Jean-Fran?ois Lyotard: "El posmodernismo es acostumbrarse a pensar sin moldes ni criterios"
El fil¨®sofo franc¨¦s Jean-Fran?ois Lyotard, considerado uno de los mentores de la llamada posmodernidad, denunci¨® el pasado lunes en Madrid el agotamiento del pensamiento europeo tradicional. Lyotard habl¨® en el Instituto Franc¨¦s de la capital de Espa?a, y anoche lo hizo en Barcelona. El pol¨¦mico pensador afirm¨®: "A pesar de la nostalgia, ni el marxismo ni el liberalismo pueden explicar la actual sociedad posmoderna. Debemos acostumbrarnos a pensar sin moldes ni criterios. Eso es el posmodernismo".
Durante la d¨¦cada pasada, buena parte de la obra de Lyotard estuvo dedicada a razonar la continuidad del pensamiento surgido del mayo franc¨¦s, buscando sus ra¨ªces en Marx y en Freud. Sus textos han defendido la necesidad de una "pol¨ªtica libidinal", que, a juicio del autor, ya estaba contenida en El capital.A la vuelta de los a?os, Lyotard se muestra ajeno a esos or¨ªgenes y, por el contrario, prefiere cuestionar la propia vigencia del pensamiento. "El universo tecnocient¨ªfico en el que vivimos y que caracteriza a la sociedad posmoderna", asegur¨®, "ha demostrado que el ¨²nico valor vigente est¨¢ en aquello que sea capaz de ofrecer un resultado. Ello nos obliga a cuestionar la propia utilidad del pensamiento, que es una disciplina que lleva tiempo, no puede garantizar sus resultados y, adem¨¢s, no suele ser muy operativa".
La crisis del humanismo
Las reflexiones que dominan el actual discurso del autor de La condici¨®n posmoderna se centran en la cr¨ªtica al fracaso de las tres grandes concepciones humanistas que han guiado a las sociedades durante el ¨²ltimo siglo y medio."La pol¨ªtica liberal y democr¨¢tica, nacida de la Revoluci¨®n francesa", asegur¨®, "pretend¨ªa que la igualdad de oportunidades en el acceso a la educaci¨®n y la cultura formar¨ªa ciudadanos responsables, capaces de pronunciarse sobre el destino de la comunidad". Sin embargo, a la hora de los resultados, considera que "nos encontramos con sociedades en las que la manipulaci¨®n del poder y los medias han desplazado a la libertad de pensamiento y para la que la educaci¨®n no ofrece una finalidad rentable ni operativa", asegur¨®.
El otro gran ideal de la modernidad que, seg¨²n Lyotard, ha fracasado, es la b¨²squeda del mejoramiento econ¨®mico, a trav¨¦s del trabajo: "Aunque el nivel de vida es en la actualidad superior al de hace unas d¨¦cadas, podemos comprobar que el desarrollo ha provocado una crisis mundial de empleo y ha logrado neutralizar y dejar fuera del circuito econ¨®mico a diferentes sectores sociales".
Este fracaso ser¨ªa, aparentemente, el motivo de la actual p¨¦rdida de inter¨¦s por el sindicalismo y la desvalorizaci¨®n de la noci¨®n misma de trabajo. "Ni siquiera la irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas podr¨¢ solucionar esta cuesti¨®n, ya que, por el contrario, provocar¨¢n nuevos contingentes de parados".
Por ¨²ltimo, Lyotard lleva la cr¨ªtica al que considera el gran ideal emancipador de los ¨²ltimos 100 a?os -el marxismo-, del que asegura "se ha convertido en alimento de la polic¨ªa pol¨ªtica y la burocracia c¨ªnica en los pa¨ªses del Este, mientras que pierde credibilidad en Occidente".
"El fracaso de los grandes ideales de la modernidad", dice Lyotard, "provoca el titubeo entre la melancol¨ªa y la certeza de que ya no son cre¨ªbles ni ¨²tiles". Junto a esta duda, est¨¢ la evidencia del gran progreso tecnocient¨ªfico y econ¨®mico de Europa. "Los ciudadanos saben que Europa es hoy uno de los grandes interlocutores mundiales", asegur¨®, "una gran potencia, aunque sigan temiendo la decadencia del continente. Eso es parte de la tradici¨®n: creer que Europa est¨¢ en decadencia permanente".
Babelia
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