La sustituci¨®n de Jaruzelski confirma que la reactivaci¨®n econ¨®mica es prioritaria
El nombramiento del general Wojciech Jaruzelski como jefe del Estado polaco y su cesi¨®n de la Presidencia del Gobierno al economista Zbigniew Messner supone la adaptaci¨®n de la estructura del poder en Polonia a la prioridad del r¨¦gimen, la reactivaci¨®n econ¨®mica una vez concluida la fase de normalizaci¨®n pol¨ªtica. Estos cambios fueron hechos p¨²blicos el mi¨¦rcoles en la sesi¨®n constituyente del nuevo Parlamento.Las elecciones parlamentarias del pasado 13 de octubre, que, seg¨²n datos oficiales, registraron una participaci¨®n del 78%, pusieron punto final al proceso de estabilizaci¨®n pol¨ªtica iniciado por Jaruzelski con la implantaci¨®n de la ley marcial del 13 de diciembre de 1981. Los acontecimientos anteriores a esta fecha, las huelgas pol¨ªticas que llevaron a la creaci¨®n de Solidaridad, el ¨²nico sindicato independiente en un sistema comunista del este de Europa, hab¨ªan amenazado gravemente la hegemon¨ªa del Partido Comunista de Polonia (POUP), que, acorralado, se hab¨ªa visto obligado a hacer grandes Concesiones. Poco menos de cuatro a?os despu¨¦s de que el partido comunista recurriera al Ej¨¦rcito para recuperar su hegemon¨ªa, la normalidad pol¨ªtica ha sido restablecida en el pa¨ªs.
La oposici¨®n del sindicato clandestino Solidaridad est¨¢ muy mermada por la represi¨®n policial y por la frustraci¨®n que se adue?¨® de la poblaci¨®n al comprobar la inviabilidad del sue?o colectivo que hizo creer a los polacos que pod¨ªan cambiar el sistema que les fue impuesto en la posguerra.
La Iglesia, dirigida por el cardenal primado Jozef Glemp, se alej¨®, llegadas las primeras concesiones del r¨¦gimen, de su l¨ªnea de enfrentamiento, y ha conseguido frenar en gran parte las actividades del sector m¨¢s radicalmente anticomunista del clero. Glemp, mucho m¨¢s realista en el trato con el poder de Varsovia que el antiguo obispo de Cracovia Juan Pablo II, parece haber convencido al Pont¨ªfice de que el apoyo a las fuerzas radicales de la oposici¨®n era contraproducente para los intereses de la Iglesia en Polonia.
El r¨¦gimen ha pagado el proceso de normalizaci¨®n pol¨ªtica con la frustraci¨®n de la poblaci¨®n y un desinter¨¦s por la vida p¨²blica que frena la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. El nombramiento de Zbigniew Messner, hasta ahora viceprimer ministro, como jefe del Gobierno, confirma que Jaruzelsk?, que mantiene la autoridad absoluta con sus cargos de presidente del Consejo de Estado Gefe de Estado), jefe del Partido Comunista (POUP) y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, enfoca la nueva legislatura desde una perspectiva econ¨®mica.
El pr¨®ximo martes, Messner har¨¢ p¨²blica la composici¨®n de su Gabinete. Ya es seguro que no estar¨¢ en ¨¦l Mieczyslaw Rakowski, que dirigi¨® las negociaciones con Solidaridad en 1981. Rakowski pasar¨¢ a ser vicepresidente del Parlamento, cargo meramente representativo. -
Tambi¨¦n saldr¨¢ previsiblemente del Gabinete el ministro de Asuntos Exteriores, Stefan Olszowski, a quien se ha identificado siempre con el sector m¨¢s duro del partido. Su desaparici¨®n pol¨ªtica ser¨ªa otra se?al de la firmeza de la posici¨®n de Jaruzelski.
El antecesor del general en la jefatura del Estado, el anciano historiador Henryk Jablonski, no tuvo en la pr¨¢ctica poder alguno en su cargo.
Se espera que el Parlamento acuerde modificar la Constituci¨®n para dotar al jefe del Estado, ahora Jaruzelski, de mayores atribuciones.
Ante el pr¨®ximo congreso del POUP, que se celebrar¨¢ en la primavera, tras el congreso del Partido Comunista de la URSS, Jaruzelski se dedicar¨¢ sobre todo a la tarea de recomponer un partido que perdi¨® m¨¢s de un mill¨®n de militantes durante la crisis polaca y que, condenado a gobernar en minor¨ªa y con la oposici¨®n o ¨ªndiferencia de la inmensa mayor¨ªa de los polacos, necesita una urgente revitalizaci¨®n de su identidad.
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