Freitas do Amaral: "Pintasilgo representa un peligro para la democracia"
Diogo Freitas do Amaral, de 44 a?os, profesor de Derecho en la universidad de Lisboa, ex viceprimer ministro y fundador del democristiano Centro Democr¨¢tico Social, el partido m¨¢s conservador del Parlamento portugu¨¦s, concurre a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo mes de enero. Freitas es la gran esperanza de la derecha de su pa¨ªs. Ahora est¨¢ a punto de alcanzar la jefatura del Estado, con el apoyo del Partido Social Dem¨®crata (PSD) y con un programa de reformismo democr¨¢tico alejado del esp¨ªritu de la revoluci¨®n de los claveles que pretende revitalizar la que parece su principal rival, Lurdes Pintasilgo. Freitas ve en la oferta electoral de la ex primera ministra un peligro para la democracia. "Es en cierto modo, el regreso de Otelo Saraiva de Carvalho", dice.
El candidato conservador, alto, elegante y gesticulador, apoya sus palabras con expresivos movimientos de las manos. En 1980 rechaz¨® la posibilidad de aspirar a la presidencia porque dec¨ªa que era demasiado joven. Ahora, seg¨²n los sondeos, encabeza la carrera hacia el palacio de Belem. y las malas lenguas dicen en Lisboa que se ha te?ido el cabello de gris para dar un mayor empaque a su figura de presidenciable. "No sab¨ªa que se dijera eso", se?ala, mientras sonr¨ªe. "Es falso. En mi familia todo hemos tenido el pelo blanco desde muy j¨®venes".
Pregunta. ?Por qu¨¦ se presenta para ocupar la presidencia?
Respuesta. Porque soy portu gu¨¦s y deseo un Portugal m¨¢s feliz
P. ?Cu¨¢l es su programa para conseguirlo?
R. El presidente no tiene poder ejecutivo, pero debe apuntar los objetivos generales. Son cuatro puntos: reforma del sistema pol¨ªtico, reforma del sistema administrativo, reforma del sistema econ¨®mico y reforma del sistema educativo.
P. ?Puede detallar esas reformas?
R. Hay que garantizar la estabilidad pol¨ªtica; la eficacia de la Administraci¨®n p¨²blica, con una mayor participaci¨®n de los interesa dos; una mayor productividad econ¨®mica, con m¨¢s elevados ¨ªndices de justicia social, y finalmente, hay que garantizar el aprovechamiento de todos los valores individuales.. Son grandes objetivos nacionales para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Eso se puede hacer con varios Gobiernos y colaboraci¨®n leal. El presidente es elegido por sufragio universal y directo y tiene derecho a subrayar los grandes objetivos nacionales. Sin embargo, el m¨¢s importante poder no, viene en la Constituci¨®n es el poder dialogar por la televisi¨®n, que tiene un gran poder de persuasi¨®n.
P. En la televisi¨®n no hay di¨¢logo, es un mensaje en un solo sentido.
R. En ese instante, no. Pero hay muchas canales para establecer la comunicaci¨®n. Mediante la Prensa, la televisi¨®n y los debates parlamentarios el presidente conoce la opini¨®n del pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢les son las diferencias con los otros candidatos?
R. Mi programa es de reformismo democr¨¢tico. Mario Soares re presenta el conservadurismo socialista. Yo creo que hay que reformar los modelos pol¨ªtico (el sistema electoral y de gobierno) y econ¨®mico. Pintasilgo representa un peligro para la democracia. Por tres razones. Se inspira en el impulso revolucionario de 1975 [el per¨ªodo m¨¢s caliente de la revoluci¨®n de los claveles]. Reintroduce a los militares en la pol¨ªtica. Aboga por una concepci¨®n tercermundista para el desarrollo y la pol¨ªtica exterior portugueses. Es, en cierto modo, el regreso de Otelo Saraiva de Carvalho.
