La ense?anza de la m¨²sica
Felicitaciones por su art¨ªculo sobre la situaci¨®n de la ense?anza musical en los conservatorios espa?oles. Quisiera, en mi condici¨®n de padre de cuatro alumnos de m¨²sica, echar mi cuarto a espadas en esta cuesti¨®n.Soy consciente de que la educaci¨®n es un gesto priortario e imprescindible que ha de considetarse a fondo perdido. Aun as¨ª, resulta escandaloso que el centenar de conservatorios espa?oles haya producido, en los ¨²ltimos 10 a?os, seis instrumentistas de cuerda solamente. Un sencillo c¨¢lculo muestra que la formaci¨®n de cada uno de estos m¨²sicos ha costado al erario p¨²blico 500 millones de pesetas, m¨¢s o menos. A la hora de pagar nuestros impuestos no puede reprocharse que los espa?oles se pregunten por qu¨¦ no se toman medidas para arreglar semejante desaguisado, y tampoco que tengan dudas sobre la autoridad moral de una Administraci¨®n que lo permite.
En el estudio publicado en EL PAIS (29 de octubre) se apuntan algunas soluciones. Por ejemplo, ?por qu¨¦ no se estimula el estudio de los instrumentos de cuerda, en los que tan alto d¨¦ficit tenemos, sustituyendo los mismos por uno o dos cursos preparatorios de viol¨ªn o violonchelo para ni?os, que adem¨¢s de salir m¨¢s baratos tendr¨¢n m¨¢s aceptaci¨®n que el rollo del solfeo? Y, ?por que no se dedica esa suma, o parte de ella (el coste de los cursos de solfeo se eleva a 4.000 o 5.000 millones de pesetas) a ayuda de ese centenar de estudiantes de cuerda que tienen quinto, sexto o s¨¦ptimo curso aprobado, y que no hallan ni el centro docente ni el ambiente adecado para terminar su carrera, poniendo a disposici¨®n de ellos una escuela especializada y aut¨¦ntica?
No es admisible que por motivos que, siendo condescendientes, podr¨ªamos llamar burocr¨¢ticos, se frustren carreras prometedoras de j¨®venes espa?oles, mientras nos vemos obligados a llenar nuestras orquestas con m¨²sicos extranjeros.
En nombre de todos los padres que dedicamos grandes esfuerzos a ofrecer una formaci¨®n musical a nuestros hijos, como int¨¦rpretes unos, como p¨²blico los m¨¢s, pido que se tomen las medidas pertinentes para terminar con una situaci¨®n indeseable.
Vivimos tiempoos favorables para ello, propiciemos este cambio antes de que el entusiasmo de esa juventud que llena los conservatorios, que acude a las clases despu¨¦s de una dura jornada escolar, sucumba ante la desidia y la inercia de lo establecido.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.