Hacia un nuevo bipartidismo
Con todos los respetos, creo que la discusi¨®n iniciada a ra¨ªz de las elecciones auton¨®micas gallegas sobre si el bipartidismo se ha consolidado o ha retrocedido est¨¢ mal planteada y oculta el verdadero fondo de la cuesti¨®n. En realidad, el bipartidismo ni se ha consolidado ni ha retrocedido, sino que ha dado un paso m¨¢s hacia su recomposici¨®n. Si algo se puede extrapolar de las elecciones gallegas a nivel de toda Espa?a es que vamos hacia una nueva forma de bipartidismo.En cifras absolutas y comparando ¨¦stas con el censo electoral se puede decir que en Galicia no ha habido grandes vuelcos en la relaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas, si exceptuamos el interesante auge de Esquerda Galega-PSG.
Pero estas elecciones han demostrado cosas pol¨ªticamente importantes a nivel general. La primera es que Coalici¨®n Popular es incapaz por s¨ª sola de dar un cambio radical a la actual mayor¨ªa pol¨ªtica. No lo ha conseguido en Galicia, donde tiene la situaci¨®n m¨¢s favorable de todas, y menos lo va a conseguir en el conjunto de Espa?a. La vinculaci¨®n de la campa?a electoral gallega con las pr¨®ximas elecciones generales, a trav¨¦s de la consigna "Fraga 86", es la expresi¨®n gr¨¢fica de esta incapacidad.
La segunda es que el PSOE no consigue generar una alternativa con posibilidades de vencer en las zonas donde ha perdido la mayor¨ªa. Hoy por hoy esto no amenaza sus posibilidades en las pr¨®ximas elecciones generales, pero es un serio aviso para el d¨ªa en que las pierda, como avisos serios fueron en su d¨ªa las elecciones en Catalu?a y en el Pa¨ªs Vasco.
La tercera es que Coalici¨®n Gallega, sin obtener ning¨²n avance espectacular, aparece como un grupo pol¨ªtico consolidado y que la operaci¨®n del Partido Reformista, puede disputar a CDS la hegemon¨ªa centrista con posibilidades de ¨¦xito. Esto aumentar¨¢, con toda seguridad, los apoyos financieros y pol¨ªticos del Partido Reformista.
De aqu¨ª a las elecciones generales de 1986 pocas cosas m¨¢s cambiar¨¢n. Fraga ser¨¢ sin duda la cabeza de la Coalici¨®n Popular y llevar¨¢ a ¨¦sta a una segura derrota frente al PSOE.
Los diversos grupos de Coalici¨®n Popular no tendr¨¢n tiempo ni ocasi¨®n de crear un nuevo liderazgo de aqu¨ª a las elecciones que pueda alcanzar m¨¢s votos que el liderazgo de Fraga y, en cambio, corren el peligro de perder fuerza si se disgregan antes de tiempo.
Cambio en la derecha
Por su parte, el Partido Reformista, explotando a fondo el resultado de Galicia, intentar¨¢ derrotar al CDS y aparecer como la ¨²nica fuerza importante de la operaci¨®n centrista.
Si esta operaci¨®n tiene ¨¦xito y se consuma la derrota de Coalici¨®n Popular, las cosas empezar¨¢n a cambiar con cierta rapidez en el terreno de la derecha. Fraga ser¨¢ definitivamente desplazado y se producir¨¢ un acercamiento entre el PDP de ?scar Alzaga y el Partido Liberal de J. A. Segurado, por un lado, y el Partido Reformista por otro. Si este acercamiento culmina, propiciar¨¢ el de otros sectores hoy dispersos de la derecha y el centro-derecha y seguramente de algunos sectores de Alianza Popular. De aqu¨ª puede salir la nueva derecha espa?ola, entre conservadora y reformista, sin la hipoteca del pasado franquista de Fraga y homologable con otras derechas europeas.
Creo que las cosas van por ah¨ª y que si esto es cierto no nos encaminamos hacia una superaci¨®n del bipartidismo sino a una nueva forma de ¨¦ste, m¨¢s concretamente, hacia la sustituci¨®n de Coalici¨®n Popular por una nueva formaci¨®n de centro-derecha apoyada en las mayor¨ªas de este tipo ya existentes en Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y la que se pueda formar luego en Galicia.
Por el lado de la izquierda, parece evidente que el PSOE va a volver a ganar las elecciones generales, porque hoy no tiene adversarios serios a su izquierda -sobre todo de proseguir el suicidio pol¨ªtico de los comunistas- ni puede ser superado por una derecha liderada por Fraga Iribarne.
Pero si la recomposici¨®n de la derecha se produce por la v¨ªa que parece previsible, seg¨²n acabo de indicar, el PSOE deber¨¢ replantearse igualmente su estrategia global. Hasta que Fraga siga al frente de la derecha, al PSOE le seguir¨¢ siendo rentable la pol¨ªtica de promoci¨®n del propio Fraga, porque este adversario no puede vencerle y, al mismo tiempo, impide que surjan otros. Pero si la perspectiva de la recomposici¨®n de la derecha pasa por la sustituci¨®n de Fraga y por el acuerdo con los reformistas, la estrategia del PSOE no puede seguir bas¨¢ndose en el fomento del actual bipartidismo ni en la conservaci¨®n a ultranza y a expensas de la izquierda de unos votos centristas que le ser¨¢n disputados con otro estilo y otras posibilidades por la nueva derecha.
No quiero decir con esto que deba abandonar el espacio de centro, sino que deber¨¢ luchar por ¨¦l con otros planteamientos y seguramente con otros instrumentos.
Recomposici¨®n de la izquierda
Esto plantea, pues, el problema de la recomposici¨®n global de la izquierda, de una izquierda que hoy tiende a disgregarse y que tiene cada vez menos puntos de referencia. Como dec¨ªa al principio, lo m¨¢s preocupante es la incapacidad de la izquierda de generar alternativas con posibilidades de victoria all¨ª donde ha perdido la hegemon¨ªa, como ya se est¨¢ viendo en Catalu?a, en el Pa¨ªs Vasco y en Galicia. Mi temor es que esto acabe ocurriendo tambi¨¦n en el conjunto, de Espa?a.
En la nueva perspectiva bipartidista que se anuncia la izquierda debe asumir tambi¨¦n sus responsabilidades. Los socialistas son y ser¨¢n sin duda el eje principal de una recomposici¨®n de la izquierda, recomposici¨®n que chocar¨¢ sin duda con fuertes contradicciones y que deber¨¢ recoger energ¨ªas hoy dispersas en la familia comunista y en sectores progresistas de diverso cu?o para culminar en una izquierda plural y atenta a las nuevas realidades y, por lo mismo, capaz de asegurar una nueva hegemon¨ªa en condiciones distintas a las actuales.
Creo que estos son los problemas de fondo y que por eso tiene escaso inter¨¦s discutir si el actual bipartidismo se ha consolidado o no. Desde hace tiempo vamos hacia otro bipartidismo y las elecciones gallegas no son m¨¢s que un episodio -importante sin duda- en este proceso.
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