Beng Lindqvist
El ministro ciego de Suecia cree que su nombramiento es un est¨ªmulo para los minusv¨¢lidos
Cuando el primer ministro de Suecia, Olof Palme, a mediados de octubre pasado, introdujo una serie de cambios en su equipo ministerial, la designaci¨®n de Bengt Lindqvist como ministro auxiliar en el departamento de Asuntos Sociales caus¨® sorpresa. No porque Lindqvist careciera de m¨¦ritos (ha desempe?ado diversos cargos p¨²blicos, incluido el de un esca?o en el Parlamento), sino porque es ciego.
El propio Lindqvist no dej¨® de sentirse sorprendido, seg¨²n declar¨® a EL PAIS, cuando el primer ministro lo llam¨® para ofrecerle el puesto. "Pese a que no ignoraba las responsabilidades que yo contra¨ªa, me sent¨ª contento y orgulloso, no tanto por lo que significaba para m¨ª personalmente, sino porque mi designaci¨®n tiene el valor de un s¨ªmbolo, de un reconocimiento de gran valor para el movimiento de minusv¨¢lidos y de est¨ªmulo a las posibilidades de todo individuo para superar circunstancias adversas".Lindqvist, de 49 a?os, es un hombre afable, una personalidad con muchas facetas interesantes que entre las dos etapas de su vida, la de antes y despu¨¦s de su enfermedad, ha desempe?ado actividades tan diversas como la de jugador de f¨²tbol, m¨²sico, estudioso de lenguas y pedagog¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Minusv¨¢lidos, parlamentario y ahora ministro auxiliar para Asuntos de la Familia, la Ancianidad y los Minusv¨¢lidos.Con el inconfundible acento que denota su procedencia del sur de Suecia, Lindqvist recuerda que ten¨ªa 15 a?os cuando, siendo jugador del equipo de f¨²tbol de Helsinborg, ¨¦l y sus compa?eros tuvieron la evidencia de que la pelota pasaba a su lado sin que la viera. Se le hab¨ªan observado al nacer algunas dificultades en la visi¨®n, pero su ni?ez y adolescencia hab¨ªan transcurrido sin mayores problemas. S¨²bitamente, casi como sucede. con el invierno sueco, cayeron las sombras sobre sus ojos y su vida. Fue una etapa dif¨ªcil, admite, la de asumir la nueva realidad, iniciar estudios adaptados a la nueva situaci¨®n y superar el choque que ¨¦sta signific¨®. Hay una gran diferencia entre haber nacido ciego y volverse ciego en plena juventud, cuando la vida comienza, agrega.
Lindqvist elude hablar de s¨ª mismo, de su coraje y perseverancia para sobreponerse y vencer sobre la adversidad, y prefiere trasladar a la sociedad sueca y al papel jugado por su partido dentro de ¨¦sta el m¨¦rito de su triunfo.
La Asociaci¨®n Nacional de Minusv¨¢lidos de Suecia cuenta con 340.000 miembros en su registro, pero la cifra total en sus diversas manifestaciones puede estimarse en medio mill¨®n, de los cuales unos 40.000 son no videntes. La designaci¨®n de Lindqvist ha sido vista por estas organizaciones como un triunfo y un reconocimiento, y eso significa una responsabilidad mayor.
La figura de Lindqvist, alto y delgado, desplaz¨¢ndose seguro con su bast¨®n no s¨®lo por los pasillos del Parlamento sueco, sino por los aeropuertos de muchos pa¨ªses adonde ha concurrido a reuniones internacionales sobre problemas sociales y de minusv¨¢lidos, cobra ahora una nueva dimensi¨®n. El medio campista del equipo de Helsinborg que se desplazaba veloz sobre el campo de juego dio paso despu¨¦s al bater¨ªa que se gan¨® la vida en tiempos de estudiante tocando en conjuntos de jazz en Copenhague y Estocolmo. A¨²n sigue tocando, aunque no para ganarse la vida. Ahora, en el filo de los 50, asume responsabilidades de gobernante.
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