Ferviente homenaje a Ernesto Halffter

Como sucedi¨® con el de la Sinf¨®nica de RTVE, el homenaje de la Nacional a Ernesto Halffter se program¨® fuera de la serie regular de abono y, por si era poco, en la noche del ¨²ltimo d¨ªa de octubre, inicio del largo puente de Todos los Santos. Me parece una actitud de desconsideraci¨®n a uno de nuestros m¨¢s grandes compositores, que no por verse acompa?ada de otras an¨¢logas ha de pasarse por alto. Al p¨²blico de abonados que no hace mucho pudo disfrutar de estrenos como los de Lamberto Gardelli o Gerard Victory, por citar dos ejemplos honorables y de escasa significaci¨®n, se le supone, por lo visto, incapaz de soportar un monogr¨¢fico Halffter (al que con grandes caracteres se le ha regalado una H en el programa para convertirlo en Hernesto), quien ya protagoniz¨® ese tipo de audiciones en plena juventud, cuando su nombre no gozaba del prestigio y la popularidad que hoy posee.As¨ª, la asistencia al homenaje no pas¨® de mediar el Real, aunque los presentes compensaran a los ausentes en grados de entusiasmo y devoci¨®n por el maestro.

Despu¨¦s de los deliciosos Bocetos sinf¨®nicos, p¨¢gina temprana que conserva su vitalidad y su gracia, orquesta, coro y solistas (Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢nchez, Mariluz Fern¨¢ndez, Tom¨¢s Cabrera y Luis ?lvarez Sastre) ofrecieron los Psalmi XXII -Dominus pastor meus- y CXVI -Laudate Dominum-, compuestos a la sombra de su trabajo en Atl¨¢ntida, y en los que la huella del maestro se evidencia tanto como la fuerte personalidad de quien fuera su m¨¢s distinguido disc¨ªpulo. Pentagramas cuidados, en todos y cada uno de los detalles, amorosos del hallazgo arm¨®nico o t¨ªmbrico, complacientes con una cantabilidad sin ret¨®rica, constituyen, junto al Canticum a Juan XXIII, la Eleg¨ªa a Pierre de Polignac y los Gozos sobre el Marqu¨¦s de Santillana, el corpus del Halffter atl¨¢ntido. En ¨¦l se funden las lecciones post mortem de Falla, dadas a trav¨¦s de los manuscritos de la cantata, con las emociones de la vida italiana, a orillas del lago Belgirate o en las milanesas v¨ªas Schiaparelli y Palestrina.

Del Concierto para guitarra y orquesta, una de las partituras m¨¢s primorosas de Halffter, alentada por sones y ritmos populares pero resuelta en un concepto que casi podr¨ªamos denominar posmodernista, toc¨® la bell¨ªsima y dif¨ªcil parte de guitarra el americano Eliot Fisk, con refinada calidad, buen estilo y una cierta tendencia al desquiciamiento ag¨®gico, y respondieron con flexibilidad y adhesi¨®n profesores, cantores y soll stas. En cuanto al director, V¨ªctor Pablo P¨¦rez, demostr¨® una vez m¨¢s los quilates de su sensibilidad y la facilidad de su talento, bastante menos considerados en la corte de lo que merecen y debieran serlo. El homenaje fue, en resumen, un acto tan bello como interesante que nunca debi¨® constituir concierto aparte: por el nombre, la obra y la circunstancia del gran Ernesto.