Lo que indican los espectadores
Los datos econ¨®micos de la temporada teatral madrile?a 19841985 que ofrece el Ministerio de Cultura en su peri¨®dico El P¨²blico parecen indicar que se precipita una nueva configuraci¨®n del teatro en Madrid, marcada por .la acentuaci¨®n de datos de temporadas anteriores.Hay unos centros de gravedad en el teatro Espa?ol (municipal) y en el Mar¨ªa Guerrero (nacional), adem¨¢s del sostenimiento del g¨¦nero l¨ªrico -¨®pera, zarzuela- en el Teatro Nacional de la Zarzuela; luego, un teatro de aluvi¨®n, en el que se han amontonado toda clase de festivales locales, nacionales o internacionales, o de temporada -oto?o, verano-, que incluso han habilitado locales o espacios nuevos; unos intentos de teatro independiente o de vanguardia, unos directamente oficiales y otros apoyados por las instituciones -ministerio, autonom¨ªas, ayuntamientos- y, en fin, una empresa privada que contin¨²a su lucha.
Se calculan los espectadores de esa temporada en 2.572.232, obtenidos de dividir la recaudaci¨®n total de 1.936.890.915 pesetas entre las 753 del precio. medio por localidad. Estos espectadores han acudido a un total de 10.283 representaciones, lo que supone una frecuentaci¨®n media de 250 personas por funci¨®n, lo cual dista de ser una cifra ¨®ptima. Y aun as¨ª es un resultado f¨¢vorecedor, como suelen serlo los consecuentes de las medidas aritm¨¦ticas. Si se descartan las afluencias masivas de p¨²blico a la ¨®pera -butacas a 4.000 pesetas- o a los espect¨¢culos musicales -de 1.000 a 2.500 pesetas-, y la enorme esfera de influencia del Espa?ol y el Mar¨ªa Guerrero, lo que queda es poco.
Hay casos de penuria. Alg¨²n espect¨¢culo valioso, bien hecho, como Va y ven, de Beckett, ha convocado a cuatro a cinco espectadores por funci¨®n; el esfuerzo ministerial llamado de Nuevas tendencias, en la Sala Olimpia, ha tenido 11-12 espectadores en cada Punci¨®n de La sangre del tiempo, 32 en No hay burlas con Calder¨®n, 64 en Geograf¨ªa...
Parecidos percances ha tenido el teatro privado. La primera obra de Sam Sepliard que se estrenaba en Espa?a en teatro comercial, El verdadero Oeste, una de las mejores de ese autor, no consigui¨® m¨¢s de 12 espectadores por representaci¨®n; un Woyzeck que aparec¨ªa con muchas garant¨ªas previas se qued¨® con 20-22 espectadores, y Los padres abominables no consigui¨® m¨¢s de 9-10 espectadores por funci¨®n.
Se suspende la funci¨®n
M¨¢s all¨¢ de los datos: en ocasiories he llegado a salas con la funci¨®n suspendida por falta de espectadores: no hab¨ªa ninguno. Medias de 40 o 50 espectadores son numerosas. Hay un estudio por hacer, con el que Cultura podr¨ªa completar y dar sentido a ¨¦ste, que es el de los costes y su relaci¨®n con los, ingresos. Es decir, qu¨¦ se pierde, y por todos los conceptos, en una temporada tan abundante y tan relativamente poblada -con respecto a las anteriores- como ¨¦sta.
Y habr¨ªa que contabilizar cu¨¢l es la resultante culturaL La que se ve acentuarse es -g¨¦nero l¨ªrico aparte- la de una sobrevaloraci¨®n de los espect¨¢culos de prestigio, con evidente carga cultural, y la de una tendencia a la desaparici¨®n del texto privado, en el que algunos grandes ¨¦xitos
-Di¨¢logo secreto; Buenas noches, madre; Hay que deshacer la casa- son excelentes para fortalecer la medida, pero no para resolver la cantidad de aventura a la que se expone el empresario, a pesar de la red que tiende bajo ¨¦l la ayuda del ministerio.
Los festivales ofrecen resultados culturales muy distintos, ya que cualquiera puede hacer uso de esa apelaci¨®n; los hay con frutos culturales, y los hay desastrosos. Siempre ofrecen representaciones muy escasas, y con poco aforo, de cada novedad, por su propia naturaleza: se ha creado un p¨²blico de festiVales que no es un p¨²blico habitual. La nube de los que a¨²n se llaman independientes y ya nio lo son -necesitan ayuda y la tienen- pasa un largo calvario: a veces obras y actuaciones de valor interesante pasan inadvertidas, mientras algunos logreros del teatro consiguen ascensos misteriosos.
Dos millones y medio de espectadores en un a?o en una ciudad de cuatro millones, con una poblaci¨®n flotante y tur¨ªstica inmensa, no es nada favorable.
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