'Hijos de la guerra fr¨ªa', un filme chileno rodado clandestinamente en pleno estado de sitio
Chile cuenta con una doble presencia en esta und¨¦cima edici¨®n del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Las dos pel¨ªculas son Hechos consumados, de Luis Vera, a¨²n pendiente de proyecci¨®n en el momento de escribir esta cr¨®nica, e Hijos de la guerra fr¨ªa, de Gonzalo Justiniano. Su realizador es un cineasta joven, que hasta ahora s¨®lo hab¨ªa rodado documentales y trabajaba como corresponsal de prensa y televisi¨®n. Desde 1976 vivi¨® en Par¨ªs y regres¨® a su pa¨ªs en 1983, precisamente para rodar Hijos de la guerra fr¨ªa. "La pel¨ªcula est¨¢ hecha sin solicitar ning¨²n tipo de autorizaci¨®n. El d¨ªa en que empezamos a filmar coincidi¨® con que Pinochet volvi¨® a decretar el estado de sitio. Eso oblig¨® a suprimir algunas secuencias previstas en el gui¨®n, sobre todo las que transcurr¨ªan de noche. Pero no tuvimos problemas porque siempre creyeron que nos dedic¨¢bamos a la producci¨®n de spots publicitarios".
Justiniano no sabe a¨²n cu¨¢ndo podr¨¢ estrenarse la pel¨ªcula en Chile: "?se es el objetivo ¨²ltimo del filme, que lo vea el p¨²blico chileno. Para m¨ª fue muy importante volver para trabajar en mi pa¨ªs, con t¨¦cnicos chilenos, filmar en las casas de mis amigos. Entonces eso me bastaba. Hijos de la guerra fr¨ªa est¨¢ hecha con mi dinero y una ayuda que nos dio el Gobierno franc¨¦s. El montaje y trabajo de laboratorio se ha desarrollado en Francia y, en un principio, contaba con venderla a algunas cadenas de televisi¨®n. Pero ahora lo que quiero es que se estrene en Chile".La pel¨ªcula est¨¢ protagonizada por dos oficinistas que el cineasta retrata de manera par¨®dica, interes¨¢ndose m¨¢s por el estereotipado mundo imaginario en el que creen vivir que por la cr¨®nica estricta de la realidad. "En Chile reina un gran moralismo de la forma, casi te exigen que adoptes siempre un estilo neorrealista, cargado de ret¨®rica sobre las virtudes de las clases populares. Mis protagonistas en Hijos de la guerra fr¨ªa son arquetipos de la clase media, gente que s¨®lo se interesa por su peque?a historia -y que conste que ¨¦sa puede ser muy respetable-, que les preocupa m¨¢s la muerte de su gato que un bombardeo at¨®mico en el pa¨ªs vecino. Ellos, por ejemplo, no se dan cuenta del nivel de violencia que reina en Chile. No la ven o se acostumbran a ella. Esas clases medias son las que dieron el principal soporte al golpe de Pinochet. La derecha instrumentaliz¨® muy bien sus miedos. Luego, cuando el momento de la euforia econ¨®mica, creyeron a pie juntillas que el liberalismo salvaje iba a ser la panacea para todos".
La realidad m¨¢s dram¨¢tica tambi¨¦n aparece en Hijos de la guerra fr¨ªa, pero indirectamente, como unos disparos aislados que resuenan y a los que los actores no prestan atenci¨®n, como una disminuci¨®n en las raciones de los restaurantes, como presencia obsesiva de militares en todos los canales televisivos. "S¨ª, claro, mi pel¨ªcula habla de cine, aunque no lo haga de una manera realista, que para m¨ª habr¨ªa sido muy aburrido. Vivir en Francia me ha permitido descubrir que no hay nada malo en querer expresarse, en filmar por placer y no por obligaci¨®n militante o pol¨ªtica".
Cine andaluz
La plataforma que supone el festival de Huelva est¨¢ siendo aprovechada estos d¨ªas para reforzar el papel de la reci¨¦n creada Confederaci¨®n de la Industria Cinematogr¨¢fica Andaluza (CICA), "primer paso para un centro aut¨®nomo de cinematografia andaluza", en palabras de su presidente. La iniciativa, que sin duda hay que relacionar con la exposici¨®n de Sevilla de 1992, ha generado algunos debates casi metaf¨ªsicos al enfrascar a varios cineastas en la b¨²squeda y definici¨®n est¨¦tica de ese cine andaluz por venir, voluntariosa disquisici¨®n sobre el sexo de los ¨¢ngeles que ha tenido su correlato organizativo, puesto que un ponente, para subsanar el d¨¦ficit del sector productivo, ha propuesto, entre otras muchas cosas destinadas a convertir la regi¨®n en un peque?o para¨ªso para cineastas, el establecimiento de "un departamento de comercializaci¨®n de cine andaluz en el extranjero, con agentes de ventas y pagando gastos de doblaje, presbooks, gestiones, asistencias a mercados, etc¨¦tera".
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