La tumba del 'Guerrero del Arco Iris'
En un muelle de puerto de Auckland reposa, herido de muerte, el viejo Guerrero del Arco Iris (Rainbow Warrior). Los tripulantes del Greenpeace, remolcador de la organizaci¨®n del mismo nombre, que seguir¨¢ viaje a la Ant¨¢rtida, han, ido salvando de ¨¦l todo lo recuperable, desde piezas de motor que puedan servir para otros combates incruentos hasta instrumental quir¨²rgico que limpia con amor la m¨¦dica catalana Laura Mitrani.Los ecologistas de la paz verde ver¨ªan en el viaje del Guerrero al fondo de los mares un ¨²ltimo homenaje a la desnucleariz aci¨®n del Pac¨ªfico, por lo que, en definitiva, dio aqu¨¦l el casco y la arboladura; pero Tang¨¢roa, dios del mar de los abor¨ªgenes maor¨ªes, parece que tiene dictado que hundir un barco en el que se ha producido una muerte es una falta de respeto a. los esp¨ªritus de los antepasados que moran en las aguas. Aunque moren tranquilamente, ajenos, quiz¨¢, a la pol¨¦mica.
La asociaci¨®n neozelandesa de submarinismo pretende, aun desafiando al dios maor¨ª, hundir el Rainbow Warrior a 100 metros de profundidad, en las rocas de Slipper Island, al sur de Auckland, y que sea la Marina de est¨¦ pa¨ªs, que colabor¨® a reflotarlo tras el atentado, la que lo remolque hasta all¨ª y abra las espitas Para que alcance el fondo. El barco quedar¨ªa as¨ª como reclamo tur¨ªstico para hacer submarinismo.
Esta iniciativa es compartida por Greenpeace pero no por los maor¨ªes -el 10% de la poblaci¨®n de Nueva Zelanda-, que se consideran guardianes del mar y quieren ser consultados, seg¨²n han hecho saber a trav¨¦s de sus representantes. De hecho, Bill Ohia, presidente del concejo de distrito de Tauranga Moana, ha dicho claramente que el Rainbow Warrior es tapu porque alberg¨® la muerte en sus entra?as, y tapu es algo que debe tener que ver, en traducci¨®n libre, con el mal fario. Otras voces, como la de la compa?¨ªa Kiwifruit, se han alzado, con miras m¨¢s terrenales, para llevarse el barco a la, isla de Motiti y convertirlo en un atractivo tur¨ªstico m¨¢s.
Una idea de lo escasamente trivial que aqu¨ª resulta la pol¨¦mica puede darla la intervenci¨®n del etn¨®logo David Simmons, quien, conociendo la veneraci¨®n de los maor¨ªes por sus mares, ha calificado la posibilidad de hundir el barco de "poco afortunada".
El Guerrero del Arco Iris espera, mientras tanto. Tangaroa no quiere cederle un hueco en sus divinas aguas, como si el barco fuera culpable de que en sus tripas encontrara la muerte un hombre.
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