Los pa¨ªses ¨¢rabes del Golfo, dispuestos a estrechar lazos con la Uni¨®n Sovi¨¦tica
La cuesti¨®n de las relaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, aunque no figura en la agenda oficial de la cumbre que se desarrolla actualmente en la capital de Om¨¢n, ocupa la atenci¨®n de los jefes de Estado de los seis pa¨ªses miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) que en su mayor¨ªa no han intercambiado a¨²n embajadores con Mosc¨², se?alan fuentes allegadas a la reuni¨®n.Frente a Estados como Kuwait o Bahrain, que desean una pol¨ªtica conjunta del bloque de monarquias ¨¢rabes conservadoras de cara a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, otros como Om¨¢n son reacios a debatir el tema en el foro del CCG. Todos, sin embargo, se muestran dispuestos a abrir v¨ªas de comunicaci¨®n con Mosc¨², aunque no se atreven todav¨ªa a seguir el ejemplo del pa¨ªs anfitri¨®n de la cumbre, que estableci¨® este oto?o relaciones diplom¨¢ticas con la URSS imitando, a su vez, a Kuwait; que lo hizo hace 23 a?os.
Este emirato petrolero es el que se ha mostrado m¨¢s independiente ante sus aliados occidentales al reaccionar incluso, hace un a?o, a la negativa de EE UU de proporcionarle misiles antia¨¦reos, dirigi¨¦ndose a la URSS para adquirir material b¨¦lico por valor de 300 millones de d¨®lares (unos 48.000 millones de pesetas). El ministro de Defensa de Kuwait acaba de concluir un contrato con Hungria para comprar armamento pesado.
Si no hubiese sido por la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, en 1979, los cuatro miembros del CCG que a¨²n no la han reconocido -Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos (EAU), Qatar y Bahrein- habr¨ªan establecido, probablemente, plenas relaciones diplom¨¢ticas con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero aquella inicitiva b¨¦lica, en un pa¨ªs situado a tan s¨®lo 500 kil¨®metros de las costas de Om¨¢n, les asust¨®. Junto con el desencadenamiento de la contienda irano-ira-qu¨ª, la invasi¨®n de Afganist¨¢n fue uno de los motivos que anim¨® a las monarqu¨ªas petroleras a reagruparse.
La incapacidad de su principal aliado, Estados Unidos, para resolver el eterno conflicto ¨¢rabe-israel¨ª y el constante apoyo sovi¨¦tico a las tesis ¨¢rabes, as¨ª como su respaldo el deseo del CCG de evitar intervenciones extranjeras en la pen¨ªnsula ar¨¢biga -en un intento de alejar a Washington de la zona, expuesto en agosto por Leonid Zamiatin, portavoz del Kremlin- incitaron a los reinos del petr¨®leo a revisar su actitud. Aunque, ¨²ltimamente, s¨®lo Om¨¢n se ha atrevido a intercambiar embajadores, los dem¨¢s han iniciado un paulatino acercamiento al bloque socialista.
As¨ª, el primer ministro de Bahrain, jeque Jalifa Ben SeIman al Jalifa, consideraba oportuno en julio "reexaminar" las inexistentes relaciones de su pa¨ªs con la URSS y, en v¨ªsperas de la reuni¨®n del CCG, el pr¨ªncipe heredero de los Emiratos ?rabes Unidos, jeque Jalifa Bin Zayed al Nahyan, se pronunci¨® tambi¨¦n por "tomar en consideraci¨®n el establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con la URSS".
Incluso Arabia Saud¨ª parece dispuesta a ir por la misma senda. En agosto, el presidente del Consejo Supremo de la Juventud, pr¨ªncipe Faisal Bin Fahs Abul Aziz, visit¨® Mosc¨² y, el mes pr¨®ximo, una delegaci¨®n sovi¨¦tica devolver¨¢ la visita antes de que el miembro de la familia real se desplace otra vez a la URSS, seg¨²n ha revelado la agencia de noticias kuwait¨ª.
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