Diputados t¨ªmidos

Desde hace ya varios a?os, y mucho m¨¢s acusadamente en la presente legislatura del bipartidismo, se observa d¨ªa tras d¨ªa la desolaci¨®n que presentan los esca?os en las sesiones ordinarias que se celebran en el Congreso de los Diputados.Esta evidencia es palpable, a pesar que las c¨¢maras de televisi¨®n se esfuerzan por enfocar hacia donde hay una ?agrupaci¨®n? de tres o cuatro diputados, que se supone buscan mutua compa?¨ªa o entretenimiento como medio de combatir el aburrimiento por tan sopor¨ªferos debates.

El ciudadano que envi¨® all¨ª a estos representantes, as¨ª como otros que no lo hicieron, pero que inexorablemente contribuyen a la financiaci¨®n de tan generosos salarios y dem¨¢s zarandajas, se pregunta, con pocas posibilidades de encontrar respuesta, qu¨¦ otras obligaciones de mayor importancia tienen sus se?or¨ªas que cumplir con la misi¨®n para lacual han sido elegidos, y por lo que, insisto, tan generosamente se les retribuye, al igual que a los partidos.

Obviamente, son los propios electores quienes deben pedir cu¨¦ntas a cada parlamentario y tomar debida nota para una futura reelecci¨®n, pero en tanto se realiza tan ardua tarea, desde estas l¨ªneas, una llamada y una observaci¨®n:

"Se?ores, no sean t¨ªmidos y d¨¦jense ver por la televisi¨®n, aunque sea confundidos en el anonimato de la masificaci¨®n. Un d¨ªa u otro las c¨¢maras se detendr¨¢n moment¨¢neamente en ustedes, y sus familias (lejanas), amigos, vecinos y conocidos se dar¨¢n con el codo y exclamar¨¢n: ?Mira, fulano! Y le recordar¨¢n. H¨¢ganlo antes de que se olviden de su rostro, de usted, o, lo que es peor, de ir a votar.-