La estrategia de defensa escogida por Saraiva de Carvalho crea tensiones entre los abogados de otros acusados
ENVIADO ESPECIAL La estrategia de defensa escogida por el teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho ante el tribunal que le juzga por su presunta creaci¨®n del grupo terrorista Fuerzas Populares 25 de Abril (FP-25) comienza a generar tensiones entre los abogados que defienden a otros acusados. La t¨¢ctica de puertas abiertas y m¨¢xima colaboraci¨®n en el interrogatorio al que le somete el juez-presidente del tribunal, Adelino Salvado, parece ir contra los intereses de otros reos.
El abogado de Saraiva de Carval ho, sin embargo, considera que esta estrategia es la m¨¢s positiva. "La l¨ªnea de fuerza de la defensa es dejar que Otelo lo explique todo", dice Romeu Franc¨¦s. "El Proyecto Global no comprend¨ªa la violencia armada, que es una incrustaci¨®n desde fuera".Ya son 46 las personas que comparecen ante el Tribunal Criminal de Lisboa, despu¨¦s de que la semana pasada fueran capturados dos juzgados en rebeld¨ªa, ambos presuntos responsables de las FP-25, grupo al que se atribuyen seis asesinatos. A¨²n permanecen en libertad 25 acusados, 10 de ellos huidos de la c¨¢rcel de Lisboa a finales de septiembre. Los encausados, en l¨ªneas generales, pueden adscribirse a dos grupos: el de los pol¨ªticos (mentores intelectuales del Proyecto Global, el plan ideado por Saraiva para convertir Portugal en una democracia popular) y el de los que, en la jerga portuguesa, se llaman operacionales (que presuntamente llevaban a cabo las acciones armadas: asesinatos, atentados y atracos). Los intereses de unos y otros son contrapuestos y as¨ª lo reconocen fuentes de la propia defensa.
El que Saraiva haya optado por presentarse a cuerpo gentil ante los jueces y responder con un m¨ªnimo de coherencia y credibilidad a sus interrogantes parece ser un error. Las propias declaraciones del acusado est¨¢n abriendo v¨ªas para el futuro ataque del ministerio fiscal contra el capit¨¢n de abril, seg¨²n los observadores del juicio, y dejan pistas que finalmente van a perjudicar a terceros. Saraiva, por otra parte, cae de cuando en cuando en contradicciones que restan credibilidad a su declaraci¨®n, credibilidad en la que basa su estrategia la defensa.
El plan
Este plan de defensa hace pensar a algunos que los pol¨ªticos quieren salvarse a costa de los operacionales e incluso llegan a atribuir este an¨¢lisis a las FP-25, lo que, de ser cierto, podr¨ªa resultar muy perjudicial para Saraiva.
Romeu Franc¨¦s, el abogado del teniente coronel, sostiene que esta estrategia es la adecuada. Quiz¨¢ lo sea para su cliente, pero no para aquellos presuntos miembros de las FP-25, "que lo tienen m¨¢s dif¨ªcil por el c¨²mulo de pruebas que hay contra ellos", como comenta otro abogado. Franc¨¦s, de 35 a?os, con experiencia en la defensa de ultraizquierdistas, confiesa no ser otelista ni militar en ning¨²n partido pol¨ªtico. "Entre los m¨¢s de 30 abogados del proceso se ha formado un grupo de cinco que busca una estrategia global de defensa, aunque sin obviar las peculiaridades de cada acusado", declara. "La l¨ªnea de fuerza de la defensa es dejar que Otelo explique todo. El Proyecto Global no comprend¨ªa la violencia armada, que es una incrustaci¨®n desde fuera".
Franc¨¦s defiende tambi¨¦n a otros tres de los principales acusados. Uno de ellos, Pedro Goulart, se neg¨® a responder al tribunal. Fue el primero en comparecer. Ahora declara su segundo cliente, que pretende dar explicaciones exhaustivas a los jueces. "Es estrategia de la defensa", dice el abogado para explicar tan extraordinaria diferencia. "El silencio de Otelo ser¨ªa mal interpretado".
Este abogado ha intervenido muy poco en auxilio de su cliente a lo largo de las dos semanas en que Saraiva; ha protagonizado la vista. "Si el interrogatorio es seguro en t¨¦rminos generales, no debo intervenir porque el juez valora la espontaneidad de la declaraci¨®n. Es un riesgo, pero las interrupciones ser¨ªan mal interpretadas". S¨®lo en las ¨²ltimas jornadas se han comenzado a producir estas interrupciones, que han llamado la atenci¨®n precisamente por su anterior ausencia.
La confrontaci¨®n del contenido de los cuadernos de Saraiva, sobre los que se ha construido gran parte de la acusaci¨®n, con el acta de una presunta reuni¨®n de las FP-25 (v¨¦ase EL PA?S de 1 de noviembre de 1985), paralelismo que daba lugar a extraordinarias similitudes, parece haber sido el punto de inflexi¨®n de un interrogatorio hasta ahora anodino.
Ante el tribunal de Monsanto s¨®lo comparecen flis¨ªcamente Saraiva y quien le precede en el acta de acusaci¨®n, Goulart. Los restantes acusados permanecen en prisi¨®n a la espera de que les llegue su turno. En la c¨¢rcel, 23 de ellos emprendieron una huelga de hambre para protestar contra el r¨¦gimen a que se hayan sometidos a ra¨ªz de la fuga de los 10 operacionales, momento en que fueron endurecidas las condiciones de la reclusi¨®n.
Los internos denuncian as¨ª que se les obligue a permanecer en las celdas 23 horas diarias, que s¨®lo se les permita recibir visitas de familiares en primer grado y tres veces por semana y que se hayan recortado las condiciones de comunicaci¨®n con los abogados. El G¨®bierno respondi¨® el pasado d¨ªa 18 con un decreto en el que se establece que el r¨¦gimen normal no puede corresponder a detenidos que "se consideren especialmente peligrosos en funci¨®nde los hechos que determinaron la prisi¨®n o por su pasado criminal".
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