La larga agon¨ªa de Omayra S¨¢nchez
Omayra S¨¢nchez, de 12 a?os, permaneci¨® tres d¨ªas entre los restos de lo que fue su casa en Armero, con todo el cuerpo sumergido en el agua, de la que s¨®lo sobresal¨ªa la cabeza a partir de la comisura del labio inferior. Apoyada en el cad¨¢ver de su t¨ªa y posiblemente en el de su padre, anclada sobre piedras y palos, la ni?a luch¨® durante 72 horas para salir de su refugio mortal. Ayer falleci¨®.
Mientras fot¨®grafos y equipos de televisi¨®n registraban la escena, miembros del Ej¨¦rcito y de la Cruz Roja intentaron en vano liberarla. Conforme los socorristas trabajaban, Omayra se lamentaba: "Voy a perder el a?o porque ayer y hoy falt¨¦ a la escuela".Un soldado que se sumergi¨® vio que las piernas de la ni?a estaban aprisionadas entre ladrillos y palos, pero que m¨¢s abajo hab¨ªa cuerpos. "S¨ª, se?or; yo siento que estoy pisando carne y ¨¦sa es mi t¨ªa; ojal¨¢ que no sean mi pap¨¢ ni tampoco mi hermanito", dijo la ni?a. "Tengo miedo de que el agua suba y me ahogue porque no s¨¦ nadar", a?adi¨®.
"Si la arrastramos con una cuerda, corremos el riesgo de destrozarla de la cintura para abajo", coment¨® un miembro de los equipos de rescate.
La ni?a animaba a sus salvadores: "V¨¢yanse a descansar un ratito y despu¨¦s vengan y me sacan de aqu¨ª". A ¨²ltima hora del viernes, no hab¨ªa podido ser rescatada. Se logr¨® colocarle un neum¨¢tico alrededor del cuello y los brazos para evitar que se hundiera durante la noche.
Volvi¨® a caer la noche del viernes al s¨¢bado. Nuevamente debieron alejarse los socorristas, dejando a la ni?a a la intemperie. "Te juramos, Omayra, que vamos a traerte una motobomba para sacarte de aqu¨ª", le dijeron al marcharse. Ya Omayra mostraba signos de debilitamiento. Ten¨ªa los ojos enrojecidos y la cara hinchada.
Los miembros de los equipos de rescate confiaban en salvarla ayer. "S¨®lo hace falta una motobomba para succionar el agua", dec¨ªa un integrante de la Cruz Roja. Catorce motobombas llegaron al lugar, pero ninguna de ellas funcionaba de manera que absorbiera el agua del charco. Al final, Omayra entr¨® en coma. Cuando, por fin, fue sacada, ya estaba muerta.
Delia N., habitante de Armero, fue sorprendida por el aluvi¨®n del Lagunilla durmiendo en su cama. Su casa qued¨® arrasada, pero ella embarazada, logr¨® ponerse a salvo con sus siete hijos e iniciar un angustioso peregrinar por el manto de fango, agua y palos que lo cubr¨ªa todo. En su ciego deambular, Delia encontr¨® dos ni?os de corta edad perdidos y solos en el lodazal. Los recogi¨® y carg¨® a uno en sus brazos. Luego de tres o cuatro horas sin rumbo en la oscuridad de la noche, alcanzaron tierra firme y fueron socorridos. Cinco de los hijos de la mujer desaparecieron en el trayecto. Cuando se sinti¨® segura, como activada por un resorte, Delia dio a luz un ni?o.
Entre los que perdieron la vida en Chinchin¨¢ se encuentra un hombre que se salv¨® la semana anterior de los combates en el asalto al palacio de Justicia de Bogot¨¢ realizado por el movimiento guerrillero 19 de Abril. Hab¨ªa ido a su pueblo para descansar.
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