P. Muy duras son estas manifestaciones sobre Pintasilgo.
R. Tengo el honor de ser el protagonista de la subordinaci¨®n de los militares a los civiles, con la reforma de la Constituci¨®n de 1982, y soy el autor de la ley de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas. Ser¨ªa un retroceso hist¨®rico que, a trav¨¦s de Pintasilgo, los militares regresaran a la vida pol¨ªtica. Adem¨¢s, representa otro peligro, el de aceptar la alianza con el partido comunista, lo que no acepta ning¨²n partido portugu¨¦s.
P. Los sondeos predicen que usted y la se?ora Pintasilgo van a disputar la presidencia en la segunda vuelta. Sus palabras preludian una aguda polarizaci¨®n.
R. La polarizaci¨®n es inevitable, pero no ser¨¢ peligrosa. No ser¨¢ una segunda vuelta entre derecha e izquierda, sino entre una democracia pluralista de tipo europeo y un tercermundismo de tipo pol¨ªtico-militar. Los que en la primera vuelta opten por la democracia me votar¨¢n en la segunda. Otra raz¨®n de optimismo es que por primera vez hay una divisi¨®n profunda en la izquierda. Cuanto m¨¢s divisi¨®n haya en la primera vuelta, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ la transferencia de voto en la segunda.
P. La revoluci¨®n de los claveles suscit¨® unas expectativas populares que Iuego se han visto defraudadas. Pintasilgo ofrece revitalizar los aspectos m¨¢s revolucionarios de la Constituci¨®n y eso puede otorgarle amplios apoyos.
R. La revitalizaci¨®n que promete atraer¨¢ a algunos, pero no a la mayor¨ªa. Todas las revoluciones producen un efecto de desilusi¨®n. Se presentan como un proyecto integral de vida y mundo nuevos y la realidad nunca se corresponde con esas esperanzas.
Decepci¨®n, rechazo y abstenci¨®n
P. De ah¨ª desencantos como el que padece el pueblo portugu¨¦s. No se siente representado por su clase pol¨ªtica, encerrada en su torre de marfil de Lisboa. La abstenci¨®n de las pasadas elecciones fue la m¨¢s alta de la historia democr¨¢tica de Portugal con un 27,7%, que unido al 17,9% logrado por el nuevo Partido Renovador Democr¨¢tico, que presentaba un programa de moralizaci¨®n y regeneracionismo, da un rechazo del 45,6%.
R. Es verdad que existe un gran descontento con respecto a la forma en que el pa¨ªs ha sido gobernado, pero no creo que haya un 46% de descontentos, porque la abstenci¨®n estructural es del 15%, as¨ª que queda un 12,7% real. Creo que es un aviso. En parte es por descontento, en parte por la convicci¨®n de que las pasadas elecciones no iban a dar resultado mayoritario. No existe un rechazo a los partidos, sino a la pr¨¢ctica de ciertos l¨ªderes. El Partido Social Dem¨®crata cambi¨® de l¨ªder y gan¨®.
P. La pasada semana escuch¨¦ una intervenci¨®n pol¨ªtica suya que ten¨ªa el tono historicista cl¨¢sico de los conservadores: referencias al imperio...
R. No es un recurso de la derecha. El presidente Eanes intenta rehabilitar el discurso nacionalista desde la izquierda. Yo pretendo buscar los momentos de modernizaci¨®n que Portugal protagoniz¨® en su historia.
P. Se lo dec¨ªa porque empez¨® usted recordando la lucha de Portugal con Le¨®n y Castilla...
R. No con Espa?a, ?eh?, con Le¨®n y con Castilla.
P. Y quisiera preguntarle qu¨¦ futuro prev¨¦ para las relaciones hispano-portuguesas.
R. Creo que va a haber una mejora global de las relaciones; debe haber una mayor cooperaci¨®n empresarial para hacer frente a las industrias m¨¢s avanzadas de la Europa del Norte una vez integrados en el Mercado Com¨²n.
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