Ma?ana comparecen ante el juez los dos franceses acusados de atentar contra un buque de Greenpeace
La polic¨ªa de Nueva Zelanda ha acumulado m¨¢s de 100 testimonios en su contra
ENVIADA ESPECIAL R. J. Gilbert, un entusiasta de las carreras de caballos y ex presidente del Club de Rotarios de St. Kilda, ser¨¢ el juez encargado de considerar, a partir de ma?ana, si las pruebas presentadas por la polic¨ªa contra el comandante Alain Mafart y la capitana Dominique Prieur, ambos pertenecientes a los servicios secretos franceses y acusados de los delitos de asesinato, da?os y conspiraci¨®n para provocar incendio, que concurrieron en el atentado contra ¨¦l Rainbow Warrior, buque insignia de la organizaci¨®n Greenpeace, son suficientes para iniciar un proceso.
La vista, que se inicia ma?ana en el viejo Palacio de Justicia de Auckland, remozado para la ocasi¨®n, es, simplemente, lo que la justicia anglosajona llama audiencia preliminar, esto es, un acto donde, en presencia de los dos acusados, saldr¨¢n a la luz los cargos y pruebas que la polic¨ªa ha podido reunir contra ellos. No obstante, nadie duda de que habr¨¢ juicio definitivo, que podr¨ªa tener lugar dentro de dos o tres meses. ?ste s¨®lo se har¨ªa innecesario por dos causas: que los falsos esposos Turenge se declaren culpables, cosa que no parece muy posible, o que el juez considere que la participaci¨®n de ambos en la explosi¨®n que hundi¨®, el pasado 10 de julio, el Rainbow Warrior, en la que muri¨® el fot¨®grafo portugu¨¦s Fernando Pereira, no queda suficientemente demostrada. Las autoridades policiales de Nueva Zelanda no han, necesitado hacer grandes esfuerzos para descartar esta segunda posibilidad, ya que consideran que las evidencias y testimonios en contra de los dos esp¨ªas franceses acusados de asesinato son muy numerosos.Aunqu e Mafart y Prieur han observado el mutismo m¨¢s completo, hasta el punto de que la polic¨ªa desisti¨® de interrogarles hace ya tiempo, dejaron tantas pistas, al igual que los miembros de la tripulaci¨®n del velero Ouvea -los cuales se encuentran en paradero desconocido-, que los 70 investigadores que, dirigidos por el superintendente Allan Galbraith, han estado volcados sobre el asunto Greenpeace han compuesto un informe suficientemente amplio, que incluye casi un centenar de testimonios.
Alain Mafart y Dominique Prieur fueron trasladados el viernes, de nuevo, a las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad en las que estuvieron al principio de su detenci¨®n, cuando las autoridades neozelandes¨¢s tem¨ªan que pudieran ser rescatados mediante la acci¨®n de alg¨²n comando franc¨¦s. Hace unos d¨ªas hab¨ªan sido llevados a la prisi¨®n de Mount Eden, un antiguo campo militar construido por los ingleses en 1856 para protegerse de los guerreros maor¨ªes, con aspecto de viejo castillo, y, que acoge a 300 reclusos, pero donde la seguridad de los esp¨ªas franceses era menor. Anteayer, al aproximarse la comparecencia ante el juez de la falsa soci¨®loga suiza y el antiguo nadador de combate, ambos fueron cambiados nuevamente de lugar. Alain Mafart regres¨® a Paremoremo y Dominique Prieur a Ardmore, en el campo. "Son unos edificios peque?itos de madera, muy encantadores, donde m¨¢s que por razones puramente penitenciarias la han puesto para que no tenga promiscuidad con otras personas. Aquello est¨¢ protegido como una prision, pero no lo es propiamente", seg¨²n el abogado franc¨¦s de la pareja, Daniel Soulez Lariviere. El letrado a?adi¨® que "el concepto de alta seguridad no es aqu¨ª como en Europa, sino m¨¢s liberal. Alain Mafart tiene, por ejemplo, tel¨¦fono, y dos celdas, una de noche y otra de d¨ªa". En cualquiera de las dos, la de noche o la de d¨ªa, pudo celebrar el s¨¢bado su 352 cumplea?os el comandante de los servicios secretos franceses.
Buen trato
Daniel Soulez Lariviere dice que el estado de ¨¢nimo de sus defendidos, a los que ve todos los d¨ªas desde hace tres semanas, es excelente. Est¨¢n siendo muy bien tratados y son personas muy fuertes". Mal tratados no deben de estar, y el abogado tiene motivos para saber lo. Entre preparaci¨®n y prepara ci¨®n de la vista, Daniel Soulez La riviere aprovecha para dar a su de fendido unas clases de guitarra, consejos y m¨¦todos. Alain Mafart hab¨ªa empezado con la gaita, pero, al parecer, se quejaron sus guardia nes y los casi 170 presos comunes que cumplen condena en el centro, porque su virtuosismo con el viento debe de ser bastante menor que el que ha demostrado en las aguas. Por lo dem¨¢s, este soltero con fama de seductor, hijo y nieto de militares, curiosamente enamorado de las ballenas hasta el punto de que ha pasado algunas vacaciones estudiando sus costumbres en Groenlandia, al sur de California y en la Tierra de Fuego, donde parece que el ¨²ltimo invierno hizo un reportaje fotogr¨¢fico notable, pasa las horas en la c¨¢rcel leyendo' peri¨®dicos y libros de historia y de viajes, que le recuerden los lugares en que vio transcurrir su infancia: Indochina, donde naci¨®, y ?frica. Entre sus libros est¨¢n Los poemas del exilio, de V¨ªctor Hugo.
