El redoblar del estribillo
La declaraci¨®n del estado de emergencia en Nicaragua ha roto el silencio de los medios informativos sobre la situaci¨®n del pa¨ªs centroamericano. Pero antes de esta declaraci¨®n, seg¨²n palabras del autor de este art¨ªculo, "el terror no dej¨® de manifestarse en sus campos, y familias enteras no dejaban de llorar la p¨¦rdida de un hijo", ante el alarmante silencio de los medios informativos. Europa, ante Nicaragua, debe escoger, seg¨²n el autor, entre apoyar el di¨¢logo para la pacificaci¨®n o la terminaci¨®n de la ret¨®rica, que da paso al silencio premonitor de la violencia.
Despu¨¦s de largos meses de silencio, motivados tal vez por un sano deseo de que en Nicaragua se respiren aires de paz y tranquilidad, el nombre de este peque?o pa¨ªs y los hechos que all¨ª ocurren vuelven a ocupar las p¨¢ginas de los diarios. Los sectores de opini¨®n hablan y comentan desde la apacible y espectante Europa. Amigos periodistas y escritores en d¨ªas anteriores me preguntaban -a la vez afirmando- si la situaci¨®n se mejoraba o si todo estaba mejor, acentu¨¢ndome cierta preocupaci¨®n, pues acusaba la fuerza de la costumbre impuesta sobre la realidad de un pa¨ªs cuya poblaci¨®n en sus fronteras norte y sur sobrevive en medio de los rigores de acciones terroristas, una violencia incontrolada herida en s¨ª misma por los primeros s¨ªntomas de la derrota estrat¨¦gica.Alarmante era la ausencia de Nicaragua en los medios informativos, mientras el terror no dej¨® de manifestarse en sus campos y familias enteras no dejaban de llorar la p¨¦rdida de un hijo, o una madre o un padre, y su econom¨ªa, ya de por s¨ª averiada por un terremoto y despu¨¦s por una guerra que el somocismo volvi¨® necesaria, ahora desangrada por una agresi¨®n que terribles precedentes en pol¨ªtica internacional la han convertido en normal y hasta perenne en algunos sectores de la comunidad internacional.
Cual si fuera un reto o declaratoria de guerra contra Europa occidental, los sandinistas aparecen otra vez, tras el m¨¢s h¨¢bil salto de un trapecista, en las p¨¢ginas de la Prensa por el hecho de haber declarado su Gobierno un estado de emergencia, que restringe algunas garant¨ªas constitucionales, escuch¨¢ndose entonces el redoblar de los tambores, que nunca dejaron de sonar, anunciando el totalitarismo sandinista. Los lamentos de Gobiernos y partidos pol¨ªticos no tardaron en o¨ªrse, y algunos con dureza, cuestionando las medidas a las que recurre un Gobierno electo -de acuerdo a los esquemas electorales de Occidente- para proteger el sistema pol¨ªtico que considera el id¨®neo para un pa¨ªs en estado de subdesarrollo, en un continente como, Am¨¦rica Latina y en un estadio del desarrollo de su historia en el que es preciso recuperar la libertad para superar la dependencia, el atraso y la pobreza. El proyecto revolucionario en el marco de un pluralismo pol¨ªtico; una econom¨ªa mixta e integrado en el no alineamiento, no supone una intenci¨®n. Descalificada la ficci¨®n, una voluntad de desarrollar un proyecto revolucionario con dichas caracter¨ªsticas se impone como un norte para avanzar en medio de las dificultades propias de una regi¨®n atrasada social y culturalmente, en donde las minor¨ªas poseedoras de las escasas riquezas se crispan por el cambio y la transformaci¨®n de estructuras pol¨ªticas agotadas, que no dan m¨¢s de s¨ª al no servir a las mayor¨ªas que intuyen el imperativo de vivir o alimentar una miseria que corroe y, por supuesto, desprovista de ideolog¨ªa.
40% para defensa
Un pa¨ªs cuyo presupuesto nacional es afectado por el 40% destinado a la defensa, ante una agresi¨®n que nadie ignora es elaborada y sustentada por la Administraci¨®n de Estados Unidos, a ojos vista no goza de estabilidad y normalidad, por lo que exigirle unas cuotas de perfecci¨®n en democracia, que ning¨²n sistema que se precie como tal ha alcanzado, resulta ir¨®nico y propio de te¨®ricos que desean demostrar c¨®mo conviven la paz y el terrorismo.,
El estribillo estuvo latente, puesto que jam¨¢s se ha brindado la oportunidad de mostrar que la Nicaragua de hoy no atenta contra el sistema estadounidense, sobre el cual hay suficiente conciencia de su poder¨ªo a nivel mundial. Al parecer, se nace con el sello de totalitarios, puesto que las dudas, los recelos y las preocupaciones, en los meses de antes y despu¨¦s de las elecciones nunca desaparecieron. Menos a¨²n en la mente de los inquilinos de la Casa Blanca, para quienes, en la pr¨¢ctica, sandinismo y Contadora equivalen a salirse del corral al escaparse estos proyectos nacionales y de pacificaci¨®n de su control y modelo de coexistencia.
Mientras el Gobierno de Nicaragua continu¨® enfrentando la ofensiva terrorista, "unos a la bulla y otros a la cabulla", jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica y ciertos sectores pol¨ªticos decidieron que el pluralismo y la legalidad eran para violentarse y desconocerse, puesto que son parte sustancial de la revoluci¨®n sandinista, dedic¨¢ndose entonces a organizar la desobediencia civil y a boicotear la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n pol¨ªtica y la econom¨ªa mixta, integr¨¢ndose desde dentro a la agresi¨®n externa.
As¨ª, el tiempo corr¨ªa y Miguel Obando, cardenal cat¨®lico que denunci¨® las atrocidades cometidas por Somoza, nunca or¨® siquiera por las almas de los muertos a manos de las bandas financiadas por la Administraci¨®n Reagan. Lamentablemente, esa jerarqu¨ªa y cierta oposici¨®n todav¨ªa reciben dictados en la mesa del embajador USA en Managua. Artesan¨ªa pura, producto de ser parte, como dijo Sergio Ram¨ªrez, escritor y vicepresidente, de los sobrevivientes del naufragio.
De manera que si el estribillo persiste, esta exigencia democr¨¢tica, que no incorpora la agresi¨®n declarada por la Administraci¨®n Reagan, se ir¨¢ perfilando peligrosamente por dos v¨ªas: o desde Europa se acepta Nicaragua y su proceso de transformaci¨®n como modelo id¨®neo para su sociedad y econom¨ªa, existiendo el sandinismo como expresi¨®n natural e impulsor de dicho proceso, legitimado en elecciones democr¨¢ticas, y se respalda el deseo de di¨¢logo con la Administraci¨®n Reagan, o que la ret¨®rica fenezca, dej¨¢ndole paso al silencio que exist¨ªa, premonitor de la violencia en el hemisferio occidental, engendrado por una fuerza incontrolable que no desea Contadora sin ingredientes guerreristas ni f¨®rmulas de convivencia provistas de soberan¨ªa, concepto que no invent¨® Sandino y es leg¨ªtimo en todo el orbe.
Mientras tanto, seguir¨¢ redoblando el estribillo y si para los tamborileros seguimos siendo los mismos, para nosotros seguimos siendo los de antes, los de ahora y los de ma?ana.
es embajador de Nicaragua en Espa?a.
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