"Los supervivientes, desnudos y enlodados, parecen estatuas de barro ambulantes"
"Desnudos, heridos, enlodados, los pocos supervivientes de la tragedia parecen estatuas de barro ambulantes", coment¨® un periodista de radio que relata ha la situaci¨®n en Armero, el pueblo arrasado por la erupci¨®n del volc¨¢n Nevado del Ruiz, en el centro de Colombia. "Iba a ver el partido de f¨²tbol la noche del mi¨¦rcoles, pero mi mujer me dijo: 'Mi hijito, apaga la luz y la televisi¨®n'. Y a eso de las 11 de la noche sent¨ª que la casa se rajaba. Me levant¨¦ y o¨ª que mi hijo gritaba: 'Pap¨¢, papito'; lo agarr¨¦ y lo sub¨ª a una colina cercana, y cuando volv¨ª por mis otros dos hijos ya no estaban. Tampoco mi mujer", dijo entre sollozos un superviviente de Armero.
"?Por qu¨¦ no nos avisaron? El cura dec¨ªa que eso era cenicita, pero que no nos alarm¨¢ramos, que no pasaba nada", manifestaba con rabia una mujer que perdi¨® a su esposo y cuatro hijos en la tragedia. El cura de Armero se salv¨® porque el mi¨¦rcoles, a las seis y media, "como no hab¨ªa nada que hacer", se traslad¨® a otra poblaci¨®n, seg¨²n cont¨® el propio cura.Cad¨¢veres sin brazos
Las im¨¢genes que transmiti¨® la televisi¨®n colombiana alcanzaban cotas de patetismo inimaginables. Supervivientes desnudos vagando por lo que hab¨ªan sido las calles del pueblo, ancianos que intentaban incre¨ªbles escaladas sobre los escombros para salir del mar de lodo. Un hombre combat¨ªa la riada de agua, barro y rocas que anegaban su casa con una peque?a palangana. Cad¨¢veres sin brazos, piernas sin cuerpo, emerg¨ªan del lodo, y los,heridos se mov¨ªan en veh¨ªculos de transporte p¨²blico ante la falta de ambulancias. Todo ello sobre un fondo de mugidos de vacas enloquecidas, aprisionadas en el gigantesco lodazal.
"?Por all¨ª hab¨ªa una casa?", se preguntaban miembros de la Cruz Roja que participan en las operaciones de salvamento. Muchos de los que salieron con vida del desastre encontraron su refugio en las copas de los ¨¢rboles y en los techos de las casas, de donde era dif¨ªcil hacerles bajar, petrificados por el miedo y la angustia.
Un herido evacuado a un hospital de la capital colombiana aseguraba: "El pueblo est¨¢ muerto, el aluvi¨®n nos agarr¨® en un cami¨®n por la carretera cuando quer¨ªamos huir, pero nos alcanz¨®, revolc¨® y arrastr¨® durante 10 minutos", y a?adi¨® amargamente: "Todo lo perd¨ª".
Un superviviente en Chinchin¨¢, desnudo y sangrante, relataba: "Mi hermana est¨¢ viva, mi mam¨¢ muerta; s¨®lo se salv¨® una gallina". "Saqu¨¦ a mi hermano de cinco a?os, pero no pude con mi madre", dec¨ªa una ni?a cubierta totalmente por el barro. ?ltimo mensaje
"A las once de la noche la radio dec¨ªa que la situaci¨®n era peligrosa, pero que a¨²n no hab¨ªa razones para evacuar", indic¨® un agricultor de Armero. A las 11.30 el pueblo desapareci¨®. En Chinchin¨¢ la televisi¨®n mostr¨® a una mujer que se desnud¨® completamente y con jirones de su ropa hizo torniquetes para contener las hemorragias de sus familiares heridos.
El alcalde de Armero, Ramiro Ram¨ªrez, muri¨® arrastrado por las aguas, despu¨¦s de haber intentado pedir ayuda al mundo por medio de una emisora de radioaficionado. Lo ¨²ltimo que se le oy¨® fue "esto se inund¨®", despu¨¦s silencio.
En Mariquita un campesino acudi¨® a un centro de donaci¨®n de sangre y pidi¨® que le extrajeran la necesaria. Volvi¨® una hora despu¨¦s, pero fue reconocido y se le neg¨® una nueva donaci¨®n. M¨¢s tarde se supo que era el ¨²nico superviviente de una familia de seis.
El piloto de un un DC-8 de la compa?¨ªa colombiana L¨ªneas A¨¦reas del Caribe dijo que vio la explosi¨®n del volc¨¢n desde la cabina de su avi¨®n. "Quedamos sin visibilidad", dijo Manuel Cervera, "y a continuaci¨®n apareci¨® una llamarada amarilla, anaranjada, y luego las ventanas quedaron como si una bro¨¢a hubiera barnizado los vidrios".
En las afueras de Bogot¨¢, un viejo ganadero cont¨® que estuvo todo el jueves quitando cenizas de su ganado. "Parec¨ªa un castigo apocal¨ªptico" dec¨ªa. Las cenizas de la erupci¨®n llegaron hasta las cercanias de la capital colombiana, a 200 kil¨®metros del volc¨¢n.
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