En los peque?os edificios de madera de Ardmore, con televisi¨®n y un cocinero a su servicio, la rubia y menuda Dominique Prieur, de 36 a?os, doctora en Sociolog¨ªa, antigua paracaidista y primera agente femenina de la DGS que entr¨® en el santuario del servicio Acci¨®n, espera su comparecencia ante el juez haciendo punto y leyendo libros, especialmente de psicoan¨¢lisis, tema, sin duda, de mayor posibilidad de introspecci¨®n que los trabajos acad¨¦micos de su vida de estudiante, cuando su gran inter¨¦s por la pol¨ªtica libia la llev¨® a obtener un diploma de profundizaci¨®n de estudios por un ensayo sobre el libro verde de Gaddafl y a realizar una tesis sobre la agencia libia de informaci¨®n Jana, que le dirigi¨® una antigua responsable comunista, la profesora Annie Kriegel.
Cuando el pasado 24 de julio compareci¨® ante los jueces de la District Court, Dominique Prieur tuvo que enjugarse furtivamente las l¨¢grimas. Pero quienes la conocen piensan que detr¨¢s de su emotividad hay tambi¨¦n un car¨¢cter firme. Se ha dicho incluso que el superintendente Allan Galbraith, que dirige la investigaci¨®n sobre el atentado contra el Rainbow Warrior, prometi¨® a la supuesta Sophie Turenge la inmunidad o el perd¨®n a cambio de su confesi¨®n. La esp¨ªa francesa se encerr¨® m¨¢s a¨²n en su silencio.
La Prensa neozelandesa de estos d¨ªas no est¨¢ dando gran relieve a los proleg¨®menos de la vista que comenzar¨¢ ma?ana, quiz¨¢ porque ya ha habido dos comparecencias previas de los acusados o porque el Gobierno de este pa¨ªs y su primer ministro, David Lange, se han manifestado siempre como decididamente contrarios a las pruebas nucleares en el Pac¨ªfico, y tras haber calificado inequ¨ªvocamente el atentado al barco Rainbow Warrior, de la organizaci¨®n ecolopacifista Greenpeace, como "terrorismo de Estado", est¨¢n ahora en fase de intentar solucionar cuanto antes el contencioso con Francia.
Ba?o en Mururoa
Los peri¨®dicos se ocupan m¨¢s de la puesta en libertad de los tripulantes del Vega, otro barco de Greenpeace que decidi¨® adentrarse en las 12 millas, tras las explosiones nucleares provocadas por Francia la semana pasada en el atol¨®n de Mururoa, y fue capturado por las autoridades de Par¨ªs.
S¨ª han se?alado los diarios de este pa¨ªs como el ministro de Defensa franc¨¦s, Paul Quiles, y varios oficiales del Ej¨¦rcito se hicieron fotos ba?¨¢ndose en la laguna de Mururoa para demostrar la ausencia de contaminaci¨®n radiactiva.
Si en la Prensa no se han reflejado demasiado los preparativos del juicio, la expectaci¨®n internacional s¨ª es grande. La afluencia de periodistas, en n¨²mero cercano al centenar, va a superar la capacidad de la sala de audiencia, por lo que el Departamento de Justicia ha habilitado una sala contigua con circuito cerrado de televisi¨®n. Asimismo, se han preparado tres int¨¦rpretes simult¨¢neos de franc¨¦s e ingl¨¦s para Alain Mafart y Dominique Prieur. El oficial encargado de acomodar a los asistentes- ha confesado que recibe a diario llamadas para hacer reservas de plaza como si de un cine se tratara -s¨®lo habr¨¢ 30 puestos para el p¨²blico-, pero ¨¦l mantiene que all¨ª entrar¨¢ el que llegue primero. En Nueva Zelanda no se recuerda un caso judicial como ¨¦ste.
Los dos esp¨ªas franceses pueden ser condenados a cadena perpetua cuando acaben todas las fases del proceso, per¨ªodo que el abogado Daniel Soulez Lariviere calcula que podr¨ªa ser de seis meses. Si son condenados, "depender¨ªa del juez o de las autoridades administritivas que fueran o no expulsados del pa¨ªs", a?ade el defensor. Caso de que Nueva Zelanda procediera a su expulsi¨®n, no cumplir¨ªan pena alguna.
La oficina neozelandesa de Greenpeace no ha hecho hasta el momento comunicado alguno ante el comienzo de esta fase del proceso. Sus miembros est¨¢n m¨¢s ocupados en la liberaci¨®n del barco Vega y en seguir intentando que no se realicen m¨¢s pruebas nucleares. Cuando se les pide una opini¨®n, responden: "S¨®lo queremos justicia". Pero en esta ciudad, ant¨ªpoda exacta de Sevilla, decenas de manos se han encargado de hablar por ellos. Y desde las paredes, las pintadas gritan a quien lo quiera escuchar: "No se hunde un arco iris".
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