercicio de anticipaci¨®n de conquistas formales posteriores.
Esp¨ªritu de conquista se emite hoy a las 16.05 en TVE-1.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.