Combina con la salsa

No siempre resulta f¨¢cil encajar el jazz con la salsa en una misma sesi¨®n. Si el primero es, adem¨¢s, suave y bien construido, elegante como el del Jazztet, contrasta m¨¢s todav¨ªa con el calor y el desparpajo de lo latino. En el plato combinado del Pav¨®n, el Jazztet se bast¨® solo para satisfacer el apetito del p¨²blico y la salsa lleg¨® a deshora.La ausencia de Jorge Dalto -intervenido quir¨²rgicamente- provoc¨® un revolc¨®n del programa anunciado: Dave Valentin, que era el invitado de Dalto, se constituy¨® en l¨ªder, llev¨® a su banda y acogi¨® a los otros dos invitados por el ausente. Lo que parece un l¨ªo en el papel, en el escenario lo fue mucho m¨¢s, pues no hab¨ªa orden ni, por tanto, concierto. Desde el instante en que apareci¨® en escena Carlos Patato Valdez -quiz¨¢ el mejor momento-, la entrop¨ªa, seg¨²n su costumbre, fue aumentando. Dave Valentin perdi¨® las riendas y no pudo tocar la flauta con lasoltura que se le advina, pues estaba m¨¢s ocupado con la tarea de recuperar el mando.

Incluso lo intent¨® echando a todos de escena para realizar, m¨¢s que un solo, una exposici¨®n de flautas andinas. Su cr¨¦dito dentro de la banda no mejor¨® precisamente con este intento y Patato volvi¨® a sus congas con el mismo ritmo prodigioso, pero tambi¨¦n con el mismo desinter¨¦s hacia todo lo que no fuera ¨¦l. Esas luchas cansaron al p¨²blico, que ni siquiera pidi¨® un bis.

La realidad

Probablemente, Dave Valentin, que salv¨® el compromiso de Dalto, no se merec¨ªa eso, pero tal fue la realidad del concierto.La primera parte, a cargo del Jazztet, fue completamente otra cosa; por eso conviene comentarla invirtiendo el orden temporal, para que todo el mundo recupere el buen sabor de boca que dejaron. El quinteto capitaneado por Art Farmer y Benny Golson realiz¨® una actuaci¨®n de las que est¨¢n pensadas para hacer ir entrando en calor a p¨²blico y m¨²sicos a la vez, subiendo la pendiente del inter¨¦s apenas sin hacer esfuerzo y dejarse deslizar por la m¨²sica bien hecha, basada en un repertorio inteligentemente escogido, en el que no falt¨®, por supuesto, I remember Clifford y Killer Joe.

Conjunto equilibrado

El conjunto son¨® muy equilibrado. El fliscornio -Art Farmer no cogi¨® la trompeta e incluso utiliz¨® la sordina con el fliscornio, cosa nada frecuente-, el saxo tenor de Benny Golson y el tromb¨®n de Curtis Fuller empastaban a la perfecci¨®n en unos arreglos atractivos y nada complicados que eran apoyados con brillantez por el tr¨ªo de ritmo.Benny Golson es un maestro componiendo y, como tal, de vez en cuando escribe alg¨²n juguete que resulta ser una verdadera lecci¨®n de estilo: es capaz de tomar el woogie-woogie. como montura, tan oxidado como est¨¢, y engarzar en ¨¦l una verdadera joya. Como solista, con su fraseo centrado en el legato y su sonido un poco ahogado, a veces cercano al corno ingl¨¦s, no es santo de mi especial devoci¨®n: sin embargo, su actuaci¨®n fue magn¨ªfica y su exquisita sensibilidad en las baladas, innegable.

Art Farmer y Curtis Fuller -el segundo m¨¢s turbio en los pasajes r¨¢pidos- tocaron sencillamente muy bien. Entre aires tan reconfortantes como los que soplaban estos tres artistas, Turcker consegu¨ªa destacar de cuando en cuando con un acompa?amiento de piano siempre bien puntuado o con solos magn¨ªficamente concebidos.