Espa?a y Estados Unidos acuerdan disminuir de forma escalonada la presencia militar norteamericana
Espa?a y Estados Unidos decidieron anoche disminuir de forma "escalonada" la "presencia militar norteamericana en Espa?a". Seg¨²n el comunicado conjunto hispano-norteamericano, hecho p¨²blico a primera hora de la noche de ayer, las Fuerzas Armadas espa?olas asumir¨¢n, una vez que se acuerden los ajustes, "determinadas, responsabilidades y misiones realizadas en la actualidad por las fuerzas armadas de Estados Unidos en Espa?a". Ambas partes acordaron tambi¨¦n "iniciar, a lo largo del primer semestre de 1986, negociaciones previas en el proceso que conduzca a la renovaci¨®n del convenio de amistad, defensa y cooperaci¨®n".
A las 19.32 de ayer, el director general de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID) del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, le¨ªa el comunicado conjunto, flanqueado por los jefes de las dos delegaciones: el embajador de Estados Unidos en Madrid, Thomas Enders, y el secretario general pol¨ªtico del ministerio espa?ol, M¨¢ximo Cajal.Se alcanzaba as¨ª, despu¨¦s de casi medio a?o de respuestas reticentes estadounidenses, un acuerdo de negociaci¨®n en el que ambas partes reconocen su disposici¨®n a reducir la presencia militar de Estados Unidos en Espa?a.
El comunicado era fruto de las m¨¢s de cuatro horas de reuniones conjuntas de la segunda sesi¨®n de la segunda ronda de conversaciones hispano-norteamericanas. Despu¨¦s de una primera reuni¨®n, mantenida por la ma?ana, y del almuerzo que el presidente de la delegaci¨®n espa?ola ofreci¨® a los representantes de ambos pa¨ªses, norteamericanos y espa?oles celebraron reuniones por separado. Pasadas las seis de la tarde, se reanud¨® la sesi¨®n con que se acababa esta segunda ronda, en la sede de Asuntos Exteriores.
El comunicado conjunto hispano-norte americano hac¨ªa suyos los tres argumentos que M¨¢ximo Cajal exhibi¨® en la primera ronda, celebrada los pasados 23 y 25 de octubre. En la introducci¨®n que Cajal hizo en aquellas conversaciones, destacaba tres circunstancias que, seg¨²n Espa?a, hab¨ªan cambiado y hac¨ªan necesario el replanteamiento de la presencia militar estadounidense: el ingreso de Espa?a en la CEE, la permanencia en la Alianza Atl¨¢ntica y el proceso de modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas espa?olas, que, seg¨²n el comunicado de anoche, "las capacita para cooperar al esfuerzo defensivo com¨²n".
Tras reflejar este cambio de circunstancias, el comunicado conjunto hac¨ªa p¨²blico el acuerdo de ambos Gobiernos de "iniciar, a lo largo del primer semestre de 1986, negociaciones previas en el proceso que conduzca a la renovaci¨®n del convenio de amistad, defensa y cooperaci¨®n, uno de cuyos objetivos ser¨¢ ajustar la presencia militar norteamericana al nivel que estimen necesario".
La frase m¨¢s conflictiva
Seg¨²n informaron anoche fuentes diplom¨¢ticas espa?olas, esta referencia al "nivel que estimen necesario" fue la frase m¨¢s conflictiva del comunicado, debido a la resistencia estadounidense a que el documento diera a entender que la reducci¨®n era no un objetivo final, sino algo decidido ya en las dos rondas de conversaciones.
El comunicado conclu¨ªa afirmando que "una vez acordados, los ajustes, implicar¨¢n una disminuci¨®n escalonada de la presencia militar norteamericana en Espa?a basada en la asunci¨®n por las Fuerzas Armadas espa?olas de determinadas responsabilidades y misiones realizadas en la actualidad por las fuerzas armadas de Estados Unidos en Espa?a, manteni¨¦ndose la capacidad global defensiva y el nivel de seguridad para ambos pa¨ªses y sus, aliados". "La asunci¨®n de dichas responsabilidades y misiones por parte de las Fuerzas Armadas espa?olas", a?ad¨ªa el comunicado, "permitir¨¢ mejorar la contribuci¨®n de Espa?a a la defensa europea".
Acababa as¨ª una pol¨¦mica iniciada el pasado mes de julio, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, habl¨® de que exist¨ªa una disposici¨®n por ambas partes de negociar la presencia militar estadounidense en Espa?a. Posteriormente, diversas fuentes diplom¨¢ticas estadounidenses -entre ellas, la secretaria de Estado adjunta, Rozanne Ridgway- negaron que Espa?a hubiera, tan siquiera, planteado la reducci¨®n de tropas.
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