Rosa Mar¨ªa Sard¨¤: "Las limitaciones me dan miedo"
Madre Coraje cuenta con una actriz teatral poco vista por los espectadores madrile?os. Rosa Mar¨ªa Sard¨¤ se enfrenta en esta ocasi¨®n al ¨²nico personaje que le ha atra¨ªdo en su vida y al ¨²nico director que pod¨ªa convencerla para enfrentarse a un personaje que, seg¨²n la actriz, puede que la haga sobrepasar su propio techo.Rosa Mar¨ªa Sard¨¤ vuelve a los escenarios de Madrid por segunda vez, tras aquella participaci¨®n en un espect¨¢culo dif¨ªcil de olvidar, Esperando a Godot, de Beckett, dirigido por Saiz de la Pe?a. En los escenarios catalanes se recuerdan sus impecables trabajos en obras como Duet per a un sol viol¨ª (D¨²o para un solo viol¨ªn), de Tom Kempinski; Sopa de pollo con cebada, de Arnold Wesker, o su espl¨¦ndido trabajo en El balc¨®n. Su ¨²ltima etapa la ha dedicado a dirigir y presentar el programa de televisi¨®n Ah¨ª te quiero ver.
El teatro no es algo que ella haya elegido. El hecho se ha producido a la inversa: ha sido el teatro quien estaba incorporado a su vida. Ella estaba rodeada de teatro por todas partes y, por tanto, ha sido algo inevitable. "En mi familia el teatro era un hecho tan natural como comer. Hacer teatro era una cosa l¨®gica y normal; unos eran profesionales, otros no, pero todos hac¨ªamos teatro. Me gusta mucho hacer otras cosas aparte de interpretar, como dirigir o escribir, pero no tengo muy claro que tenga talento para ello y no cuento con la seguridad de poder hacerlo".
"Yo ya nac¨ª madre"
Sard¨¤ est¨¢ ensayando el papel de Ana. "Por esas cosas de la vida, yo, que soy una mujer que no pretendo nada, que no tengo metas, que lo que hago no persigue ning¨²n fin, que cuando me preguntan por mis personajes preferidos nunca encuentro ninguno y mucho menos en teatro cl¨¢sico, resulta que con Madre Coraje es otra cosa. Desde peque?a este personaje me atra¨ªa. Siempre me atrajo el personaje de la madre, toda la vida. Yo ya nac¨ª madre, siempre he sido mayor desde que nac¨ª. De los grandes personajes que existen en el teatro, era el que me apetec¨ªa. Ello no quiere decir que me identifique con el personaje. Nunca me ocurre, y en este caso tampoco".
Madre Coraje es una obra especialmente rele¨ªda y revisada en diferentes idiomas por ella a lo largo de los a?os. Piensa que hoy se enfrenta ante el personaje con una gran serenidad. "Pero me tengo que olvidar de la emoci¨®n y la pasi¨®n que siento por ¨¦l. Me equivocar¨ªa a la hora de interpretar si no tuviera el director que voy a tener, y por suerte estoy tranquila y abierta a las sugerencias de Pasqual".
Para Rosa Mar¨ªa Sard¨¤ el compromiso con el p¨²blico empieza y termina en el escenario. "Cuando termino una funci¨®n y cuelgo el traje, cuelgo el personaje. No quiero morir en el escenario ni confundir mi vida con los personajes que interprete. Yo quiero vivir muchos a?os, muy tranquila, y, si puede ser, criando gallinas".
Una tranquilidad que mientras haga Madre Coraje perder¨¢ en m¨¢s de una ocasi¨®n dando saltos enpuentes aereos que unen su vida profesional y su vida privada. "Si no estuviese Llu¨ªs Pasqual y ¨¦ste no tuviera por la mano a Ana (protagonista de Madre Coraje), es muy dif¨ªcil que yo, a mi edad y con la poca ambici¨®n que tengo, y lo digo con la m¨¢s absoluta sinceridad, es muy dif¨ªcil que estuviera aqu¨ª".
No obstante, se cansar¨¢ de hacer este personaje, cosa que ella ya sabe porque le ocurre siempre, pero nadie se dar¨¢ cuenta porque detr¨¢s la respaldan muchos a?os de buen oficio. "En mi profesi¨®n lo que m¨¢s me gusta es lo que estoy haciendo ahora, el momento en el que voy descubriendo qu¨¦ pasa, hilvanando qui¨¦nes son, por qu¨¦ dicen unas cosas y no otras; pero las representaciones diarias y la vida que te obliga a llevar el teatro a m¨ª no me gusta nada. A m¨ª lo que me apetece mucho es interpretar, pero enel fondo yo no me dedico a esto; unas veces me canso, otras me apasiona, otras me aburro y algunas deja de interesarme en media hora. Con el tiempo, esto acab¨® convirti¨¦ndose en lo que me daba para vivir y, como me absorb¨ªa tanto tiempo, el dinero para vivir -aunque sea modestamente- sal¨ªa de ah¨ª y se ha convertido en mi forma de vida. Pero no me gusta que el trabajo me obligue a cosas y se convierta en una peque?a c¨¢rcel".
Cuando se le pregunta d¨®nde est¨¢n sus limitaciones, su techo, afirma: "A lo mejor ahora nos daremos cuenta, y que la maldici¨®n caiga sobre m¨ª si ello ocurre. Saber las limitaciones propias es dif¨ªcil, porque no se suele ser cr¨ªtico con uno mismo. S¨¦ las limitaciones de mi f¨ªsico porque es lo que m¨¢s se evidencia de mi habilidad como actriz, y nunca he querido vender la imagen de se?ora maciza; cuando lo he hecho ha sido desde la burla y el humor, y as¨ª consigo que digan que no estoy tan mal. Las limitaciones me dan miedo".
Babelia
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